Cada vez más expertos creen que recuperarán el nivel de ganancias anterior a la crisis en 2017La caída de los costes de financiación no permitirá recuperar los márgenes de rentabilidad de 2007
Si ha habido un sector convulso durante todos los años de la crisis, ese ha sido el sector financiero. Desde la famosa frase: «El sector español es el más sólido de la comunidad internacional», que pronunció el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero en 2008, han pasado toda una oleada de ajustes, ayudas, provisiones y fusiones y adquisiciones.
Casi una década después, el sistema financiero español pone el camino hacia el nivel de beneficios que tenía antes del inicio de la crisis. Muchos expertos e instituciones de análisis creen que el sector financiero español está en disposición de volver a las cifras de beneficio operativo conseguido en el año 2007, cuando marcó su récord histórico.
La media de casas de análisis encuestadas por Bloomberg estiman que las cotizadas españolas elevarán su beneficio neto por encima de los 21.500 millones de euros, lo que significará duplicar las ganancias conseguidas en 2014. De este modo, se quedarán a un paso de los 23.000 millones conseguidos en 2007- ver gráfico-. El sumatorio de todas las entidades españolas, situó su nivel de beneficios en el último ejercicio en 12.054 millones de euros, según el Banco de España, el mayor dato desde 2009. Mientras que el nivel histórico de beneficios de todo el sector fue de más de 25.000 millones en 2007.
La agencia de calificación Standard & Poor’s cree que la recuperación de los beneficios podría adelantarse, en su caso, contabilizando las ganancias antes de impuestos de las entidades para las que emiten un rating. La firma estima que el sector financiero español volverá a los niveles previos a la crisis «hacia finales de 2016», explican Ángela Cruz y Elena Iparraguirre, responsables de Instituciones Financieras en España de la agencia.
El principal impulso para la mejora de los beneficios vendrá de las menores provisiones que necesitará el sector en los próximos años y de la caída de los costes de financiación. En 2009 los bancos españoles tuvieron que destinar 48.700 millones de euros al pago de intereses, según el Banco de España, mientras que en 2014, hasta el tercer trimestre, tuvieron que abonar 18.000 millones. «Los beneficios en 2015 deberían beneficiarse de los menores costes de financiación, soportados por la caída del interés de los depósitos, el mejor acceso a los mercados financieros, el menor coste derivado de los créditos problemáticos y los esfuerzos de reestructuración del sector», explica la agencia de calificación Fitch.
También el descenso de la tasa de mora será una fuente de beneficios para las entidades. La recuperación de la economía y del empleo tendrán una contribución clave en el descenso de los créditos impagados, explica Enrique Pérez-Hernández, profesor del IEB, «no hay que olvidar que las entidades tienen ya cubierto un 59 por ciento de la mora», apunta.
Quedan muchas dudasSin embargo, hay quien cree que esta visión es muy positiva, ya que los márgenes de rentabilidad sobre el capital (ROE) del sector, no volverán a los niveles previos a la crisis en el medio plazo. «En los años previos a la crisis, la rentabilidad superaba el 20 por ciento y hoy el objetivo está en llegar al 10 por ciento», advierte Joaquín Maudos, profesor de Economía en la Universidad de Valencia. «Me cuesta ver un ROE superior al 10 por ciento antes de 2017», indica Pérez-Hernández.
Si al descenso de la rentabilidad se une la caída del saldo neto de crédito, parece complicado que las entidades puedan recuperar sus beneficios históricos, como afirman otras entidades. «En muchos casos, el coste de captar capital muchas veces supera la rentabilidad», advierte Maudos, ya que los créditos problemáticos y los inmuebles en balance no generan ingresos pero es necesario financiarlos. «Hay más de 260.000 millones de euros en activos que no rinden nada y que generan costes financieros», indica Maudos.
Además, los bancos verán cómo se apaga otro de los motores de su beneficio durante los últimos años: la venta de cartera y el carry trade. «Las entidades acabaron de vender en 2014 una buena parte de su cartera industrial que fue un foco de ingresos», explica Pérez-Hernández. Además, el descenso de la rentabilidad de los bonos soberanos, provocará que las entidades ya no consigan las ganancias millonarias de los últimos años. Los bancos ya no podrán emplear la financiación casi gratis del Banco Central Europeo para comprar deuda pública y conseguir retornos incluso de doble dígito.
Por último, otro factor que ha liberado gastos en los últimos años (han caído en torno a un 25 por ciento desde 2009), y que está cerca de agotarse, es la reducción del exceso de capacidad. «Se han eliminado un 30 por ciento de las sucursales y un 27 por ciento del empleo desde el inicio de la crisis», indica Pérez-Hernández. S&P cree que el grueso del ajuste ya está realizado, por lo que tendrán complicado ajustar mucho más los costes.
Santander marca el caminoSantander no solo es la mayor entidad española, sino que es el banco que liderará la vuelta a los beneficios históricos. Según las estimaciones del consenso de mercado recogido por Bloomberg, la firma conseguirá unas ganancias netas próximas a los 9.500 millones de euros, frente a los 9.000 millones que consiguió en 2007.
CaixaBank seguirá el camino de Santander hacia sus beneficios históricos. La entidad mantiene unos niveles de rentabilidad muy bajos, con un ROE del 2,7 por ciento en 2014, pero conseguirá crecer con las operaciones corporativas que tiene en marcha. Esta semana lanzó una opa por el banco portugués BPI y actualmente está reestructurando la plantilla española del negocio de Barclays que compró en 2014. Las casas de análisis encuestadas por Bloomberg estiman un beneficio de más de 2.500 millones para la entidad en 2017.
En el caso de BBVA, los analistas creen que tardará tres años en volver al nivel de beneficios conseguido antes de la crisis, en el entorno de los 6.000 millones. Bankia consolidará sus ganancias en los próximos años, aunque seguirá lejos del nivel de beneficios que consiguieron las cajas de ahorros que conformaron la entidad. La suma de las siete firmas consiguió unas ganancias de casi 3.000 millones de euros en 2007 (con los 2.250 millones de Caja Madrid), mientras que los analistas proyectan unos beneficios de 1.400 millones para 2017.