La morosidad de inmobiliarias y constructoras se dispara, colocando en aprietos a la banca

Indigestión de ladrillo

La morosidad procedente del ladrillo -los créditos que inmobiliarias y constructoras no van a poder devolver a los bancos- se dispara a una velocidad cada vez mayor. Hoy multiplica por once las tasas del pasado año. Y el crack del ladrillo se traslada hacia el sistema financiero, amenazando con su explosión. La banca apostó casi todas las cartas a exprimir los beneficios del boom inmobiliario -concentrando en la construcción más del 60% de los créditos-. El empacho de ladrillo se ha transformado, tras el crack, en una auténtica indigestión que provoca a bancos, y sobre todo a las cajas, dolores cada vez más agudos.

El derrumbe del sector inmobiliario ha inflado la morosidad de la banca hasta rasgar las costuras de la caja fuerte de las entidades financieras. En marzo del año asado, los bancos y cajas dudaban sobre la capacidad de los promotores de devolver una deuda de 2.900 millones de euros. Un año más tarde, los préstamos dudosos que arrastra el sector inmobiliario se han disparado hasta los 24.462 millones. Es decir, han aumentado en más de 21.500 millones en sólo un año. Un incremento superior al 750%.Y la tendencia no hace más que acentuarse. Porque el bocado que pegan las promotoras en la contabilidad de bancos y cajas es cada vez mayor. Antes de 2008, la morosidad del ladrillo nunca supuso más del 10% del total, y ahora significa el 30% de los créditos de dudoso cobro.Pero podría ser incluso peor. Porque la deuda de dudoso cobro sería mayor si muchas inmobiliarias no hubieran refinanciado sus préstamos con las entidades acreedoras; o éstas no hubieran aceptado cobrarse esos créditos convirtiéndose en propietarias, Respecto a los impagos de promotores, los expertos apuntan a que la tasa terminará en 2009 por encima del 14%. Y hay que recordar que aquí no se incluyen los créditos a los constructores, cuyo saldo supera los 140.000 millones de euros según las cifras del Banco de España.Como es habitual, son las cajas las que se llevan la peor parte. Su exposición al ladrillo ha sido mayor que la de los bancos, y sus defensas mucho menores. Ahora, el porcentaje de impagos, que superó en abril el 5% por primera vez desde 1996, avanza mucho más rápido en las cajas.Por eso, las cajas, que suponen el 52% de todo el sistema financiero, son el eslabón débil que puede propiciar el estallido de todo el edificio, afectando de lleno con su derrumbe a los grandes bancos.

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