Muere Juan Genovés

Juan Genovés. La pintura como máquina de pensar

«Lo que nosotros hacemos no está destinado a ser observado con tranquilidad, sino a arrancar al espectador de su cómodo letargo, del rutinario tópico de esta vida moderna, tan perfectamente construída que está secando al hombre»

Esta contundente proclama, que Genovés lanzó allá por 1961, ha recorrido toda la obra del pintor valenciano.

De él se ha dicho que la suya en una mirada-grito. Un foco singular y poderoso dentro de la vanguardia artística de las últimas décadas.

Genovés ha recogido con su pincel algunos de los momentos más significativos e intensos de la historia reciente española. En La Paloma (1972) se muestra el ritmo de la porra del policía al golpear, dentro de las revueltas estudiantiles de los 70. El Abrazo (1976) se convirtió en la imagen plástica de la amnistía, y Paisaje Urbano( 1984) plasma el leve destello de pánico del 23-F.

Pero, más allá del episodio político, sus cuadros sometidos a un concienzudo proceso de depuración semántica y estilística, consiguen concentrar lo esencial y convertirse en manifiestos del drama humano universal, de la violencia del poder y la lucha más primaria por la vida y la libertad

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