Hungrí­a: problemas en el frente oriental

«El aparente deseo del Gobierno de disminuir el ajuste fiscal ha puesto nerviosos a los mercados que habí­an juzgado previamente al paí­s de estar ajustándose dolorosamente pero bien. En 2009, la economí­a se contrajo en un 6% pero se pensaba que el déficit presupuestario se contendrí­a a sólo un 4% del PIB. Ahora el Gobierno de Fidesz sugiere que el déficit es peor y que excederá este año el objetivo acordado del 3,8% de alguna manera»

La economía húngara es equeña, pero su capacidad de desestabilizar los mercados es grande. Los bancos de la zona euro están muy expuestos -y tienen suficientes problemas en casa-. El euro cayó hoy más y los mercados globales se desplomaron. Hungría es una advertencia para otros países que han sido rescatados por el FMI y la UE -no sólo Grecia- puede requerir más ayuda si se debilita la voluntad de austeridad. La deuda pública de Hungría de alrededor del 75% es mucho más pequeña que la de Grecia o Italia. Pero la gran debilidad de Hungría es el gran nivel de crédito interno en francos suizos y euros (BREAKING VIEWS) THE WALL STREET JOURNAL.- Los mercados se preparan para otra semana complicada a medida que los ministros de finanzas del mundo alistan nuevas defensas para evitar que la crisis de deuda soberana se propague. Esto, después de que las decepcionantes cifras del desempleo de mayo en Estados Unidos divulgadas el viernes y la aparición de problemas en Hungría convencieron a muchos inversionistas de que pecaban de un exceso de optimismo. Aunque muchos inversionistas dudan que EE.UU. sufra una recaída, temen que el crecimiento se debilite una vez se agote el efecto del estímulo fiscal, lo que limitaría la apreciación en los precios de activos como acciones y bonos. R. Unido. Breaking Views Problemas en el frente oriental Ian Campbell Hungría fue supuestamente rescatada por la Unión Europea y por el Fondo Monetario Internacional en 2008. Pero de repente hay de nuevo inquietud. El forint, la moneda húngara, ha caído drásticamente después de que el Gobierno comparara el país con Grecia y mencionara la posibilidad de default. Los inversores deben estar preguntándose a qué juega la Administración. El partido Fidesz asumió sus funciones el sábado pasado. Lajos Kosa, su vicepresidente, dijo el jueves que las posibilidades de evitar la "situación griega" eran "escasas" y que la economía estaba "mucho peor" de lo que se había pronosticado. Esto podría haber parecido un error aislado. Pero el viernes el portavoz del primer ministro, Viktor Orban, intensificó el miedo diciendo que el Gobierno anterior había, como el anterior Ejecutivo griego, "falsificado datos" y que hablar de default no era una exageración. La probable explicación para este suicidio económico es que el nuevo Gobierno desee renegociar el actual plan del FMI. José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, dijo tras el encuentro con Orban esta semana que Hungría debería acelerar la consolidación fiscal, no reducirla. El aparente deseo del Gobierno de disminuir el ajuste fiscal ha puesto nerviosos a los mercados que habían juzgado previamente al país de estar ajustándose dolorosamente pero bien. En 2009, la economía se contrajo en un 6% pero se pensaba que el déficit presupuestario se contendría a sólo un 4% del PIB. Ahora el Gobierno de Fidesz sugiere que el déficit es peor y que excederá este año el objetivo acordado del 3,8% de alguna manera. La economía húngara es pequeña, pero su capacidad de desestabilizar los mercados es grande. Los bancos de la zona euro están muy expuestos -y tienen suficientes problemas en casa-. El euro cayó hoy más y los mercados globales se desplomaron. Hungría es una advertencia para otros países que han sido rescatados por el FMI y la UE -no sólo Grecia- y que pueden requerir más ayuda si se debilita la voluntad de austeridad. La deuda pública de Hungría de alrededor del 75% es mucho más pequeña que la de Grecia o Italia. Pero la gran debilidad de Hungría es el gran nivel de crédito interno en francos suizos y euros. Eso hace que los comentarios del partido de Fidesz sean más desconcertantes. Fidesz debe darse cuenta rápido de que la medicina del FMI sabe mal, sin ella Hungría estará bajo amenaza de muerte otra vez. BREAKING VIEWS. 