La banca alemana esconde su exposición a Grecia

«Los bonos alemanes padecieron su mayor caí­da de las últimas semanas y su rentabilidad tocó los máximos en más de un mes. La presión de la opinión pública y de los mercados obligó a las entidades alemanas a acabar confesando su fuerte exposición a Grecia. Alemania ha acudido a las pruebas de resistencia a la banca arrastrando los pies. Inicialmente se oponí­a a que se extendiesen más allá de los grandes bancos, luego era contraria a que se publicaran los resultados y su última batalla fue para que no se conocieran los datos de riesgo soberano de las entidades.»

La resistencia alemana a ublicar las cifras se ha producido a pesar de que la metodología de las pruebas de resistencia europeas apenas penalizaba la posesión de deuda griega. Esa benevolente hipótesis sobre la deuda griega ha favorecido a los bancos de los países que tienen más títulos emitidos por Atenas y que son, sobre todo, los alemanes, franceses, chipriotas y belgas. El resultado de esa peculiar metodología es que en las pruebas de resistencia se ha aplicado un mayor recorte por tener deuda griega al Banco Santander (cuya exposición total es de 300 millones) que a Hypo Real State (con 7.913 millones en cartera) o a BNP Paribas (con unos 5.000 millones). (EL PAÍS) EL ECONOMISTA.- El consejero delegado de Endesa, Andrea Brentan, considera "ineludibles" nuevas subidas de las tarifas de la luz que eviten que el sistema eléctrico siga registrando déficit y anunció que su compañía, como ya han hecho Iberdrola, Gas Natural Fenosa y la patronal Unesa, ha presentado un recurso ante el Tribunal Supremo contra la congelación de tarifa aplicada en julio. “Una subida de tarifas es ineludible conforme a las leyes y los decretos vigentes”, afirmó Brentan. EL CONFIDENCIAL.- Un viejo chiste sostiene que la economía es la única ciencia -démosle el beneficio de la duda- en la que dos autores pueden recibir el mismo premio Nobel por decir justamente lo contrario. Esta aparente contradicción puede explicar que ahora sean los bancos centrales -cuya capacidad para prever el pasado es extraordinaria- quienes juzguen la solvencia de las entidades de crédito, como si no tuvieran nada que ver con la situación del sistema financiero. Como si su estrambótica política monetaria durante años hubiera sido ajena a lo que ha sucedido desde agosto de 2007. Economía. El País La presión fuerza a la banca alemana a confesar su alta exposición a Grecia Miguel Jiménez España se llevó ayer el premio de los inversores por su ejercicio de transparencia y severidad en las pruebas a la banca. En el otro extremo, Alemania recibió un alud de críticas por ocultar el riesgo soberano de buena parte de sus bancos, pero, además, sufrió el castigo por parte de los inversores. Los bonos alemanes padecieron su mayor caída de las últimas semanas y su rentabilidad tocó los máximos en más de un mes. La presión de la opinión pública y de los mercados obligó a las entidades alemanas a acabar confesando su fuerte exposición a Grecia. Alemania ha acudido a las pruebas de resistencia a la banca arrastrando los pies. Inicialmente se oponía a que se extendiesen más allá de los grandes bancos, luego era contraria a que se publicaran los resultados y su última batalla fue para que no se conocieran los datos de riesgo soberano de las entidades. Finalmente, también perdió esa batalla. "Acordamos con todas las autoridades supervisoras y con los bancos que en este ejercicio se revelarían todos los datos sobre riesgos soberanos", explicaba el secretario general del Comité de Supervisores Bancarios Europeos (CEBS, por sus siglas en inglés), en declaraciones al Financial Times. Sin embargo, como publicó ayer EL PAÍS, buena parte de los bancos alemanes examinados incumplió ese compromiso. Seis entidades germanas mantuvieron ocultos sus datos de riesgo soberano durante el fin de semana, entre ellas, el mayor banco alemán, Deutsche Bank, y el único del país que suspendió las pruebas, el Hypo Real State. Ayer, el Hypo, el Landesbank Berlin, Postbank y WGZ publicaron sus cifras. Faltan las del Deutsche y las de DZ Bank, pero los datos conocidos demuestran ya que la banca alemana es la que tiene un mayor riesgo soberano griego, superior a los 15.000 millones. Un portavoz del Deutsche Bank aseguró ayer a este diario que la entidad publicará hoy sus datos, junto con los resultados del segundo trimestre. En junio pasado, el banco dijo a los analistas que su exposición a la deuda griega era de unos 500 millones. Los expertos creen