Ante las amenazas de Berlí­n y Washington

Grecia se planta ante la troika

En contra de los mensajes que difunden los grandes medios de comunicación europeos, la firmeza de las primeras medidas y declaraciones del gobierno griego de Tsipras están teniendo como primer efecto exasperar y sacar de sus casillas al campo imperialista.

No esperaban una victoria tan arrolladora del pueblo griego, ni que el gobierno de coalición Syriza-Independientes Griegos siguiera ejerciendo de forma tan contundente su soberanía nacional tres semanas después de su triunfo, ni que la respuesta popular a la valentía del nuevo gobierno fuera la rápida multiplicación de su apoyo. «3 semanas después de las elecciones, el apoyo al gobierno se ha disparado hasta un 72% de aprobación» Apenas tres semanas después de celebradas las elecciones, el apoyo al gobierno se ha disparado hasta un 72% de aprobación. Y entre los mismísimos votantes de Nueva Democracia (el PP griego), el apoyo a la actuación del gobierno asciende al 45%. La mejor demostración de que cuando un gobierno actúa con dignidad y firmeza, “la soberanía nacional y el mandato del pueblo son innegociables” dijo Tsipras en su discurso ante el parlamento griego, el apoyo popular crece como la espuma.Que ante cada provocación y amenaza del FMI y del gobierno alemán, decenas de miles de griegos hayan salido a manifestarse espontáneamente en las calles de toda Grecia respaldando la respuesta firme de su gobierno es la imagen que mejor representa la energía y la voluntad de lucha que el pueblo griego está irradiando por toda Europa. La irrupción de un gobierno antihegemonista, ejerciendo su soberanía para aplicar una política autónoma de acuerdo a sus propios intereses y anunciando medidas radicales de redistribución de la riqueza ha alterado completamente el tablero europeo. El golpe dado por el pueblo griego ha alterado sustancialmente la correlación de fuerzas existente hasta ahora en Europa. Y en el campo de las grandes potencias imperialistas, sus amenazas y bravuconadas no son más que el primer síntoma de cómo empiezan a aparecer las disensiones entre ellos acerca de cómo enfrentar un problema no previsto. Desde luego que el desafío lanzado por el pueblo griego no va a ser un camino de rosas. El hegemonismo y las fuerzas reaccionarias van utilizar todos los medios a su alcance para echarlo abajo. Pero el golpe que ha supuesto el triunfo de Syriza y sus primeras actuaciones ha sido fuerte y consistente, provocando una reacción desmesurada con la que se pretende tapar las primeras grietas y fisuras que han empezado a abrirse en el campo de los enemigos. Para España, la firmeza antihegemonista mostrada por el gobierno de Syriza en sus primeras semanas está teniendo también un efecto doble. Por un lado, el gobierno de Rajoy se ha convertido en uno de los más beligerantes contra el nuevo gobierno griego y se ha alineado radicalmente con Merkel en no hacerle ninguna concesión. Su lógica es que cualquier victoria de Syriza alimenta y radicaliza el viento popular y patriótico que se levantó en nuestro país el 15-M y empezó a tomar forma política en las elecciones europeas. Y que Tsipras consiga sacar adelante su programa en puntos cualitativos es extender entre amplios sectores de la población española la idea de que no sólo se puede derrotar a su gobierno, sino que aplicar otra política basada en la soberanía, la democracia y la redistribución es posible en un país de la eurozona. Los próximos días y semanas vamos a asistir a una contraofensiva feroz contra el gobierno griego, encabezada por Berlín y el FMI. Por momentos parecerá que Tsipras y su gobierno retroceden o se ven obligados a ceder en sus posiciones ante el vacío, el boicot y la hostilidad decretada por Merkel. No hay que dejarse llevar por las falsas apariencias ni por la visión que van a trasladar los grandes medios. El triunfo de Syriza no se ha producido de la noche a la mañana, no ha caído del cielo en 12 meses ni ha sido impulsada por los grandes medios de comunicación griegos. Todo lo contrario. Llevan un largo proceso de acumulación de fuerzas que ha durado más de 15 años, fortaleciendo la unidad de los 14 partidos y organizaciones sociales que forman parte de la coalición en cada batalla política.La línea consecuentemente antihegemonista de Syriza, su política de unidad en un frente amplio y su largo proceso de acumulación de fuerzas lo convierten en una fuerza difícilmente controlable o reconducible por el hegemonismo dado el gran respaldo del pueblo griego. Se lo llevan ganando en un largo proceso de batallas políticas, sumando prestigio y reconocimiento en cada una de ellas por su insobornable defensa de los intereses populares. Por eso ahora pueden disfrutar de un enorme apoyo entre la inmensa mayoría de la población, a derecha e izquierda. Esa es la mayor de sus fortalezas. Y la principal debilidad de oligarcas e imperialistas.

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