Las autoridades desestiman la celebración de nuevos comicios

Irán: El Consejo se atrinchera

El Consejo de Guardianes, máxima autoridad electoral en Irán, que ayer reconoció el fraude en 50 capitales -que suponí­an 3 millones de votos por encima de los contabilizados en el censo- se ha desdicho y ha desmentido las declaraciones de ayer, atribuyéndolas a tergiversaciones y deformaciones de sus palabras por parte de medios árabes y occidentales. El órgano colegiado ha desestimado de forma definitiva la anulación de las elecciones que solicitaba la oposición aludiendo que las irregularidades detectadas no tiene la suficiente dimensión. «El Consejo de Guardianes rechaza anular las elecciones presidenciales del 12 de junio, ya que no ha habido grandes irregularidades durante las votaciones», dice el comunicado.

El ortavoz del Consejo, Abbas-Ali Kadkhodaei, se ha desdicho de forma contradictoria, alegando que la información del fraude en 50 capitales y de tres millones de votos es en realidad la denuncia que han formulado los tres candidatos perdedores (Musaví, Karrubi y Rezaei), pero que el Consejo nunca las ha reconocido. Sin embargo distintos medios afirman que la web de la Televisión Pública Iraní, PressTV, recogió las declaraciones de Kadkhodaei el domingo afirmando lo que ahora desmiente, atribuyéndolo a una deformación por parte de medios occidentales y árabes para agravar la crisis. El enroque de las autoridades iraníes también se vivió en las calles, donde las fuerzas de seguridad y especialmente sus cuerpos de élite, los pasdarán o Guardia Revolucionaria –bajo control directo del ayatolá Alí Jamenei- recibieron directrices precisas: no permitir concentraciones. “Contra aquellos alborotadores que no respetan las leyes y distorsionan el orden público, la confrontación será decisiva y revolucionaria. Todos los métodos serán empleados para terminar con el sabotaje y los desmanes que constituyen una conspiración contra Irán”, señalaba de forma clara y amenazante un comunicado de los pasdarán.El bloqueo informativo impide saber la magnitud de los disturbios, pero después del discurso de la Oración del Viernes del jefe del Estado, Alí Jamenei, en la Unieversidad de Teherán, la violencia se ha recrudecido considerablemente, y el número de muertos asciende ya a la veintena. La pugna entre los dos sectores del régimen no parece que avance. El sector oficialista –que a pesar de las evidencias de fraude es muy posiblemente el más votado, ya que la distancia de Ahmadinejad con sus rivales era de once millones de votos- se atrinchera en sus posiciones, valiéndose de su control de los puestos claves de las instituciones. El sector reformista, sabedor de que se encuentra ante una batalla perdida, trata de explotar al máximo los réditos políticos de las movilizaciones. Y ciertamente han cobrado mucha más fuerza que de haber aceptado simplemente –con más o menos quejas- los resultados electorales. Han avanzado considerablemente en la correlación de fuerzas de cara a la mesa de negociaciones.

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