SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El apoyo al Gobierno de Syriza se dispara al 72%

En el metro, en el supermercado, en la calle, Syriza y sus políticas impregnan toda conversación. Pero poco a poco, los griegos se van acostumbrando a decir «el Gobierno» en lugar del nombre del partido, de la misma manera que ya no es «Tsipras» sino «el primer ministro». Una novedad que paladean con evidente fruición todos los que dicen sentirse por fin esperanzados.

Inmediatamente después de las elecciones del 25 de enero, un 56% estaba satisfecho con el resultado, según una encuesta de Metron Analysis. Un 38% esperaba que la economía por fin experimentase mejoras, frente a un 21% que opinaba que empeoraría. El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, recibía el aprobado de 6 de cada 10 griegos.

Pero 10 días después, y tras una semana de tensas negociaciones en que tanto el Gobierno como sus socios internacionales se han enrocado en sus posiciones, el apoyo del que goza el Ejecutivo ha alcanzado el 72%, de acuerdo con una encuesta de la Universidad de Macedonia. Tres de cada cuatro griegos confían además en que el partido liderado por Alexis Tsipras está decidido a cumplir todas sus promesas electorales.

En lo que se refiere a la negociación de la deuda, la coalición de Syriza y Griegos Independientes no está defraudando a sus votantes. El viernes volvía a incidir en que no aceptará los 7.200 millones de euros del último tramo del programa de rescate, que expira este mes.

NO AL RESCATE

Ayer, el consejo de ministros se reunía para preparar la crucial reunión del Eurogrupo del próximo miércoles, con el objetivo de asegurar un programa-puente que garantice las necesidades financieras del sector público hasta la firma de un acuerdo definitivo.

Pero la frialdad con que los socios europeos han recibido hasta la fecha estas propuestas -y, en especial la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de dejar de aceptar bonos griegos como garantía de financiación- han encendido los ánimos de los griegos, que han respondido cerrado filas entorno a su Gobierno.

Incluso votantes de formaciones no dispuestas a colaborar con él, como Nueva Democracia o el Partido Comunista, expresan un apoyo sin fisuras a la postura del Ejecutivo en cuanto a la deuda, según señalan las encuestas y reflejan las conversaciones de calle. Según sondeos, uno de cada tres votantes de Nueva Democracia está ahora con el Gobierno.

«Tenemos que dar nuestro apoyo para que Grecia salga de la situación en las que nos pusieron los gobiernos del rescate, para que los griegos recuperemos la dignidad» incide Stavros, uno de los 500 vigilantes escolares que fueron despedidos como parte de los recortes en gasto público. «A este Gobierno tienen que apoyarle todos los griegos, independientemente de partidos políticos, porque se trata de sacarnos a todos de la miseria» dice mientras sus compañeros asienten.

En general, los funcionarios despedidos son fervientes seguidores de Syriza. El hecho de saber que recuperarían sus puestos de trabajo cuando la coalición de izquierdas alcanzase el poder impulsó en gran medida movilizaciones que, en el caso de los guardas escolares o de los empleados de la televisión pública, duran ya más de un año y medio.

GUANTES ROJOS

Según Dímitra, -una de las limpiadoras dependientes del Ministerio de Finanzas despedidas, cuyos guantes rojos se convirtieron en símbolo de la lucha contra la austeridad-, en el último mes ha cambiado incluso la psicología de la gente. «Hasta los que no votaron a Syriza se sienten mucho mejor. Los problemas se resolverán y la vida por fin seguirá su curso» sonríe optimista.

Recuperar sus añorados puestos de trabajo es ya solo cuestión de tiempo. El viceministerio de Reconstrucción Administrativa ha anunciado la recontratación de 3.475 empleados despedidos y de 3.100 que se encontraban en el «esquema de movilidad», una suerte de reserva sin sueldo. Aún así, todos ellos esperan con ansia los detalles concretos del programa de Gobierno, que se darán a conocer a partir de hoy cuando Tsipras y sus ministros llevarán a debate al Parlamento sus planes.

Despina, limpiadora también, confía plenamente en que el Gobierno será capaz de cumplir sus promesas. «El pueblo está a su lado. No podemos esperar que lo hagan todo el primer día,» señala cautelosa. «Pero con pasos lentos y seguros pueden hacer todo lo que han prometido y más. Con las muestras que han dado los primeros días, creo que gobernarán por muchos años.»

«Veremos días mejores», repiten unos y otros al ser interrogados, como si se hubieran puesto de acuerdo. «Pero no solo en Grecia sino, en toda Europa». Esa la coletilla que completa esta expresión común de esperanza.

Deja una respuesta