7-6-2010 EEUU. The Wall Street Journal Las dudas sobre la economía mundial se vuelven a apoderar de los mercados Mark Gongloff y Marcus Walker Los mercados se preparan para otra semana complicada a medida que los ministros de finanzas del mundo alistan nuevas defensas para evitar que la crisis de deuda soberana se propague. Esto, después de que las decepcionantes cifras del desempleo de mayo en Estados Unidos divulgadas el viernes y la aparición de problemas en Hungría convencieron a muchos inversionistas de que pecaban de un exceso de optimismo. Aunque muchos inversionistas dudan que EE.UU. sufra una recaída, temen que el crecimiento se debilite una vez se agote el efecto del estímulo fiscal, lo que limitaría la apreciación en los precios de activos como acciones y bonos. "Nos hemos estado preguntando cómo nos afecta la situación europea", dice Guy LeBas, estratega de renta fija para Janney Capital Markets. "Y ahora, aparte de eso, nos preguntamos cómo va la recuperación orgánica en EE.UU.". Los precios de las acciones y los bonos de empresas se derrumbaron el viernes, después de que el Departamento de Trabajo informara que el crecimiento del empleo no agrícola en mayo fue muy inferior a lo previsto. El Promedio Industrial Dow Jones sufrió su tercer mayor declive en lo que va del año, un descenso de 3,2% que lo dejó en 9.931,97 puntos, su nivel más bajo desde inicios de febrero. Temores exagerados Los mercados también fueron afectados por un nuevo brote de ansiedad acerca de la deuda de los países europeos, en esta ocasión motivado por los problemas de Hungría, que arrastró al euro por debajo de 1,20 unidades por dólar por primera vez en más de cuatro años. En momentos en que los gobiernos europeos prometen medidas de austeridad para calmar a los inversionistas, la preocupación es que este ajuste de cinturón descarrile la recuperación de la economía global. Sin embargo, el cronograma y la magnitud de los recortes fiscales varían ampliamente y se pueden distinguir al menos tres grupos de países. El primero, constituido por Grecia, España, Portugal e Irlanda, no tiene más remedio que emprender severas medidas de austeridad. Gran Bretaña e Italia, que pronto podrían sentir la presión de los mercados, están reduciendo sus déficits de manera paulatina. Un tercer grupo, compuesto por el corazón de las economías de la zona euro en torno a Alemania y Francia, ha optado por seguir la oración de San Agustín: "Señor, dame castidad, pero no ahora". Las advertencias de dolor y austeridad lanzadas por la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy no ocultan el hecho de que ambos países, así como sus vecinos más pequeños, contemplan un alza de sus déficits fiscales este año. La mayoría de los economistas estima que los planes de austeridad fiscal europeos son demasiado tímidos para frenar la recuperación de la economía global. "Alemania se sigue relajando, España se está ajustando, Italia es neutral. Parece lo indicado", manifiesta Greg Fuzesi, economista de J.P. Morgan en Londres. Cuestión de velocidad Sin embargo, cerca de la mitad de la corrección del viernes es atribuible al informe de empleo en EE.UU., estima LeBas. "Los clientes, y nosotros mismos, cuestionamos la sostenibilidad de una recuperación económica en la cual los empleos se están recuperando a un ritmo muy lento", señala. Los agitados inversionistas redujeron su exposición a acciones, bonos corporativos, materias primas y monedas como el euro y se refugiaron en los bonos del Tesoro estadounidense y el dólar. El informe del viernes sirve como recordatorio de lo que Europa y EE.UU. tienen en común: la poderosa influencia de los gobiernos en el crecimiento económico. Los efectos del estímulo fiscal en EE.UU. se disiparán en la parte final del año y parece improbable que el gobierno emprenda una nueva ronda de estímulo fiscal si se toma en cuenta la creciente deuda del país, que rivaliza con la de varios países europeos. Aunque EE.UU. aún cosecha los frutos de las bajas tasas de interés, la Reserva Federal no tiene margen para seguir bajando las tasas de interés de corto plazo. La economía, por ende, tiene que empezar a expandirse por su cuenta y los inversionistas dudan de su capacidad para lograrlo. "La recuperación tiene forma de U y hemos gastado mucho dinero" en su reactivación, indica Doug Roberts, estratega jefe de inversión de Channel Capital Research. "¿Qué pasa cuando se acaba el combustible?". Esta clase de preocupaciones no son nuevas, pero el informe de empleo del viernes las puso de nuevo a la orden del día. "Una pregunta clave es: ¿qué parte del crecimiento que hemos experimentado se debe al estímulo fiscal?", señala Jason Brady, gestor de portafolio para Thornburg Investment Management. "La cifra del empleo representa una especie de microcosmos de eso". De todos modos, un mes no constituye una tendencia. Muchos economistas esperan una recuperación, con altibajos, del mercado laboral estadounidense durante el resto del año. La mayoría de los economistas, asimismo, estima que las probabilidades de una recaída este año son muy bajas. Barclays Capital, por ejemplo, revisó el viernes al alza su proyección de crecimiento de la economía estadounidense para cuatro de los próximos cinco trimestres. Además, el banco británico aplazó la fecha en que esperan que la Fed empiece a subir las tasas de interés. THE WALL STREET JOURNAL. 7-6-2010

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