que la crisis de la deuda ha afectado a los resultados de la entidad en el segundo trimestre. Las acciones de Deutsche Bank llegaron a caer ayer un 3% al inicio de la sesión, pero cerraron el día al alza. La resistencia alemana a publicar las cifras se ha producido a pesar de que la metodología de las pruebas de resistencia europeas apenas penalizaba la posesión de deuda griega. La explicación del CEBS es que tras la creación del fondo de rescate del euro no se contempla la hipótesis de un impago por parte de ningún país europeo. Por ello, el recorte de valoración del 23,1% aplicado a los títulos griegos para contemplar un escenario de crisis de la deuda afectaba solamente a la cartera de negociación (títulos que se compran y venden especulativamente) y no al conjunto de la exposición neta, que incluiría también la cartera a vencimiento. Esa benevolente hipótesis sobre la deuda griega ha favorecido sobre todo a los bancos de los países que tienen más títulos emitidos por Atenas y que son, sobre todo, los alemanes, franceses, chipriotas y belgas. El resultado de esa peculiar metodología es que en las pruebas de resistencia se ha aplicado un mayor recorte por tener deuda griega al Banco Santander (cuya exposición total es de 300 millones) que a Hypo Real State (con 7.913 millones en cartera) o a BNP Paribas (con unos 5.000 millones). En general, varios analistas señalaron ayer que si el recorte de valoración se hubiera aplicado a toda la cartera de deuda soberana de todos los países, habrían suspendido las pruebas 24 entidades con unas necesidades de capitalización de unos 15.000 millones de euros (en lugar de las siete entidades y 3.500 millones que han salido en el examen). Fuentes financieras conocedoras de las pruebas de resistencia indican, además, que en el último momento se excluyó del examen europeo la deuda soberana rusa y suiza, aunque otras fuentes que participaron en el proceso señalaron que no les constaba ese hecho. Fuentes del mercado indican que la gran beneficiada con esa decisión -en particular en lo relativo a la deuda rusa- habría sido la banca alemana, con fuertes posiciones en el país. EL PAÍS. 27-7-2010 Eléctricas. El Economista Endesa califica de “ineludible” nuevas subidas de la tarifa de la luz El consejero delegado de Endesa, Andrea Brentan, considera "ineludibles" nuevas subidas de las tarifas de la luz que eviten que el sistema eléctrico siga registrando déficit y anunció que su compañía, como ya han hecho Iberdrola, Gas Natural Fenosa y la patronal Unesa, ha presentado un recurso ante el Tribunal Supremo contra la congelación de tarifa aplicada en julio. "Una subida de tarifas es ineludible conforme a las leyes y los decretos vigentes", afirmó Brentan, quien considera que este incremento podría "mitigarse" si se "ajustan" las primas a la fotovoltaica o se reparte "una parte de la financiación del sobrecoste de las renovables entre todos los sectores energéticos". En su opinión, la energía fotovoltaica se beneficia en la actualidad de una prima "tremendamente alta", al tiempo que realiza una contribución "muy pequeña" a la producción eléctrica. No a tasas a la nuclear Brentan rechazó además la aplicación de una tasa a la nuclear e hidráulica con el objeto de cargar costes sobre unas instalaciones amortizadas que se benefician del precio del mercado mayorista a través de unos windfall profits (beneficios caídos del cielo). "No se puede gravar con un impuesto lo que no existe", afirmó el directivo para negar la propia existencia de los windfall profits y, con ello, la justificación de la tasa. "Las centrales hidráulicas y nucleares están lejos todavía de haber sido amortizadas y tienen pendiente de recuperación una parte importante de la inversión", añadió. El consejero delegado de Endesa consideró que "los retornos sobre las inversiones eléctricas están por debajo de los que sería razonable" y, en algunos casos como en las centrales térmicas son "negativos". Además, consideró que la aplicación de esta tasa introduciría una "ulterior distorsión" en el mercado eléctrico, donde los precios ya son "bajos" y donde la "intervención es muy elevada". Déficit de tarifa Sobre el proceso de titulización entre entidades bancarias del déficit de tarifa del sector eléctrico, Brentan expresó su "plena confianza" en que la colocación se realizará "cuanto antes". El proceso de titulización "está en marcha" y "estará técnicamente concluido en septiembre", afirmó. Junto a esto, calificó las negociaciones entre el Gobierno y el PP acerca de un pacto de Estado de energía de "excelente oportunidad para introducir transparencia y estabilidad, y despejar, de una vez por todas, las incertidumbres regulatorias". En este sentido, consideró "prácticamente imposible" que se pueda cerrar el acuerdo en julio y expresó la disposición de Endesa a "cooperar con todas las instituciones para establecer una regulación estable con una justa remuneración que garantice futuras inversiones". EL ECONOMISTA. 