Cargando...La gota que ha colmado el vaso ha sido, ya no sólo los malos resultados electorales del 1 de Marzo, sino que después de ello toda la dirección aprobó mantener a Javier Madrazo como dirigente como presidente (nueva figura que se ha creado pata tal caso).
Oskar Matute, ortavoz de esta corriente que ahora decide escindirse, critica por un lado la creación de la figura de presidente porque rompe con el principio básico de “funcionamiento democrático y no presidencialista” junto con que es lo contrario a la renovación que Ezker Batua debería llevar adelante. “Lo nuevo viejo, o lo viejo nuevo”.A su vez, la creación de esta nueva organización emerge desde la polémica, ya que si Mikel Arana, actual coordinador, declaró públicamente que la decisión de romper con la organización tenía que traer consigo el abandono de cargos públicos que ocupan varios de los críticos. Los críticos no parecen ser ni mucho menos del mismo parecer.Mikel Arana argumenta que estos cargos públicos “se consiguieron bajo las siglas de EB y con su programa político” mientras que Oskar Matute asegura que dichos cargos los considera como “propios y legítimos” ya que son fruto “del esfuerzo realizado por sus titulares en todos estos años”.En realidad entre esta marisma de rencillas internas es difícil ponerse al lado de uno o de otro. Que Ezker Batua, y de alguna manera Izquierda Unida necesita una renovación completa es algo que viene de años atrás. El viraje nacionalista que tuvo aquí la formación juntándose en el Gobierno con el PNV y la adhesión a sus postulados más soberanistas y reaccionarios, junto con la conciliación de la dirección general, provocó que muchos electores de izquierdas abandonaran su voto así como la separación de muchos viejos comunistas.Para que Oskar Matute se gane la confianza de la gente, frente aparecer como un movimiento oportunista ahora que el barco se hunde tendrá que establecer un mensaje claramente de izquierdas y una clara separación con el nacionalismo. Los comunistas siempre han sido internacionalistas y de clase así como firmes defensores de la unidad de España como defensa de la unidad del pueblo y defensa de unos intereses comunes de clase ya fuesen andaluces, catalanes, madrileños o vascos, o incluso hasta hispanoamericanos como dice el extracto de un discurso de Dolores Ibárruri, Pasionaria natural de Gallarta, Euskadi.(…) América, que dejó de ser hija de España, porque la madre fue criminal madrastra, pero a la que queremos, a la que no hemos olvidado, hermanados en el mismo sufrimiento, en el dolor de la esclavitud y de la opresión, y a la que deseamos a nuestro lado, unida estrechamente a nosotros, por los lazos del afecto, del idioma, de la raza y de los intereses comunes (…).Dolores Ibárruri, Pasionaria