Miles de ejemplares de algunas de las más importantes obras de la historia pasarán a engrosar el fondo de Google. Libros históricos, folletos y periódicos pasarán a estar disponibles en internet gracias al acuerdo firmado por Google con la Biblioteca Británica. 250 mil ejemplares del siglo XVII. ¿Mayor acceso y libertad o mayor monopolio?
Según ha informado Google miles de obras libres de derechos de autor ublicadas entre 1700 y 1870 pasarán a estar a disposición de millones de internautas del planeta. Acuerdos similares han firmado más de 40 bibliotecas en todo el mundo con el gigante de la red. Desde que Google anunció en el 2004 su proyecto de digitalizar millones de libros la batalla digital se encuentra en pleno desarrollo. En principio todos los acuerdos se basan en que las obras han de estar a disposición del público de forma gratuita. Excepto los publicados después de 1923 que todavía están sometidos a derechos de autor y que solo se publicarán de forma fragmentada. Varias asociaciones y gremios del mundo han iniciado pleitos contra Google, pese a que el monopolio de las punto.com ha conseguido firmar algunos beneficiosos acuerdos para ambas partes. Como el rubricado con el Gremio de Escritores y la Asociación de Editores Estadounidense, en virtud del cual Google pagaría 125 millones de dólares y crearía un registro de Derechos de Libros, una nueva organización que le daría fondos provenientes del acuerdo y de las ganancias de ventas futuras de los libros a quienes poseen los derechos de autor. Así la plataforma digital de Sillicon Valley estaría facultado no solo a exhibir obras, sino también a convertirse en una enorme librería on-line de venta de libros electrónicos. Incluyendo aquellas obras que se consideran “agotadas”, o cuyo autor no puede ser localizado. El problema es que solo Google podrá ejercer derechos sobre todas esas obras. Que la capacidad de acceso al patrimonio literario de la humanidad va a ser transformado profundamente no cabe la menor duda, así como la posibilidad de acceso. Pero no olvidemos que las bibliotecas siguen siendo fondos públicos en manos de los estados, y por lo tanto, pudiendo ser sometidos al interés de la mayoría. Otra cosa es que sea esa mayoría la que gobierne o no. Brewster Kahle, es el fundador de la Open Book Alliance, una de las iniciativas que se han opuesto a Google desde el principio. Una alternativa que pretende cumplir la misma función digitalizadora sin que los fondos de las mayores bibliotecas del mundo pasen a manos de Google. Kahle compara este proyecto del gigante norteamericano con los esquemas de fijación de precios establecidos por los magnates de la industria del ferrocarril y la Standard Oil de John Rockefeller en la década de 1870.