No es la bazuca que esperaba el mercado, pero la acción coordinada de los seis bancos centrales para ofrecer un acceso más barato al financiamiento en dólares es una respuesta significativa a la crisis. Esto debería ayudar a reducir la presión para que los bancos vendan activos y ayudaría a esquivar la creciente crisis crediticia al interior de la eurozona, la que había comenzado a hacerse sentir en la economía global.
Sin embargo, aunque la medida impulsó un alza generalizada en los mercados, también refleja la severidad de la crisis y aumenta la presión sobre los encargados de política en Europa para tomar medidas más decisivas.