Todos los medios coinciden en que con los resultados electorales “Alemania ha girado a la derecha”. Pero esa no es toda la verdad. Hay una Alemania, que se mide en muchos millones de votantes, que han dado una respuesta progresista o movida por poner freno al avance de la AfD.
Se nos presenta que lo único relevante es la victoria de los conservadores de la CDU, el avance de la ultraderecha o el hundimiento de los socialdemócratas… Pero se oculta o minimiza el espectacular avance, en las peores condiciones, de Die Linke, La Izquierda, poniendo en primer plano las cuestiones sociales que más afectan a la población.
Hace pocos meses muy pocos apostaban por Die Linke. Es más, muchos auguraban su desaparición, al quedar fuera del parlamento. La realidad ha sido exactamente la contraria. Han duplicado sus votos, pasando del 4,9% al 8,6%, siendo la candidatura que más ha crecido durante la campaña.
Y eso a pesar de sufrir una escisión, la BWS de Sahra Wagenknecht. La BWS, enarbolando, como si fuera de izquierdas, una política contra la inmigración y a favor de Putin, ha quedado fuera del parlamento. Mientras Die Linke, con una propuesta claramente de izquierdas ha obtenido unos excelentes resultados.
Que han sido todavía mejores en los sectores mas dinámicos. Entre los jóvenes de 18 a 29 años Die Linke es la fuerza más votada, con el 23% de los votos. Si le unimos el voto a Los Verdes -motivado por una apuesta por redoblar la lucha contra el cambio climático- el 42% de los jóvenes han optado por candidaturas progresistas.
Y sus mejores resultados, con un 22,4% de los votos, los ha obtenido Die Linke en Berlín, la capital del país, e históricamente el territorio más avanzado.
Die Linke ha basado su éxito poniendo en primer plano medidas sociales, que enfrenten el empobrecimiento impuesto a la población a golpe de inflación o subida de los alquileres. Ha propuesto una reforma fiscal para que paguen más los más ricos, y defendido poner un tope a los alquileres o eliminar el IVA a los productos básicos.
El ascenso de Die Linke, con un programa contra los recortes, señala a la Alemania que busca salidas por la izquierda.
Y Die Linke se ha atrevido a enfrentarse a las políticas de represión contra la inmigración, que no solo la AfD, sino también la CDU o incluso el SPD impulsan o consienten.
Son más de 4 millones de votantes alemanes los que han respaldado a Die Linke, con un mensaje claramente escorado a la izquierda y enfrentado a la ultraderecha.
Esta es la Alemania que no ha girado a la derecha. La que nos ocultan, presentando que solo existe el avance de la ultraderecha.
La realidad es otra. Una parte importante de la sociedad alemana se ha movilizado para evitar que el avance de los ultras superara todos los límites. Eso explica que la participación en las urnas haya alcanzado el 82%, la cifra más alta desde la reunificación alemana.
Y la debacle de los liberales de FDP, que de formar parte del gobierno han pasado a ser una fuerza extraparlamentaria, es resultado del rechazo a los recortes más salvajes. Su líder, Christian Lindner, hasta ahora ministro de Finanzas, ha enarbolado las propuestas que más han atacado los intereses de las clases populares.