SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Italia en riesgo de quiebra y Merkel fomenta una Europa peor que la URSS

Yanis Varufakis sigue haciendo amigos. El hombre se ha hecho un hueco de honor en el burbujeante mundo de las redes sociales con ‘memes’ de todo tipo. Es el personaje que con más celeridad ha pasado de perfecto desconocido para el gran público a las portadas de todo el mundo. Y a las pantallas de televisión, como la RAI italiana: en una entrevista anoche, no dejó títere con cabeza.

A pre­guntas de la pe­rio­dista Lisa Lotti en el pro­grama ‘Pressa Diretta’, Varufakis re­bajó un tanto para la au­diencia las ex­pli­ca­ciones téc­nicas como re­co­no­cido pro­fesor y autor de li­bros de Economía y pasó a la ofen­siva. Aunque es­taba gra­bada, la en­tre­vista se di­fundió poco des­pués del dis­curso del primer mi­nistro Alexis Tsipras en el par­la­mento, en el que mo­duló su pro­grama an­ti­aus­te­ri­dad.

En lo con­creto, Varufakis no se salió del guión de su par­tido Syriza, y lo ar­gu­mentó: hace falta en Europa un New Deal como el de Roosevelt en 1933 porque todo está en juego y la deuda no se puede pa­gar. No sólo la griega; tam­poco la ita­liana, sin ir más le­jos. Es la se­gunda más alta en re­la­ción con el PIB. Para fi­nan­ciar ese New Deal y re­vi­ta­lizar la eco­nomía de la eu­ro­zona, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) de­bería aco­meter un plan de in­ver­siones por una can­tidad diez veces su­pe­rior a lo que ha de­di­cado hasta ahora.

Pero al fla­mante mi­nistro de Finanzas griego, con su per­fecto in­glés aus­tra­liano con in­ter­pre­ta­ción si­mul­tánea al ita­liano, se le ca­lentó la len­gua. Por un lado, fue algo des­cortés al re­velar pú­bli­ca­mente que el Gobierno ita­liano apoya a Atenas pero que tiene miedo de Merkel: ‘Le puedo decir que hay fun­cio­na­rios ita­lia­nos, aunque no puedo de­cirle de qué ins­ti­tu­ción, que me han dicho que nos res­pal­da­ban, pero que no pueden decir la verdad porque Italia tam­bién corre riesgo de quiebra y tienen miedo de la reac­ción de Alemania’.

Como era de es­pe­rar, el mi­nistro ita­liano de Economía, Pier Paolo Padoan, salió al paso au­to­má­ti­ca­mente. En reali­dad, lo hizo por an­ti­ci­pado: la RAI había di­fun­dido un ex­tracto pre­via­mente. ‘La deuda ita­liana es só­lida y sos­te­ni­ble’, afirmó Padoan.

Varufakis tam­bién in­vo­lucró a otros países en crisis y al con­ti­nente eu­ropeo en su con­junto. Más que una clase de Economía, sus pa­la­bras tu­vieron un cierto tufo a mitin po­lí­tico para ga­narse a los es­pec­ta­do­res: ‘Toda Europa está cu­bierta por una nube de miedo. Corremos riesgo de con­ver­tirnos en algo peor que la an­tigua Unión Soviética. No po­demos ha­llar la verdad por no­so­tros mis­mos, pero po­demos abrir una puerta para que us­tedes se unan a no­so­tros. De esta ma­nera, po­dremos dejar las ti­nie­blas de la ac­tual aus­te­ridad y en­trar en la luz de una dis­cu­sión eu­ropea ra­cional y se­re­na’.

Y si­guió: ‘Se trata de ideas y de pro­puestas que con­ciernen a toda Europa, porque no­so­tros los griegos no pen­samos que ten­gamos de­recho a pedir para no­so­tros nada que no se ponga en marcha tam­bién para los ita­lia­nos, los por­tu­gueses o los ir­lan­de­ses. Más pronto o más tarde, la can­ci­ller Merkel tendrá que ex­plicar por qué no aprueba nues­tras pro­pues­tas’. El dra­ma­tismo llegó al nudo de la in­ter­ven­ción, la ame­naza de Grexit: ‘El euro es frá­gil, es como le­vantar un cas­tillo de nai­pes, que si quitas la carta de Grecia las otras se vienen abajo. Yo ad­ver­tiría a todo aquel que esté ba­ra­jando la es­tra­tegia de amputar a Grecia de Europa, que es algo muy pe­li­groso. ¿Quién sería el si­guiente? ¿Portugal? ¿Qué pa­sará cuando Italia des­cubra que es im­po­sible per­ma­necer dentro de la ca­misa de fuerza de la aus­te­ri­da­d?’.

Su aná­lisis sobre el efecto en ca­dena de la sa­lida de Grecia del euro coin­cidió en parte con Alan Greenspan, que horas antes había sido en­tre­vis­tado por la BBC. Sólo en parte, porque mien­tras Varufakis trata de afe­rrarse al euro, el an­tiguo pre­si­dente de la Fed nor­te­ame­ri­cana ya ha to­mado su op­ción: la sa­lida de Grecia es ‘inevitable’ y ‘es sólo cues­tión de tiem­po’.

Greenspan lo más negro to­da­vía, en una crí­tica mil veces re­pe­tida sobre que el euro se em­pezó por el te­jado: ‘Creo que Grecia se irá con el tiempo, y no creo que eso ayude al resto de la eu­ro­zona, porque es sólo cues­tión de tiempo el que todos re­co­nozcan que se­pa­rarse es la mejor es­tra­te­gia. El pro­blema es que yo no veo ma­nera de que el euro pueda con­ti­nuar, a menos y hasta que todos los miem­bros se in­te­gren po­lí­ti­ca­mente; una in­te­gra­ción fiscal no es su­fi­cien­te’. Como con­suelo: el ve­te­rano Greenspan tam­poco es que sea fa­moso por sus va­ti­ci­nios acer­ta­dos. De he­cho, mu­chos con­si­deran que su po­lí­tica de di­nero ba­rato y poca vi­gi­lancia con­tri­buyó en gran me­dida a la crisis fi­nan­ciera de 2007-08, cuando él creía que el mer­cado arre­glaría los des­ajustes por sí solo.

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