13.602 millones de euros, 2,3 billones de las antiguas pesetas. Estos han sido los beneficios declarados sólo por los cinco primeros bancos (Santander, BBVA, La Caixa, Caja Madrid y Banco Popular) en los nueve primeros meses del año. Al otro lado de la línea, el de las condiciones de vida del pueblo trabajador y el futuro del país, el número de parados reales debe ya sobrepasar los cinco millones, el 60% de las familias tiene dificultades para llegar a fin de mes, y las pymes siguen quebrando masivamente ante la imposibilidad de acceder al crédito.
A lo largo de 2009, cada vez que en las estadísticas del Inem se contabilizaba un nuevo arado, en las cuentas de resultados de los principales bancos se registraban 120.000 euros de ganancias.O, expresado con mayor claridad, para que la banca pudiera acumular 120.000 euros de nuevos beneficios se condenaba a un trabajador al infierno del paro.Esta es la realidad del país. El grado de parasitismo de la gran banca -devorando todos los recursos del país para poder mantener su tren de beneficios- es el principal obstáculo para salir de la crisis.España no sólo es el único país desarrollado donde no se registra ningún signo de recuperación, aunque sea tímido e inestable, sino que todas las fuentes amenazan con que en 2010 las cosas pueden ir, si cabe, todavía peor.Y los responsables del desastre están sentados en los consejos de administración de los principales bancos del país.La gran banca atizó el fuego del boom inmobiliario, a través de la indiscriminada concesión de créditos, acaparando buena parte de las ganancias del ladrillo con los intereses de los préstamos a constructoras e inmobiliarias, o la extorsión de las hipotecas. Estallado el crack, las grandes empresas del ladrillo no pueden devolver los créditos, pero la banca, en lugar de declarar estas pérdidas, las camufla adquiriendo los pisos, contabilizándolos como activos al precio que éstos tenían en pleno boom, muy inferior a su valor actual.Todos los analistas coinciden en que esta estrategia de la banca para mantener artificialmente sus beneficios es en gran parte responsable de que la crisis se prolongue en España como mínimo hasta 2012.Pero todo puede empeorarse. Los trucos contables ya no pueden disfrazar el agujero, y la amenaza de un crack financiero que arrastre al conjunto del país a un desastre de dimensiones incalculables es algo más que una amenaza. Y mientras tanto, Zapatero entrega miles de millones de dinero público para rescatar a esa misma banca que nos empuja hacia el abismo.Según los últimos estudios, bancos y cajas de ahorros han recibido ya 160.000 millones de los dos planes de rescate públicos, y otros 190.000 millones están en la reserva esperando ser inyectados.Gracias a ese dinero público, que los bancos adquieren a un precio irrisorio y que utilizan para obtener un jugoso dividendo, la banca obtendrá en 2009 ganancias por valor de 6.000 millones de euros, un billón de las antiguas pesetas.Un tercio de los beneficios totales de todo el sistema financiero vendrán directamente de la utilización de ese dinero público, sustraído de los fondos que el país necesita para salir de la crisis, y regalado a la banca.El país se hunde en la crisis y, a coro y como una sola voz, la oligarquía financiera y el gobierno gritan: ¡los beneficios de la banca primero!Para garantizar a grandes bancos y monopolios su cuota de ganancia, no dudaron, durante la época de bonanza, en transformarnos en un monocultivo de la construcción y cargarnos con el lastre de ser el país más endeudado del mundo. Ahora, en plena crisis, las prioridades aparecen todavía con una claridad más grosera. La gran banca está devorando literalmente el país, condenándonos a un futuro más que sombrío, para intentar camuflar sus pérdidas y mantener, a costa de todos, su privilegiado status.