Motí­n militar en Georgia

Georgia y las maniobras de la OTAN

Georgia aseguró ayer martes que frustró una tentativa de golpe de Estado y un amotinamiento con el objetivo de derrocar al régimen en ví­speras de unas maniobras de la OTAN, y acusó a Rusia de apoyar a los rebeldes, algo que Moscú calificó de «imaginación enfermiza».

Rusia negó las acusaciones que vinculan a su aí­s con el intento de golpe de estado en Georgia contra el gobierno de Mikhail Saakashvili, informó el martes la agencia de noticias Itar-Tass, citando fuentes de los servicios de seguridad rusos. «Este es un delirio y agoní­a del régimen de Saakashvili, no hay otra forma de calificarlo», señaló la fuente comentando reportes provenientes de Georgia sobre el incidente. El motí­n comenzó por la mañana en la base militar de Mujrovani, a unos 30 kilómetros al noreste de la capital, cuando el comandante del batallón de tanques rebelde, Mamuk Gorgoshvili, hizo una declaración de insubordinación: anunció que él y algunos de sus hombres se encerraban en sus cuarteles y aseguró que no emprenderí­an «ninguna acción agresiva». «Los militares apoyamos los llamamientos para comenzar el diálogo con la oposición», señaló. Desde el pasado 9 de abril, la oposición mantiene protestas permanentes; pide la dimisión de Saakashvili y la convocatoria de nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales.El presidente entró en la base acompañado de una treintena de tanques y propuso a los amotinados que se rindieran. Los rebeldes no opusieron resistencia, fueron desarmados y los organizadores del motí­n fueron detenidos. «Se les acusa de intento de sublevación y de tener relaciones con los servicios secretos rusos», puntualizó el portavoz. «Los organizadores eran ex altos cargos del Ministerio de Defensa», que deseaban hacer fracasar las maniobras de la OTAN, dijo Utiashvili.La oposición ha calificado el incidente como un «espectáculo» organizado por el Gobierno para desviar la atención de las protestas contra el presidente.El sobresalto militar no impedirá a Saakashvili asistir mañana y el viernes en Praga a dos cumbres de la UE, según confirmó una portavoz de la presidencia checa de la Unión. A la vespertina del jueves, para establecer la Asociación Oriental con seis paí­ses vecinos de la UE, entre ellos Georgia, no acudirán los lí­deres de España, Francia y Reino Unido, por el lado comunitario, ni los presidentes de Bielorrusia y Moldavia.Soldados rusos comenzaron a desplegarse en las fronteras de Abjazia y Osetia del Sur con el resto del territorio georgiano, pocos dí­as antes del comienzo de una maniobra conjunta de Georgia con la Organización del Atlántico Norte (OTAN) en el paí­s caucásico. El movimiento estaba previsto desde hací­a mucho tiempo y no tiene nada que ver con el ejercicio militar de la alianza atlántica criticado por Moscú, dijo un portavoz responsable de la protección fronteriza del servicio secreto ruso a la agencia de noticias Interfax.A finales de abril Rusia acordó proteger las fronteras de los dos territorios declarados independientes por Moscú, en la región fronteriza entre Abjazia y Georgia. Rusia acusa a la OTAN de encender las tensiones con las maniobras previstas desde el próximo miércoles hasta comienzos de junio. Tras la guerra en el sur del Cáucaso del pasado agosto, Moscú reconoció ambos territorios como independientes, pese a las protestas de Occidente. Al mismo tiempo, Moscú anunció el estacionamiento de 3.800 solados rusos en cada uno de esos territorios que la comunidad internacional reconoce como parte de Georgia.Que Rusia aspire a acabar con Saakashvili no es nuevo, aunque parece poco lógico que lo haya decidido hacer justo coincidiendo con las maniobras militares de la OTAN. Tampoco es nuevo el hecho de que el presidente georgiano saque a relucir «la amenaza exterior» siempre que crece la oposición interna a su poder. De una forma tan teatral entrando él al frente de los blindados que supuestamente sofocaron la rebelión.Los georgianos llevan semanas abarrotando las plazas de Tblisi pidiendo la dimisión de Saakashvili, los partidos de la oposición indudablemente instigados en parte por Rusia y el descontento que ha dejado en la población la última guerra en Osetia. El retraso en la prometida entrada en la OTAN, que traí­a consigo los cantos de sirena de un reverdecimiento económico ligado a la UE, se han quedado en una sensación de abandono. Los últimos acontecimientos les dejan la sensación que es mejor no molestar a la madrastra Rusia.Sakashvili fue reelegido en enero de 2008 en unas elecciones adelantadas cuya transparencia la oposición ha cuestionado y que fueron convocadas por él mismo después de declarar el estado de excepción en noviembre de 2007 debido a las protestas opositoras, que fueron reprimidas violentamente por las fuerzas del orden.La mirada del mundo se dirigió a Georgia cuando el presidente de ese paí­s lanzó en agosto de 2008 un amplio operativo militar contra Osetia del Sur, en un intento por retomar el control de esa provincia secesionista. Estados Unidos ha sido el valedor principal de la estrategia georgiana pese a no conseguir incluir a Georgia entre los nuevos miembros admitidos durante el Consejo del Atlántico Norte de abril de 2008 en Bucarest.Decir que detrás del amotinamiento, está Rusia le vale a Saakashvili para deslegitimar a la oposición y para enseñar a la OTAN -ahora sí­, en ví­speras de las maniobras- que Georgia ha de entrar lo antes posible en la Alianza Atlántica para defenderse de los objetivos expansionistas del Kremlin. De momento la nueva administración de EE UU mantiene silencio, pero en los hechos, Obama acaba de presupuestar otros 242 millones de dólares para 2010 en ayuda militar a Georgia.

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