Daniel López Acuña, epidemiólogo y experto en Salud Pública

“Hay un silencio extremo de las autoridades hacia la pandemia”

Daniel López Acuña sigue vigilante ante una pandemia de Covid19 que no se ha acabado, "ni en el mundo, ni en España", y que además ahora se solapa con altos picos de Gripe y Bronquiolitis. Una "tripledemia" que amenaza a la Salud Pública. "Las autoridades no deben cruzarse de brazos", insiste.

Cuando atiende la entrevista para Foros21, Daniel López Acuña acaba de responder a un medio argentino. Quieren conocer su experta opinión sobre la nueva ola del Covid en el Cono Sur.

Siempre vigilante ante una pandemia que «no se ha terminado, ni en el mundo ni en España», Daniel López Acuña es uno de los expertos en Salud Pública que más se ha prodigado, de forma rigurosa pero siempre amena, en nuestras pantallas a lo largo de estos dos últimos años. Es médico, epidemiólogo, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) – donde viene coordinando proyectos de necesidades de salud de los refugiados desde 2014- y ejerce como profesor en la Universidad Camilo José Cela y en la Escuela Andaluza de Salud Pública.

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Aunque ya no ocupa el centro de la actualidad y la mayor parte de la población esté vacunada y protegida de la enfermedad grave, el Covid sigue ahí.

Pues así es. Lo primero señalar que aunque las autoridades sanitarias no hablen de la pandemia, ésta sigue ahí. El virus sigue circulando, no ha desaparecido, y hay un riesgo considerable de que haya repuntes en la incidencia, especialmente en la temporada invernal.

Y hay una sobre simplificación. Se piensa que como ya se ha vacunado a mucha gente con una o dos dosis, ya no hay necesidad de vacunar más. El equilibrio que hay que cuidar para mantener al virus del SARS-CoV-2 es muy precario y necesita de una acción continua. La vacuna disminuye su efectividad con el tiempo, y además hay mutaciones del virus que pueden lugar a variantes o a sublinajes que sean más severas o más contagiosas, o con capacidad de zafarse en parte de la eficacia vacunal.

De ahí que para mantener la protección y hasta que tengamos una vacuna mejor, vamos a tener que hacer vacunaciones anuales, con formulaciones adaptadas a las nuevas variantes del virus. Y por eso la gran importancia de reforzar y acelerar la vacunación con la cuarta dosis de refuerzo, que ya está formulada para las nuevas variantes y sublinajes de ómicron, en especial para la población de más de 60 años. Y lamentablemente en España, en lo que se refiere a estas dosis de refuerzo, estamos muy atrás respecto a las coberturas de vacunación que deberíamos tener. Apenas tenemos a un 50% de la población de más de 60 vacunada con esta cuarta dosis, y sólo estamos en un 67-70% de cobertura vacunal para mayores de 80 años.

Daniel López-Acuña.

Entonces lo que tenemos es un grupo muy importante de personas vulnerables en los que la eficacia original de la vacuna ya ha disminuido, que necesitan un refuerzo, y que aún no se ha producido. Y además recordemos que en el caso de España tenemos un grupo de unos 15 millones de personas que no tienen ni la tercera dosis.

Yo creo que este es un tema que hay que poner en la palestra, porque ya no se habla de esto. La disminución de la eficacia de las vacunas con el tiempo justifica la necesidad de vacunar -primero a los mayores de 60 años, luego a los menores de esa edad- con la vacuna reformulada para las nuevas variantes. Y eso nos daría una buena protección de nuevo a toda la población respecto al Covid.

Por último, con respecto al Covid, no olvidemos que en países de nuestro entorno como Francia estamos viendo un importante repunte que está llevando a las autoridades a plantearse la necesidad de retornar a medidas de protección de la Salud Pública para reducir el número de contagios. Debemos tomar nota.

Hasta que tengamos una vacuna mejor, vamos a tener que hacer vacunaciones anuales, con formulaciones adaptadas a las nuevas variantes del virus

De hecho, ya se habla de una “tripledemia”, de un «solapamiento de la Covid, la gripe y el virus respiratorio sincitial (bronquiolitis) «nos sitúa ante un invierno complicado. ¿Es así?

Sí, tenemos el solapamiento de tres picos de enfermedades respiratorias agudas que se han conjuntado. Son la influenza (gripe estacional), el Virus Respiratorio Sincitial (bronquiolitis) y el SARS-CoV-2 (Covid).

