Selección de prensa nacional

Kits anticrisis

Cruz Roja de Catalunya ha preparado un plan de emergencia que consiste en repartir kits de ayuda social para atender a una demanda que crece a pasos agigantados. Comida para bebés, productos de higiene personal o apoyo para pagar el material escolar son algunas de las actuaciones urgentes que Cruz Roja llevará a cabo a partir del próximo mes de septiembre para ayudar a unos 10.000 ciudadanos en apuros

Reortaje. El Periódico CRUZ ROJA PREPARA ‘KITS’ ANTICRISIS Sara González La crisis no da tregua y cada vez hay más familias que, tras perder su empleo, no pueden hacer frente a sus necesidades más básicas. Por ello, Cruz Roja de Catalunya ha preparado un plan de emergencia que consiste en repartir kits de ayuda social para atender a una demanda que crece a pasos agigantados. Comida para bebés, productos de higiene personal o apoyo para pagar el material escolar son algunas de las actuaciones urgentes que Cruz Roja llevará a cabo a partir del próximo mes de septiembre para ayudar a unos 10.000 ciudadanos en apuros. El presidente de Cruz Roja de Catalunya, Josep Marquès, explicó que el paro y la coyuntura económica son las principales causas de la aparición de un nuevo perfil de usuario que nunca antes había requerido ayudas sociales y que ahora se expone a una situación de riesgo social y vulnerabilidad. Según Marquès, la entidad ha tenido que readaptar su presupuesto y su actividad para hacer frente a este nuevo panorama. En esta primera fase del proyecto se repartirán siete variedades de kits que contemplan diferentes tipos de asistencia: apoyo escolar; alimentos y productos higiénicos para bebés; comida familiar de siete días para cuatro personas; compra de productos sin gluten; aportaciones económicas para pagar el alquiler, entre otros. Las personas que accederán a estas ayudas serán, básicamente, todas aquellas afectadas por la crisis económica que sean derivadas por los servicios sociales. La duración y la frecuencia de las prestaciones, que estarán impulsadas por los voluntarios de la entidad, se fijará en función de la situación de cada familia y de la evolución de la crisis. La inversión inicial que Cruz Roja hará en este proyecto es de 400.000 euros y su objetivo es que la Administración, las empresas y la ciudadanía se impliquen para dar continuidad a esta iniciativa durante el 2010. Cruz Roja atendió el año pasado a 809.000 personas en Catalunya, un 9,7% más que en el 2007. Ayer, en la presentación de su informe anual, el coordinador de la entidad, Enric Morist, explicó que se prevé que la demanda crezca hasta el 20%, ya que en los primeros meses de este año ya han notado los primeros efectos de la crisis. Morist alertó de que las cifras más dramáticas llegarán a partir de junio, cuando muchas familias dejen de recibir las prestaciones por desempleo. A pesar de la crisis, en el 2008 aumentó ligeramente la cifra de voluntarios y de socios de Cruz Roja, una tendencia que, según Marquès, evidencia que «la sociedad está viva». A día de hoy la entidad tiene 175.830 socios (un 3,17% más que en el 2007) y 15.134 voluntarios (un 0,7% más respecto el año anterior). EL PERIÓDICO. 3-6-2009 Editorial. El País EUFORIA SIN CAUSA El descenso del paro registrado en 24.741 personas durante el mes de mayo y el aumento del número de afiliados a la Seguridad Social en 69.304 han desatado la euforia en el Gobierno y el PSOE y la incredulidad reticente en el PP, demasiado próxima a la deslegitimación estadística que practicó ayer Jaime Mayor Oreja, cuando afirmó que "más allá del análisis del dato de paro les recuerdo que los socialistas, al final, siempre cuentan una mentira". Si lo que pretende el candidato del PP en las elecciones del domingo es combatir los excesos optimistas de las cuentas del paro que ha hecho el PSOE, está en su derecho; sobre todo si presenta argumentos más sólidos que las meras sugerencias que expuso ayer. Pero si lo que quiere es acusar al Gobierno de manipulación estadística, debería presentar pruebas si no quiere dar muestras de irresponsabilidad. La maquinaria del INEM ha funcionado sin sombras de duda durante muchas legislaturas, algunas de ellas gobernadas por el PP. A pesar de que la evolución de la economía desde 2007 ha dictado severas lecciones de discreción y cautela, cuyo olvido ha llevado al Gobierno a la erosión de su credibilidad, ha bastado un buen dato laboral para que desde el Ejecutivo ya se sugiera el "principio del fin de la crisis", como ha hecho el ministro de Industria, Miguel Sebastián. Deseoso de confirmar la imprecisa metáfora de los brotes verdes, el equipo económico interpreta una estadística modesta y parcial como si fuera la tierra prometida de la reactivación. Es una inconsecuencia, como hizo ayer también el presidente del Gobierno, reclamar prudencia