Habla el gran gurú

En enero de 2004, unos meses antes de unas elecciones generales donde se daba por segura la mayorí­a absoluta de Rajoy ante un desconocido Zapatero, Botí­n sorprendí­a a todos al declarar públicamente que «mis hijos, que son muy inteligentes y saben mucho de esto, me han dicho que Zapatero va a ser un gran presidente de gobierno».

Más de siete años desués, un Zapatero hundido en todas las encuestas ha vuelto a recibir un respaldo inesperado de Botín. En la reunión del pasado sábado con los presidentes de las mayores 41 empresas españolas, Botín se adelantaba a todos pidiendo públicamente a Zapatero que no se pronuncie aún sobre si se presentará o no como candidato en 2012 y que deseche la convocatoria de elecciones anticipadas, conminándole a permanecer un año más en La Moncloa y seguir aplicando la política de reformas, es decir, de recortes sociales y rebaja salarial. Como es sabido, durante el período que sigue a la muerte de un Papa y la elección de su sucesor, en la iglesia rige el principio de nihil innovetur (que no se innove nada). Durante ese tiempo, el cardenal camarlengo asume en sus manos todo el poder del Vaticano. Zapatero es ya, desde la llamada de Obama en mayo de pasado año, un cadáver político. Y a la espera de la llegada de su sucesor, Botín ha decidido mostrar públicamente sus poderes de cardenal camarlengo en la curia oligárquica. 38 millones de españoles se acostaron la noche del pasado viernes creyendo que sus votos deciden la gobernación del país, y en la tarde del sábado han tenido la oportunidad de descubrir quién manda aquí. Quién es el que manda…, eso es todo “Cuando yo uso una palabra –replicó Humpty Dumpty– quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos. –La cuestión –insistió Alicia– es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes. –La cuestión –zanjó Humpty Dumpty– es saber quién es el que manda…, eso es todo.” Como en el cuento de Alicia, también en este asunto toda la cuestión es saber quién es el que manda para comprender el significado último de las palabras de Botín. Para Botín, el balance de los 7 años de gobierno de Zapatero se pueden resumir en un pocos datos. Los beneficios del Banco de Santander en el año 2003 fueron de 1.445 millones de euros. Seis años después, se había convertido en el primer banco del mundo por beneficios, con 8.876 millones, un 614% más. Los activos que gestiona se han incrementado en un 300%, hasta superar el billón de euros, lo mismo que todo el PIB español. Y su expansión internacional se ha multiplicado con la compra de los bancos británicos Abbey, Bradford & Bingley y Alliance & Leicester, el brasileño Banco Real, el norteamericano Sovereign o el polaco Zachodni. Impulsar y favorecer el desarrollo y la expansión internacional del sector de la oligarquía capitaneado por Botín, colocando todos los recursos del Estado y la capacidad de actuación del gobierno al servicio de este objetivo es, en realidad, el gran logro de Zapatero. Como un consumado trilero, experto en el arte del engaño, Zapatero enredaba al país en una sucesión interminable de disputas sobre el matrimonio homosexual, el divorcio exprés, la memoria histórica, la educación para la ciudadanía o la “España plural”, se dedicaba a repartir –mientras hubo dinero– migajas en forma de subsidios y “derechos sociales”, mientras en realidad se estaba produciendo simultáneamente, pero escondido a los ojos de la mayoría, un formidable trasvase de rentas y salarios, una gigantesca concentración de riqueza en manos de un puñado de banqueros y oligarcas, a la cabeza de los cuales está Botín. Tras el estallido de la crisis, España se ha hundido en una especie de tercera división mundial, pero Botín sigue encaramado en el top ten de la banca mundial. Tomar las medidas necesarias para que esto siga siendo así, es el último mandato dado por Botín a Zapatero. Lo que hay en juego Tras los acontecimientos de Portugal, donde la dimisión del primer ministro Sócrates aboca al país vecino a un inminente rescate por la UE, la orden dada por Botín a Zapatero y al resto de la clase política ha sido clara y concluyente. Todos quietos, aquí no se mueve nadie y a obedecer sin rechistar los dictados de Washington y Berlín. Es demasiado lo que hay en juego para mí como para ponerlo en cuestión por disputas políticas. Y cuando los intereses vitales de la clase dominante entran en juego, la clase política debe dejar de lado sus rencillas para que aparezcan lo que de verdad mandan. Para hacerse una idea de lo que se juega Botín en el envite, basta apuntar que en 2010 ha sido el banco europeo que más volumen de deuda se ha visto obligado a emitir, hasta un total de 41.810 millones de euros, para mantener su puesto en el top ten de la banca mundial. Y cada paso que España se acerca al rescate o que las agencias de calificación rebajan la calificación de nuestra deuda, significa que Botín debe pagar unos intereses mayores. De ahí la exigencia a Zapatero para que siga cumpliendo a rajatabla las recetas impuestas por Bruselas y el FMI. Los nuevos ajustes presupuestarios y las reformas estructurales a los que se ha comprometido Zapatero en la última cumbre de la UE suponen otra vuelta de tuerca a la rebaja salarial, los recortes sociales y a la inversión pública. Lo que no traerá como consecuencia sino una mayor depresión de la demanda interna, el debilitamiento del consumo, más paro y la liquidación de cualquier expectativa de crecimiento para el país. Pero nada de esto es prioritario para Botín. ¿Qué importa que los españoles vean reducidos en un 40 o un 50% sus rentas y salarios mientras sus beneficios le permitan mantenerse en la elite de la banca mundial? Una nueva coyuntura La toma de posición pública del gran patrón de la oligarquía ha abierto una nueva coyuntura política. El Zapatero arruinado en su credibilidad y hundido en las encuestas ha recibido un espaldarazo inesperado. Las esperanzas de los barones territoriales del PSOE de no tener que cargar con el pesado fardo electoral que a día de hoy supone Zapatero quedan desarboladas, y tendrán que salir a la plaza pública el próximo 22 de mayo cargando con él. Y Rajoy deberá esperar. No sólo su mensaje de que el único problema para salir de la crisis es liquidar anticipadamente a Zapatero ha recibido un severo varapalo del gran jefe de la clase dominante, sino que entra dentro de lo pensable que estemos ante una especie de “operación esperanza” de más altos vuelos. Dirigida a buscar una cierta recuperación del PSOE –aunque sea recurriendo de aquí a marzo de 2012 a crear la ilusión de algunos “brotes verdes” virtuales en la economía– que malogre lo que hoy las encuestas vaticinan como amplia mayoría absoluta del PP. Si es inevitable que el sumiso Zapatero abandone La Moncloa y sea sustituido por Rajoy, al menos que le suceda un gobierno políticamente débil. Nada que se pueda parecer ni de lejos a la segunda legislatura de Aznar, un auténtico “veneno para la taquilla” para el proyecto de Botín al provocar la ruptura con el eje franco-alemán de donde tenían que venir los préstamos para que el Santander iniciara su expansión europea y mundial. En la nueva coyuntura política abierta por Botín, puede que Zapatero salga reforzado a corto plazo, pero a costa de debilitar en la inminente batalla electoral al PSOE como partido. Alcaldes y presidentes autonómicos buscaban una “cara nueva” en el cartel electoral con la que poder ofrecer una imagen de cierto distanciamiento con la política de ajustes de Zapatero. Botín les ha cerrado ese camino. Y a hacerlo crea mejores condiciones para que las fuerzas populares podamos abrir camino a una alternativa de redistribución de la riqueza y creación de empleo en las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo.

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