Los salarios reales bajan sin cesar

Inflación: la ganancia de unos pocos

La inflación está descontrolada. Los salarios reales (el poder adquisitivo) se hunden. Y de ello se benefician un puñado de monopolios cuyos beneficios crecen... al mismo ritmo que los sueldos en sus Consejos de Administración.

Ya circula un chiste sobre la velocidad a la que sube la cesta de la compra: Un argentino que se traslada a España publica en redes un socarrón –“Llevo unos meses en España y ya me sentía como en casa, no hace falta que me suban los precios a esta velocidad”.

Y es que de enero a octubre de 2021, los precios del consumo iniciaron una escalada que los elevó un 5,4% según el Instituto Nacional de Estadística.  Hasta febrero de este año ya habían subido al 7,6%; y marzo lo hemos acabado con un ¡9,8%!

La conclusión es evidente: los salarios reales bajan. Y de ello se benefician un puñado de monopolios cuyos beneficios crecen… al mismo ritmo que los sueldos en sus Consejos de Administración.

I Bajada real de los salarios

Los salarios reales de los trabajadores están en su capacidad de compra más baja de hace tres décadas, al tiempo que los precios al consumo alcanzan la tasa más alta en 33 años.

Aunque se están elevando algunos salarios por los convenios firmados (ver cuadro) y otros se firmarán también con algún leve alza en estos meses, con la inflación actual todos, todos perderán poder adquisitivo.

El salario mínimo estaba en 965 € el pasado año y una medida estrella del Gobierno fue subirlo a 1.000 €. Es decir, un aumento del 3,6%, pero en tanto los precios han crecido un 9,8% la realidad es que el salario mínimo ha bajado. Hoy en términos reales de capacidad de compra de una familia, el salario mínimo está en el equivalente a cobrar unos 890 €.

Y sólo la subida de alquileres de vivienda, suministros (luz, gas…) ya es suficiente para que en cada casa se note que el sueldo no llega; pero es que la subida ha llegado ya a los alimentos.

A esto se suma el saqueo de los impuestos indirectos. El IVA, especialmente, grava todo el consumo que hacemos, y como es proporcional (un 21, un 10 o un 4 %), en la medida que sube el precio de un artículo lo hace el monto del impuesto. Por ejemplo: un recibo del agua de una familia en cualquier ciudad, por un consumo de 50 euros, como está sometido hasta a cuatro tasas municipales e IVA, acaba suponiendo un pago de 120 euros.

II Menos poder adquisitivo para pensionistas

Las pensiones contributivas se han revalorizado un 2,5%. Sí, es una subida diez veces mayor de la que proponía el PP y de la que estuvo imponiendo Rajoy en su mandato (0,25); pero de nuevo la realidad es que el poder adquisitivo de los pensionistas ha caído en picado por la subida del coste de la vida. La inflación impone que el poder real de compra disminuya en una proporción tres veces mayor de lo que sube la pensión.

III Bocado a los ahorros

El ahorro total en España se cifra en 958.000 millones en depósitos bancarios y unos 60.000 millones más en metálico. Todo este dinero ya lleva un tiempo que no genera intereses. No renta tenerlo en depósito (cosa que sí sucedía hace años). Así que no se revaloriza y estaba perdiendo un 2% anual de media hasta este 2021. Pero ahora su ritmo de pérdida de valor ha pasado a acelerarse. Ese billón de euros ahorrado a comienzos de 2021 equivale hoy a 75.000 millones menos, y bajando….

IV Mazazo a autónomos, y PYMES. Debilitamiento de la industria

La subida de precios obligaría a comercios, pequeña y mediana empresa a repercutir automáticamente los costes elevando a la vez sus precios de venta de sus productos. Pero estos sectores dependen del consumo interno. Y con la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas o bien no pueden repercutir todo sus costes a riesgo de perder clientes o bien si lo hacen perderán ventas. En ambos casos van empujados al endeudamiento, el empobrecimiento o el cierre.

El sector que más rápidamente lo ha sufrido ha sido el transporte; pero también la agricultura y ganadería y todo productor que use intensivamente carburantes o energía eléctrica.

La industria queda expuesta pues no todos los países sufren esta inflación tan elevada y esto favorece que aumenten las importaciones en España de producciones más baratas en otras naciones y se bloqueen las exportaciones.

Esto ha llegado al punto que algunas grandes empresas como Arcelor (principal productor de acero) haya tenido que hacer paros temporales porque no podía producir con el disparado precio de la electricidad.

V Aumento de la Deuda Pública

La Deuda Pública está en 1.409.463 millones de euros. Esto equivale ya a 80.000 euros por trabajador español. Pagando 300 euros al mes cada uno tardaríamos 30 años en liquidarla. Los intereses se comen cada año una cifra astronómica del Presupuesto Nacional: 31.000 millones el pasado año.

Si como se apunta para contener la inflación el Banco Central Europeo sube los tipos de interés de los préstamos aunque sea solo un 1%, esto supondría automáticamente para España un aumento del gasto financiero en 14.000 millones más… Dinero a restar de inversiones y gasto social. Y todos esos miles de millones de euros se evaporarían en forma de ganancias de los prestamistas internacionales, principalmente bancos y fondos de inversión norteamericanos.

Y si los tipos de interés suben, rápidamente se trasladará a las hipotecas.

VI Los que ganan

Manel Fontdevila para eldiario.es

El origen de la inflación no está en un problema económico general del país. La subida de los precios de la energía (la luz y los carburantes) supone tres cuartas partes de la subida total de la inflación. Es decir, las multimillonarias ganancias de los monopolios de la energía en España son la causa principal de esta caída del poder adquisitivo de la mayoría.

Todos los poderes económicos coinciden en una solución: deben evitarse subidas salariales ligadas al incremento del nivel general de precios. Es decir, que la pérdida del poder adquisitivo la soporten los trabajadores.

La inflación supone amplias ganancias para algunos grupos financieros y monopolios. Que estos grandes se lucren además de contener los salarios es otra enorme fuente de beneficios para ellos.

La pérdida de poder adquisitivo de la inmensa mayoría es el reverso de la acumulación de capital por parte de una minoría, quienes por cierto, además, son los principales responsables de la inflación, por ejemplo con la subida de los precios de la energía.

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