28-7-2010 Opinión. El Confidencial ¿Y por qué los bancos centrales no son sometidos a un ‘stress test’? Calos Sánchez Un viejo chiste sostiene que la economía es la única ciencia -démosle el beneficio de la duda- en la que dos autores pueden recibir el mismo premio Nobel por decir justamente lo contrario. Esta aparente contradicción puede explicar que ahora sean los bancos centrales -cuya capacidad para prever el pasado es extraordinaria- quienes juzguen la solvencia de las entidades de crédito, como si no tuvieran nada que ver con la situación del sistema financiero. Como si su estrambótica política monetaria durante años hubiera sido ajena a lo que ha sucedido desde agosto de 2007. Tirar de hemeroteca puede parecer de mal gusto en una situación como esta, pero no estará de más recordar que ya en abril de 2007 -meses antes del primer episodio grave de crisis- el Informe de Estabilidad Financiera del FMI advertía que de la mano de las hipotecas basura de EEUU se estaba larvando un incremento de los riesgos de crédito. Sostenía el FMI, y aquí está lo relevante, que el relajamiento de las normas crediticias (la función básica de un banco central al margen de la emisión de dinero) no se podía circunscribir a las hipotecas de alto riesgo, y que por lo tanto todo el sistema financiero pudiera estar contaminado de activos más falsos que un duro de madera, que se decía antes. El Fondo Monetario Internacional daba una cifra escalofriante. En apenas un decenio (de 1995 a 2005) se había triplicado el flujo de inversiones transfronterizas. Hasta alcanzar una cifra verdaderamente espectacular: 7 billones de dólares, el 15% del PIB mundial. A pesar de eso, y como se sabe, las autoridades instrumentaron una política monetaria extraordinariamente laxa. ¿Y qué hicieron los bancos centrales europeos ante la nula aversión al riesgo por parte de los agentes económicos? Pues simplemente nada. Mirar hacia otro lado. Veamos el caso español. El Informe de Estabilidad Financiera publicado por el Banco de España en mayo de 2007 decía de manera cándida que “el sistema financiero internacional ha mostrado una notable capacidad de resistencia ante la concreción de episodios adversos”. El informe, al menos, reconocía “ciertos retos”, como los elevados desequilibrios globales, los riesgos geopolíticos y los derivados de potenciales variaciones en la percepción del nivel de riesgo, así como el creciente nivel de apalancamiento de los hedge funds y de las operaciones de private equity. El vaticinio Pelillos a la mar, venía a decir el banco central en otra parte del informe. Según el Banco de España, a mediados de 2007 la corrección bursátil, que ya por entonces comenzaba a sacar la patita, “no parece que vaya a afectar de forma significativa a las entidades de depósito españolas, dada su reducida exposición al riesgo de mercado {inmobiliario]”. Y en un ejercicio de economía-ficción aventuraba. “A medio plazo (sic), dichas entidades continúan mostrando una muy elevada capacidad de generación de resultados y de recursos propios y, por tanto, de resistencia frente a perturbaciones inesperadas domésticas o internacionales. El escenario central”, continuaba “con una elevada probabilidad continúa siendo el de un cambio suave y progresivo de modelo de negocio desde el inmobiliario hacia otros segmentos, en consonancia con un escenario macroeconómico de desaceleración en el precio de la vivienda y en la actividad inmobiliaria en favor de la inversión en bienes de equipo y las exportaciones”. Vamos la arcadia feliz, que diría un clásico. Sería un ejercicio de ventajismo político juzgar al Banco de España a la luz de lo sucedido posteriormente; pero lo que está fuera de toda duda es que desde 2007 se ha impuesto una política de paños calientes que sólo ha hecho demorar la salida de la crisis. Y en este sentido cabe interpretar los resultados de las célebres pruebas de esfuerzo, que vienen a decir que aquí no pasa nada. Ni en España ni en ningún otros país. Hasta la banca griega está a salvo del diluvio. El economista Robert J. Shiller, recordaba recientemente unas declaraciones