El de la bronquiolitis afecta sobre todo a niños menores de 4 años, y ha generado un incremento notable no sólo en el número de casos sino también de hospitalizaciones y por desgracia de ingresos en la UCI, hasta el punto de alcanzarse cierto peligro de saturación en las UCIs pediátricas.

Por otra parte, tenemos un aumento de casos de gripe estacional no sólo en personas mayores y vulnerables, sino en niños de 0 a 4 años y en 5 a 9 años. Por eso la importancia de vacunar también contra la gripe estacional. En mayores de 60 ya se está haciendo al mismo tiempo que la dosis de refuerzo del Covid, pero se debe hacer una campaña de vacunación contra la gripe también para los niños.

Y por último, como ya he dicho, tenemos un aumento en la incidencia de Covid. El solapamiento de esas tres infecciones está dejando una preocupante incidencia en la Atención Primaria de más de 800 casos por 100.000 habitantes con una tendencia ascendente, lo que se traduce en un aumento de hospitalizaciones, y como he dicho en riesgo de saturación de las UCIs pediátricas por bronquiolitis.

Pero al ser tres virus respiratorios, podemos combatir los contagios de los tres al mismo tiempo: usando la mascarilla en interiores, cuidando la ventilación y el filtrado del aire, y volviendo a tomar a rajatabla medidas de higiene como el lavado de manos o el uso de gel hidroalcohólico.

Podemos combatir los contagios de la «tripledemia» al mismo tiempo

Lo que más preocupa a los expertos en enfermedades respiratorias es la epidemia de bronquiolitis en niños. Dicen que su alta incidencia ahora tiene mucho que ver con que nuestro sistema inmunitario se ha “desentrenado” tras la Covid. ¿Por qué ambas cosas están relacionadas?

Bueno, yo creo que hay que ir con cautela a la hora de explicar este incremento de casos de bronquiolitis. Algunos simplifican diciendo que porque usamos la mascarilla durante dos años, ahora nos está impactando más el virus respiratorio sincitial, pero creo que esa es una gran falacia. Si usáramos ahora como deberíamos, tendríamos muchos menos casos de bronquiolitis, además de menos Covid y menos gripe.

Lo que ha ocurrido es que por dos temporadas invernales, la del 2020 y la del 2021, que es cuando estos virus tienen condiciones más propicias para transmitirse, hemos estado usando mascarilla protectora. Y ahora hemos dejado de usarla -menos en el transporte público- y estamos viendo como la incidencia rebrota, junto a los picos de Covid y gripe.

Hay otro factor, y es que el hecho de hacer tenido infecciones por Covid puede alterar la capacidad del sistema inmune para responder en la medida adecuada ante otros patógenos. Y por eso estamos viendo respuestas más severas ante estos virus de la bronquiolitis, y también niños con respuestas más severas ante la gripe. Y cabe preguntarse si la alarma sanitaria en Reino Unido ante el incremento del número de casos de infección grave por Estreptococo A (una bacteria que normalmente causa las anginas), que ha llegado a causar muertes en niños, es un fenómeno transitorio y poco significativo estadísticamente… o está relacionado con esta alteración, con esta susceptibilidad de la respuesta inmune que lleva aparejado haber padecido el Covid.

Usted insiste en que las autoridades sanitarias se han relajado en exceso, y que este solapamiento de Covid, Gripe y Bronquiolitis -con más de 800 casos por 100.000 habitantes y con una tendencia ascendente- puede llegar a colapsar a la Atención Primaria (que como sabemos ya está muy sobrecargada) y tensionar las UCIs, especialmente las pediátricas por la bronquiolitis. En su opinión ¿qué deberían hacer las autoridades?

Lo primero que deberían hacer es no cruzarse de brazos. Lo segundo, ser proactivas en lugar de reactivas. No se trata de ir acumulando en los registros un número mayor de casos, de hospitalizaciones o de ingresos en UCIs, y reaccionar solo cuando ya hay una situación alarmante, sino de anticiparse con políticas de Salud Pública de carácter preventivo. De ir por delante de los virus, y no varios pasos por detrás.

Desde luego hay que fomentar la vacunación -de las nuevas formulaciones del Covid o de la gripe estacional- con mucha más fuerza, con mucho más énfasis hacia la opinión pública. No ha habido mensajes en los últimos meses por parte de las autoridades sanitarias insistiendo en la importancia de vacunarse contra los virus respiratorios, ni en mayores de 60 años, ni en niños. Yo lo que escucho es un silencio extremo de las autoridades hacia la pandemia.

