Gestos de distensión entre Fatah y Hamás

Frutos de la visita de Carter

Las conversaciones de paz que están teniendo lugar en El Cairo entre las dos facciones palestinas enfrentadas -Al Fatah y Hamás- han dado un primer y significativo fruto. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, ordenó ayer la liberación de todos los presos de Hamas en Cisjordania. «Con esta medida el presidente Mahmud Abbas quiere crear una atmósfera positiva para impulsar las negociaciones entre su organización y los dirigentes de Hamas con vistas a la unidad del pueblo palestino», afirmaba un comunicado de la ANP en Ramala.

“La medida incluye a todos los risioneros, incluso a aquellos detenidos por motivos de seguridad (…) La única condición es que no vuelvan a poner en riesgo el orden público”, señaló el líder de la fracción parlamentaria de Al Fatal, Azzam Ahmed. Se trata del fruto más concreto y palpable hasta el momento de las negociaciones de reconciliación interpalestinas entre Al Fatah y Hamás, enfrentadas desde que en junio de 2007 las milicias islamistas expulsaran a los partidarios de Abbas de Gaza y se hicieran con el control de la Franja. Desde entonces las detenciones –y ejecuciones- de partidarios de una facción a manos de la otra se habían repetido, abriendo un enorme abismo en la unidad del pueblo palestino. Sin embargo la brutalidad de la ofensiva israelí sobre Gaza en enero de este año volvió a empujar a ambas facciones a la mesa de negociación. En el proceso, auspiciado e impulsado por la diplomacia egipcia con el respaldo y la supervisión de Washington, se han sucedido los avances y los retrocesos bruscos e inesperados. El ambiente pareció empeorar gravemente tras los violentos sucesos de hace unas semanas, en los que dos destacados miembros de Hamás en Cisjordania fueron rodeados y acribillados por la policía de la ANP. Hamás juró venganza, pero semanas después ha ocurrido esto. La noticia tiene relación no sólo con los esfuerzos egipcios, sino con la reciente visita a Gaza y Cisjordania de un representante “extraoficial” de la diplomacia norteamericana: el expresidente Jimmy Carter. El norteamericano, en un gesto sorprendente, se entrevistó en muy cordiales y amistosos términos con el representante de Hamás en Gaza, Jalhed Meshaal, una organización considerada terrorista oficialmente por Washington. Carter afirmó entonces que EEUU busca y promueve la reconciliación de las dos facciones con vistas a formar un Gobierno de Unidad Nacional que pueda contribuir a la estabilización de la zona. Gobierno de Unidad, eso sí, sometido a la tutela de la superpotencia –algo que distan mucho de estar cerca de conseguir, dada la vinculación de Hamás a Teherán. Lo que la administración Obama no busca de ninguna manera es una organización islamista aislada, radicalizada y echada en manos de los ayatolás. Hay que atraerlos hacia occidente.

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