Se pone en marcha el proyesto "Nabucco"

La alternativa a la dependencia del gas ruso

Los desacuerdos financieros entre Ucrania y Rusia, a finales de 2005, tuvieron dos consecuencias de suma importancia: una inmediata – se trata de la interrupción del abastecimiento con gas natural, que afectó en gran medida a Europa – y otra, a largo plazo: tanto la UE, como Rusia decidieron buscar más intensamente rutas alternativas para abastecer el Occidente.

La Unión Euroea y sus principales socios potenciales de Asia Central, Cáucaso Sur, Oriente Próximo y el Mashrek para desarrollar el proyecto de gasoducto conocido como el Corredor Sur respaldaron hoy impulsar este proyecto para traer gas del Caspio y Oriente Próximo a Europa durante la cumbre celebrada hoy en Praga, un proyecto «clave» para la Unión Europea.»El contexto de esta cumbre está muy claro, nuestra prioridad estratégica en la Unión Europea es reforzar la seguridad energética, especialmente diversificando las fuentes y rutas de abastecimiento energético. La iniciativa del Corredor Sur es un proyecto de prioridad clave para la Unión Europea», recalcó el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso.La cumbre del proyecto energético Corredor Sur que se inaugura en Praga impulsará la construcción del gasoducto Nabucco y otras tuberí­as que reducirán el protagonismo de Rusia como proveedora de combustible a Europa, escribe el diario ruso Kommersant.El objetivo es «acabar con el monopolio de Rusia sobre la exportación de hidrocarburos desde el Asia Central, lo cual significa que la UE ya no aspira a lograr con Moscú una solución de compromiso en cuanto a la seguridad energética», señala este periódico al agregar que los acuerdos sobre Nabucco podrí­an firmarse para finales de junio próximo.A la cumbre, organizada por la Comisión Europea y la presidencia checa de la UE, están invitados los lí­deres de Azerbaiyán, Georgia, Kazajstán, Turkmenia, Uzbekistán, Egipto, Iraq y Turquí­a, paí­ses implicados en el programa Corredor Sur. La Declaración Final, según el anteproyecto de que dispone Kommersant, resalta la necesidad de «superar los últimos obstáculos comerciales y de otra í­ndole que entorpecen la implementación de proyectos energéticos y de transporte en el marco del Corredor Sur, incluida la ruta transcaspia».El gasoducto Nabucco, cuya capacidad anual se estima en 31.000 millones de metros cúbicos, podrá transportar a Europa el gas proveniente de los campos situados en la plataforma del Mar Caspio, sin pasar por el territorio de Rusia. Otro proyecto que la cumbre de Praga pretende sacar adelante es el gasoducto ITGI, que conecta a Turquí­a con Grecia e Italia y puede trasegar al año 11.000 millones de metros cúbicos.Los participantes de la cumbre se comprometerán a «prestar un fuerte apoyo polí­tico, y en lo posible, también asistencia técnica y financiera» a diversos proyectos del Corredor Sur, para «diversificar las fuentes y las rutas de transporte» de hidrocarburos.El gasoducto deberá transportar entre 20.000 y 30.000 millones de metros cúbicos de gas anuales desde Asia Central y Azerbaiyán por la ruta Turquí­a-Bulgaria-Rumania-Hungrí­a-Austria. El tendido comenzará a operar en 2013 y su construcción iniciará tres años antes. A su vez, requerirá inversiones de hasta 8.000 millones de dólares.Seis meses después de que se anunciase la construcción del Nabucco, «Gazprom anunció a su vez la construcción de otro gasoducto rival, junto con el grupo petrolero italiano Eni, el Southstream, que rodea Ucrania para alimentar también a Europa. Putin dijo indignado a finales de abril de 2006 en la ciudad siberiana de Tomsk, durante una cumbre ruso-alemana, que estaba harto de escuchar constantemente «comentarios sobre el peligro que supone depender de Rusia». Lanzó entonces la amenaza de «desviar» los hidrocarburos rusos a otros mercados, si Europa continuaba imponiendo «limitaciones y cortapisas».Aparte de las respuestas militares, todo parece indicar que Moscú habí­a diseñado, de tiempo atrás, un arma de polí­tica exterior que explica en gran parte las actuaciones de los EU, la UE y obviamente de Rusia en las fronteras de la antigua Unión Soviética: la dependencia energética de los potenciales agresores de Rusia.Los desacuerdos financieros entre Ucrania y Rusia, a finales de 2005, tuvieron dos consecuencias de suma importancia: una inmediata – se trata de la interrupción del abastecimiento con gas natural, que afectó en gran medida a Europa – y otra, a largo plazo: tanto la UE, como Rusia decidieron buscar más intensamente rutas alternativas para abastecer el Occidente.Con su intervención militar en suelo georgiano, el pasado mes de agosto, Moscú ha logrado retraer a los inversores y crear incertidumbre sobre la viabilidad del proyecto Nabucco. La inclusión de Irán es un punto controvertido entre Washington y Bruselas, y a pesar de que ambos apoyen el proyecto Nabucco para limitar la influencia de Rusia, EE.UU. se opone a que Irán disponga de aire fresco en sus exportaciones de gas y petróleo.

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