Hay que ir por delante de los virus, y no varios pasos por detrás

Desde hace meses.

«¿Qué debe hacerse? Desde luego alentar la vacunación, con fuerza, -de la Covid y de la Gripe, en mayores de 60 y en niños- es una. Volver a propiciar el uso de la mascarilla en interiores. Y poner en marcha medidas más enfáticas de filtrado del aire y ventilación de espacios cerrados.», insiste Daniel López Acuña

Desde hace meses. A veces tiene uno la sensación de que a los políticos al frente del sistema sanitario se les ha metido un miedo cerval en el cuerpo a hablar de la pandemia o de otros problemas epidemiológicos. No los están enfrentando, ni siquiera los están poniendo encima de la mesa. Y esa es la peor estrategia. Y ese silencio deliberado -aunque ellos piensen que sí- no tiene réditos políticos, y por el contrario es como un bumerang, que puede volver a pegarte cuando menos te lo esperas en forma de grave problema de salud pública.

Y hablo de las autoridades sanitarias de distintas CCAA, de distintos signos políticos. No es solo un problema del Gobierno central, sino de las autoridades del Sistema Nacional de Salud, también de las Consejerías de Salud de cada comunidad. No veo suficiente compromiso ni en el Consejo Interterritorial de Salud, ni en la Comisión de Salud Pública para poner sobre la mesa los problemas reales de la pandemia de Covid ni del solapamiento con los picos de otros virus respiratorios. Por ejemplo, no se habla del exceso de mortalidad, que ha sido mayor en 2022 que en 2021 a pesar de tener más vacunas, con casi 40.000 defunciones por encima de las esperadas.

Si queremos controlar una pandemia hay que tomar acciones audaces

¿Qué debe hacerse? Desde luego alentar la vacunación, con fuerza, es una. Volver a propiciar el uso de la mascarilla en interiores. Y poner en marcha medidas más enfáticas de filtrado del aire y ventilación de espacios cerrados.

Y hay otro problema importante, y es que se están haciendo muy pocas pruebas diagnósticas. En este momento estamos en cifras de pruebas de 600 por cada 100.000 habitantes, cuando en los momentos más críticos de la pandemia hemos llegado a hacer entre 3.000 y 3.500 pruebas por cien mil habitantes. Son cinco o seis veces menos, y esto provoca una continua subestimación del problema real.

No se puede tapar el sol con un dedo, no se puede decir «bueno, si no lo miro, el problema no existe». No, si yo no miro, no veo venir el problema. Pero venir, viene. El virus sigue circulando, sigue contagiando.

Es como la estrategia del avestruz.

Exacto, como los avestruces. Como con miedo a las consecuencias que tienen las acciones que hay que tomar. Pues oiga, lo siento, pero si queremos controlar una pandemia hay que tomar acciones

Aunque ya no ocupe el centro de atención, el virus sigue circulando, replicándose y mutando. ¿No debería redoblarse el esfuerzo de alcanzar la deseada vacuna esterilizante que corte la transmisión?

«En los países pobres, el 75% está sin inmunizar», advierte López Acuña. Infografía de Statista, de enero de 2022

Claro que sí, definitivamente debemos seguir empeñados en lograr vacunas esterilizantes, y no solo vacunas que mitiguen la enfermedad. Ha sido un gran logro poder reducir el riesgo de hospitalización y de muerte, pero hay que tener en cuenta que la vacuna -además de no ser esterilizante y no proteger de contagiar y contagiarse- tiene una duración limitada, y necesita de dosis de recuerdo, y eso obliga no solo a renovar su administración, sino a actualizar la formulación para adecuarlas a las nuevas variantes y sublinajes. Ojalá una vacuna esterilizante que resolviera estas carencias.

Pero el otro gran reto, que no se nos olvide, es que estamos ante un problema de Salud Pública mundial, ante una pandemia global. En este momento, en el mundo, al menos el 67% de la población global ha recibido cuanto menos una dosis… pero eso quiere decir que un tercio de la humanidad está totalmente desprotegida frente al Covid. Pero la desproporción es enorme: en los países pobres, apenas el 25% ha recibido alguna dosis, y por tanto el 75% está sin inmunizar. Y esto lleva a incrementar la posibilidad de que surjan nuevas variantes, algunas de las cueles pueden ser más transmisibles, o más virulentas, o escapar más a la protección de las actuales vacunas. Además de ser enormemente injusto. Debemos incrementar la vacunación no solo en España o en Europa, sino en todo el planeta.

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