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Florentino Pérez en… «Gigante»

Primero fue Eugenio Martí­nez, después Juan Onieva y más tarde Eduardo Garcí­a. Si las cosas no cambian, y no parecen que vayan a cambiar, Florentino Pérez volverá a ser presidente del Real Madrid. Y es una amenaza. Más cuando no se recuerda proceso electoral de ningún tipo, tan peculiar: los contendientes abandonan y el esperado vencedor, al final, no se hará esperar.

Primero Eugenio Martínez Bravo, no consiguió los avales – 57 millones – necesarios ara poder presentar la candidatura, después Carlos González, el segundo de Onieva, abandona por “cuestiones personales”, y ahora Eduardo García, que técnicamente sigue en la carrera electoral, tiene serias dificultades para conseguir los avales antes del 31 de mayo. Al igual que hizo en su primera candidatura, Florentino Pérez había apostado por los fichajes estrella y de urgencia. Una estrategia que sin duda iba a salirle por un ojo de la cara. Ahora no hay prisa – salvo que cambien mucho las cosas – y pese a que se prevé que no abandone esta línea, la premura no es la misma. En varios medios se ha especulado con que la retirada de Onieva está relacionada con las dificultades en obtener el aval bancario – el empresario Carlos González era el principal avalista del proyecto -, aparte de otros avales con los que sí que cuenta Florentino. Como manifiestan las declaraciones de Butragueño: “Florentino Pérez es el claro favorito para ganar las próximas elecciones a la Presidencia del club porque el madridismo le va a apoyar mayoritariamente". Se supone que la intervención de Martínez Blanco en la presentación de la candidatura – haciendo menciones sobre Kennedy y Obama, y acaparando el protagonismo sobre Onieva – es la razón que ha llevado a González a retirarse, de hecho, no ha tardó en calificarla de “ridícula”. Pero lo importante es lo que añadió después: “El Real Madrid no se merece una campaña electoral así. Asumimos que cometimos un error en nuestra presentación, pero el eco que se ha hecho de ello es el de la mofa y por eso nos retiramos. A Florentino Pérez, sin embargo, se le perdona todo. Y va a hacer del Real Madrid una sociedad anónima”. Eduardo García presenta el aval de OID – Organización Impulsora de los Discapacitados -, entidad que obtiene sus beneficios principalmente del juego y que ya ha manifestado encontrar “bastantes dificultades” para hacer efectivo el respaldo. Quizás esas dificultades sean las que hayan llevado a García a presentar dos demandas, que ha tenido que retirar a continuación, contra el Real Madrid para suprimir la norma que obliga a presentar un aval, y que podían entorpecer el proceso electoral. Una era contra el preaval del quince por ciento del presupuesto del club como exigen los estatutos para los candidatos y otra contra el aval al que obliga la Ley del Deporte a la junta directiva entrante. Ciertamente no era una buena forma de empezar la campaña. Y es que enfrentarse a un gigante como Florentino no es fácil. Menos con medidas que crean condiciones para que no pueda presentarse “cualquiera”. La presidencia del club blanco es una de las más codiciadas posiciones de privilegio que existe en España, y posiblemente una de las mejores dotadas del mundo… para hacer negocios. El palco del Real Madrid es una auténtica plataforma de relaciones comerciales y políticas, y motor de influencias por el que bien valen unas cuantas dentelladas.

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