Hasta enterrarlos en el mar

“Su aportación” está escrita con la sangre de 857 víctimas mortales, entre ellas 23 niños, y unos 16.000 heridos, muchos terriblemente mutilados; con 86 secuestrados, incluido Miguel Ángel Blanco asesinado de un tiro en la nuca por el delito de ser un joven concejal, elegido democráticamente, del PP; y con el miedo y la angustia de decenas de miles de amenazados, más de 15.000 extorsionados y 250.000 exiliados.

La organización terrorista ETA ha anunciado en una carta remitida a diversas organizaciones que disolverá «completamente todas sus estructuras» y de cerrar «su ciclo histórico y función».

«Euskal Herria está ahora ante una nueva oportunidad para cerrar definitivamente el ciclo de conflicto y construir su futuro entre todos. No repitamos los errores, no dejemos que los problemas se pudran. Eso no sería más que fuente de nuevos problemas», apunta ETA que responsabiliza a España y Francia de alargar el «conflicto». «Esta decisión cierra el ciclo histórico de 60 años de ETA. No supera, en cambio, el conflicto que Euskal Herria mantiene con España y con Francia refiriendose a la declaración en la Conferencia Internacional de Aiete. El conflicto no comenzó con ETA y no termina con el final del recorrido de ETA» afirma.

En su comunicado siguen hablando del “conflicto”, como si sus crímenes fueran una respuesta al enfrentamiento con la “violencia con el Estado español” y no al intento consciente y planificado de imponer y mantener un régimen de fascismo étnico que exigía quebrar la voluntad de los vascos que se oponían. Dicen que su disolución obedece a dar por concluido su “ciclo y función”, pero que no renuncian a “su aportación” a la defensa de los “sectores populares y la clase trabajadora”, para no hablar de su negro historial de sangre, dolor, miedo y lágrimas.

“Su aportación” está escrita con la sangre de 857 víctimas mortales, entre ellas 23 niños, y unos 16.000 heridos, muchos terriblemente mutilados; con 86 secuestrados, incluido Miguel Ángel Blanco asesinado de un tiro en la nuca por el delito de ser un joven concejal, elegido democráticamente, del PP; y con el miedo y la angustia de decenas de miles de amenazados, más de 15.000 extorsionados y 250.000 exiliados.

ETA tiene que entregar junto a su declaración de disolución sus redes de apoyo y financiación, y su completo desarme ideológico y político. ETA tiene que entregar sus oscuras fuentes de financiación, más allá de los robos de armas y extorsiones a los empresarios vascos y las redes de protección que les han permitido mantener sus infraestructuras y comandos viajando por medio mundo. ¿Quiénes les han financiado? No pueden explicarse tantos años de terrorismo sin el apoyo político no ya de HB sino del regimen de los dirigentes peneuvistas Arzallus e Ibarretxe. Es conocida la fábula del “árbol y las nueces”, esa por la que, como decía el ex-presidente del PNV, Javier Arzallus, es necesario que “unos sacudan el árbol para que otros recojan las nueces”.

¿Dónde están las actas de sus entrevistas secretas? ETA tiene que entregarlas para conocer cómo se coordinaron las acciones de los pistoleros con los objetivos políticos del nazifascismo. ETA tiene que entregar también la memoria porque solo así podremos hablar del fin de ETA. Es una victoria que todos los antifascistas, todos los demócratas, todas las personas de bien hoy celebramos.

Hemos ganado en la batalla contra el terror. Y los héroes de esta victoria son todos los vascos que se levantaron valientemente, junto a lo mejor del resto del pueblo español, contra el fascismo étnico.

La movilización popular había derrotado a ETA, y a todos los que pretendieron ganar réditos políticos utilizando el terror. Pero ETA quería poner precio a su derrota. Intentando convertir su desarme en un acto político avalado por la participación de los gobiernos español y francés.

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