Crisis de la automoción

Iveco no, Pegaso sí­

A Pegaso ya le cortaron las alas vendiéndolo a la italiana Iveco. Ahora la crisis pretende cortarle las piernas a lo que deberí­a haber sido el corazón de la fabricación nacional de un sector también estratégico para cualquier paí­s: los vehí­culos pesados.

Mil trabajadores en Madrid se ven afectados or un nuevo ERE “extintivo” anunciado por Iveco. O sea, van a ser despedidos. Al conjunto de la plantilla le afecta el ERE “suspensivo” hasta final de años. O sea, se les reduce el tiempo de trabajo que es como un “despido parcial”.La empresa argumenta que el mercado previsto en 2009 va a ser una cuarta parte de lo que fue en el 2007 por la dramática reducción de la venta de vehículos industriales pesados en España. Y, ciertamente, se entiende que la hecatombe de la construcción conlleve una caída en dichas ventas. La fábrica madrileña de Iveco produce vehículos pesados para transporte en carretera y vehículos de obras que son los que más han sufrido la crisis actual. Pero en tanto el 80% de la producción de Iveco es transportado fuera de nuestras fronteras, sería interesante estudiar en qué medida las restricciones aquí obedecen a una reestructuración de la empresa parecida a la que otras multinacionales de la automoción, como Ford, están llevando adelante y para las que la crisis no es más que el marco propicio para hacerlo “con fundamento”.

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