ante la caída del paro en mayo y, a renglón seguido, dar casi por hecho un cambio de tendencia en la actividad económica. Para que pueda insinuarse ese cambio de tendencia es necesario que el paro baje al menos durante los próximos dos meses, con el fin de depurar los efectos estacionales o aleatorios. Y donde debe certificarse el giro del empleo es en la Encuesta de Población Activa (EPA), que es la estadística homologada que permite la comparación histórica de ocupados y parados y la relación con el resto de países europeos. No obstante, la caída del paro es una buena noticia y confirma que las medidas de estímulo, plasmadas en el Fondo Estatal de Inversión Local, pueden frenar moderadamente el crecimiento intenso del desempleo. También es una inconsecuencia, y en ella han caído algunos economistas próximos al PP, despreciar el buen resultado de mayo porque se deba en parte a los planes de estímulo de Zapatero: para eso se aprobaron y aplicaron. Desgraciadamente, el dato de mayo no basta para modificar las predicciones sobre la economía española: la recesión será duradera y tan sólo empezará a crearse empleo neto cuando el PIB crezca en tasa anual por encima del 2,5%; tal cosa no sucederá probablemente hasta 2011. Mientras tanto, la economía española tendrá que soportar un paro elevado y los costes sociales que ello implica. EL PAÍS. 3-6-2009 Editorial. ABC EL BROTE NO ES VERDE EL Gobierno ha recibido con explicable alivio la cifra del paro del mes de mayo, porque refleja una bajada de 24.741 personas -hasta situarse en 3.620.139- en relación con el mes de abril. Se trata de la primera reducción del desempleo después de catorce meses seguidos con subidas imparables y, a cuatro días de las elecciones al Parlamento Europeo, se convirtió ayer en la principal baza electoral del PSOE, un clavo ardiendo al que aferrarse en medio de una desafortunada campaña. Se trata, en todo caso, de una noticia positiva, buscada tenazmente por el Ejecutivo con las ingentes cantidades de recursos públicos destinados a impulsar proyectos de obra pública en los ayuntamientos a través del «Plan E». La otra cara de la moneda es la desproporción entre el déficit que está acumulando el Estado y la escasa dimensión de los resultados. Hay, además, una contradicción radical entre el discurso del presidente del Gobierno sobre el nuevo modelo productivo y las causas reales de este leve aumento del empleo: la principal aportación a este incremento viene de la construcción, es decir, del denostado «ladrillo» al que Rodríguez Zapatero quiere sustituir por ordenadores y energías renovables. El cambio de modelo productivo deberá esperar a mejor ocasión. Un análisis más sosegado de las cifras del paro en mayo obligan a matizar aún más su trascendencia. No hay que restar importancia a la reducción del desempleo en este mes, sino darle la que realmente tiene. Según el informe mensual del Ministerio de Trabajo, la cifra real de parados (demandantes de empleo no ocupados) es de 3.886.087. En concreto, el paro desestacionalizado de mayo aumentó respecto al mes de abril en 88.594 personas. El incremento de los últimos doce meses es del 53,81 por ciento o, lo que es lo mismo, de 1.266.564 personas. Además, en mayo ha habido menos contratos indefinidos a tiempo completo que en abril y poco más de estos contratos a tiempo parcial. Es decir, la buena noticia que transmite el Gobierno se basa en el ladrillo y en la precariedad laboral. El cuadro de la situación debe completarse con el incremento de las prestaciones por desempleo, que en el mes de abril aumentaron el 51,6 por ciento respecto al mismo mes del año 2008, con un incremento del gasto del 72,2 por ciento. Por si fuera poco, la pérdida de afiliados a la Seguridad Social en industria y construcción empaña el aumento del 0,38 por ciento respecto al mes de abril y no debe hacer olvidar que sólo en un año ha perdido 1.306.155 afiliados. La reducción del desempleo en mayo responde, en efecto, a la inyección de dinero público en obras locales, pero también a una operación de ingeniería estadística, ya conocida y practicada mensualmente. El brote no es verde porque no se ha creado empleo gracias a una reactivación interna de las fuentes de producción y de actividad económica y financiera. En estas condiciones es inverosímil hablar de cambio de tendencia o punto de inflexión. La prudencia a la que apela el Gobierno debe ser sincera y no sólo una impostura que adorne el enésimo pronóstico de recuperación. El brote puede ser efímero si el Gobierno no afronta las reformas fiscales, laborales y estructurales que se precisan, entre otras cosas, para cambiar esa «cultura del ladrillo» a la que el PSOE debe la única buena noticia que ha recibido en esta campaña europea. ABC. 3-6-2009

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