de Martin Čihák, del Fondo Monetario Internacional, quien en julio de 2007 informó de un hecho asombroso a la luz de la historia. De los 47 bancos centrales que publicaron aquel año informes sobre la estabilidad financiera, “prácticamente todos” ofrecieron una “evaluación en conjunto positiva de su sistema financiero nacional”. ¿Y por qué llegaron a esa conclusión? Simplemente porque no tenían ningún incentivo a destripar los agujeros del sistema. Un agujero económico ¿Qué hubiera ganado un banco central con airear ante el público las vergüenzas de algunas de sus entidades? Simplemente, nada. Incluso en la situación actual habrían perdido dinero ya que los bancos centrales –a través del BCE- son ahora quienes compra deuda pública de sus países, mientras que los gobiernos avalan sin cesar todos tipos de emisiones privadas (unos 64.000 millones de euros en el caso español). Una caída generalizada del valor de sus activos, por lo tanto,les provocaría un roto en sus cuentas de resultados (que también las tienen, aunque a menudo se olvide). Es por esto por lo que la regulación macroprudencial debe hacerse a nivel supranacional, aún a costa de las soberanías nacionales. Las pruebas de stress hubieran sido creíbles si en lugar de hacerlas los bancos locales las hubieran realizado el BIS o el Fondo Monetario. No es necesario recordar que el Comité de Supervisores Bancarios Europeos (CEBS) -el encargado de presentar los resultados a niveles europeo- únicamente es un órgano coordinador, pero con nula capacidad ejecutiva para ordenar una determinada metodología de análisis del riesgo. Como dice los folletos informativos, es verdad que rentabilidades pasadas no garantizan beneficios futuros, pero con ese acervo a sus espaldas no es fácil creer que las pruebas de esfuerzo se hayan hecho con criterios exigentes, sobre todo en cuanto a valoración del precio del los activos que tienen los bancos en sus balances. ¿Y por qué no? Simplemente por una problema de independencia de los órganos de gobierno de los bancos centrales, contaminados por el poder político hasta límites insoportables. Evidentemente no en todos los casos. Como es obvio, unos son más independientes que otros. El caso del Banco de España es de libro, y no sólo porque el gobernador Fernández Ordóñez haya hecho toda su carrera política de la mano del PSOE. El hecho de que en el Consejo de Gobierno del banco se sienten todavía la directora general del Tesoro y el vicepresidente de la CNMV, dos cargos de designación política, cercena su independencia. Esta complacencia del poder político con la situación económica puede explicar la obsesión del regulador por culpar de la falta de crédito a la escasa demanda solvente. O dicho en roman paladino. Sostiene el gobernador -y lo volvió a repetir el pasado viernes- que no hay crédito simplemente porque quienes lo piden no ofrecen suficientes garantías a la banca. Si esto fuera verdad estaríamos ante un problema de notable envergadura. Todo el país está en la ruina, porque como señalan las estadísticas sobre concesión de créditos, estamos ante una caída vertiginosa de la financiación a familias y empresas. Y sin crédito, ya se sabe, difícilmente podrán sobrevivir las entidades, por muchas fusiones que se celebren. Pero no sólo eso. Hasta las propias administraciones públicas estarían al borde la quiebra. Y para llegar a esta conclusión sólo hay que conocer el camino del Gólgota que está sufriendo el Gobierno catalán para obtener 2.000 millones de euros de los mercados. Si es verdad lo que dice el gobernador, la Generalitat forma parte de esa demanda de crédito no solvente, lo cual es verdaderamente preocupante. A eso se le llama algo muy parecido a default. En realidad estamos ante una simple treta de esas que le gustan tanto al gobernador. No hay demanda solvente simplemente porque el valor de los activos -inmobiliarios y no inmobiliarios- es demasiado alto, por lo que hasta que no haya una caída generalizada de precios difícilmente se va a poder estabilizar el mercado. Puede parecer de Perogrullo, pero una sobrevaloración de activos -la génesis de la crisis actual en forma de burbuja- sólo puede compensarse con una caída generalizada de los precios, y cuanto antes asuman este axioma las autoridades económicas, más rápido se saldrá de la crisis. La banca española seguirá siendo solvente y la más guay del mundo mundial, pero los agentes económicos tendrán que emigrar para lograr un crédito. EL CONFIDENCIAL. 28-7-2010

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