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Grecia no es el único quebradero de cabeza de la eurozona

Por una vez, lo que ha ocurrido en Grecia, no ha afectado al resto de Europa, ¿o sí?

En términos generales, los mercados de deuda no han sufrido el efecto contagio de las arduas negociaciones entre Grecia y la eurozona. Para la mayoría de los inversores, Grecia debería dejar de ser el centro de atención, al menos durante un tiempo, ahora que se ha alcanzado un acuerdo preliminar para ampliar las ayudas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los riesgos políticos no han desaparecido. En este sentido, España se enfrenta este año a numerosos desafíos, mientras que Italia podría ofrecer oportunidades.

El año pasado, los bonos españoles e italianos registraron una evolución espectacular. España se situó a la cabeza, con unos rendimientos del 16,7% frente al 15,1% de Italia, según los índices de Barclays . A finales de octubre, la rentabilidad de la deuda española a diez años se situaba 0,4 puntos porcentuales por debajo de la italiana, debido a las reformas económicas y el crecimiento de Madrid frente al estancamiento de Roma. Sin embargo, este año España va por detrás.

Los bonos italianos han ofrecido rentabilidades del 3,2%, muy por encima del 1,8% de la deuda española. La diferencia entre los rendimientos de los bonos a diez años de los dos países se ha reducido a menos de 0,1 puntos porcentuales y todo apunta a una continuidad de esta tendencia, algo que parece carecer de lógica. Al fin y al cabo, España registra crecimiento, y la evolución de Italia es bastante deficiente: el país no ha tenido un trimestre de crecimiento desde 2011. Además, según Eurostat, la deuda en el tercer trimestre de 2014 se situó en el 132% del PIB. Parece que el plan de compra de deuda del BCE ha puesto fin a las dudas sobre la falta de crecimiento. Tanto España como Italia salen beneficiadas en este sentido.

No obstante, en lo que la estrategia del BCE no puede ayudar es en que se ignore el riesgo político. España se enfrenta a muchos desafíos este año, tanto a nivel nacional como regional. La cuestión de la independencia catalana sigue pendiente. En enero, Artur Mas convocó elecciones en septiembre en las que la cuestión de la independencia volverá a ser el foco de atención. A nivel nacional, algunas encuestas dan la victoria al partido de la izquierda radical Podemos, por delante del Partido Popular, actualmente en el Gobierno. Los líderes de Podemos hablan de la reestructuración de la deuda, de expansión monetaria, de subidas de impuestos a los ricos y de la nacionalización de algunos de los sectores más importantes. Aunque las elecciones generales no se celebrarán hasta finales de año, el auge de Podemos sin duda influirá en la campaña electoral de los otros partidos.

En Italia, el primer ministro Matteo Renzi ha comenzado a avanzar en las reformas del mercado laboral y el sistema bancario. Según la OCDE, de llevarse a la práctica como es debido, las reformas podrían aumentar el PIB un 6% en los próximos diez años. La cuestión de si favorecer a Italia o a España podría cobrar más importancia que el año pasado. Los bajos rendimientos implican que será más difícil cosechar beneficios. Después de que la política de Grecia haya acaparado toda la atención, es probable que este año le toque el turno a España.

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