Música

Gurú y Lama

En Alemania formó parte de varios grupos de jazz, de rock… a cargo del saxofón. Hasta que decidió partir hacia la India. Una interpretación de Ravi Shankar le impulsó a atravesar Europa hasta la India con 18 años. Viajó por Grecia, Turquí­a, Irán, Afganistán y Pakistán impregnándose de la música popular y buscando lo que consideraba perdido en la música centro europea. Con el maestro del sitar Ustad Usman Khan y el mí­stico Osho transformó toda la concepción que tení­a del mundo y de la sonoridad… del silencio. Catorce álbumes después, Prem Joshua pisa un teatro madrileño.

En julio del año asado nos hicieron una visita en “Las Dalias” en Ibiza. Prem Joshua está considerado como el mejor músico de lo que se ha venido llamando “word fusión music”.Dos alemanes, un indio y un japonés forman su cuarteto, incluyéndole a él: Chintan Relenberg – bucles, teclados, darbouka, tabla, canto – Raul Sengupta — tabla, percusion, voz – Satgyan Fukuda — bajo, percusión, voz -, y Prem Joshua — sitar, flauta, saxofón, dilruba, santoor, voz -.La banda actuó en el teatro Fernán-Gómez en la inauguración del Mantras Festival el fin de semana pasado, en el que también participaron la tibetana Yungchen Lhamo y el indio Sri Venugopal Goswami, que ofreció al público una selección de piezas tradicionales de más de 500 años de antigüedad.Saúl Presas, organizador del festival junto a la Fundación Ananta, indicó hoy que este certamen, "pionero en España, pretende acercar a Madrid este estilo de música oriental que se incluye ya en la programación de todas las grandes metrópolis y que permite conectarnos con el otro yo que todos llevamos dentro". "Los mantras son estructuras sonoras creadas por la repetición continuada de formas lingüísticas que producen un cambio positivo en las células de quien las recita y quien las escucha"Aunque esta corriente musical haya perdido fuerza en su difusión, a principios de los noventa significó un salto importante en la apertura de la música occidental al misticismo. No como novedad, sino como nueva forma de integra diluyendo las frases de uno en los tiempo y en la sonoridad del otro.Tal y como ocurre con “la comida china”, las formas han sido dulcificadas para poder ser digeridas por los occidentales y abrir mucho más el mercado al que podían dirigirse. El “chill out” ha sido la estructura musical que se le ha dado extendiéndose por salas, discotecas, festivales… creando un estilo propio, en sí mismo, con multitud de profesionales, músicos y programadores especializados en investigar las diferentes texturas posibles resultantes del encuentro.Para los más atrevidos: “El Canto del Lama” de Sony – 1995 -, un compendio de cinco piezas interpretadas por el Lama Gyurme y Jean Philippe Rykiel.

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