vivienda

estafa inmobiliaria atrapa a miles

La crisis que se ha cebado en el sector del ladrillo está dejando a miles de personas en toda España sin ahorro y sin piso. Este hundimiento del sector está sacando a la luz una estafa de grandes proporcionres de las que los pequeños compradores son los principales damnificados.

Únicamente, los últimos hundimientos de Martinsa-Fadesa, Hábitat y Tremón, han dejado mas de 8.000 erjudicados que habían comprado su piso sobre planos y que, en la mayoría de los casos no van a recuperar el dinero o, al menos, no lo van a recuperar todo ni en un plazo breve de tiempo. Teniendo en cuenta que, según diversas asociaciones de consumidores, la mayoría de estos afectados se habían metido en la operación con una hipoteca, los daños pueden ser aún mayores. Es posible que la crisis se haya cebado especialmente con el sector inmobiliario; es posible que las principales inmobiliarias españolas valgan hoy la mitad de lo que valían hace un año; es posible que muchas de ellas, especialmente las mas pequeñas, desaparezcan; pero de lo que no cabe ninguna duda es de que los principales damnificados de todo esto son los miles y miles de compradores de una vivienda en la que habían invertido sus ahorros o, por la que se habían hipotecado y que, en muchos casos, se encuentran ante el inicio de un largo proceso con un final mas que incierto y una expectativa de quedarse sin vivienda ni dinero invertido. Esta situación, puede resultar atribuible a la crisis, pero una primera aproximación al problema permite concluir que la recesión, que afecta de lleno a España, ha sacado a la luz es una estafa sin precedentes cuyas víctimas no son el sector inmobiliario sino los consumidores. Según datos del Banco de España, sólo el 41% de la deuda que las inmobiliarias tienen con los bancos está relacionado con la financiación de la construcción. Según esta fuente, el sector inmobiliario tiene una deuda contraída con los bancos de 129.898 millones de euros, a lo que hay que añadir 185.546 con las Cajas de Ahorro. En total, la cosa suma 315.444 millones de euros de los que el 41% -129.332 millones- está asociado a la construcción de viviendas. Es decir, el 59% de la deuda de las inmobiliarias, 186.112 millones de euros, no está asociado a la actividad propia del sector inmobiliario. Ante el aumento de la morosidad, que en un año se ha multiplicado por seis, pasando del 0,58% al 3,45% (sólo en los bancos se ha multiplicado por 24, subiendo del 0,16% al 3,82%), se empieza a producir un proceso de absorción y de concentración en el sector bancario que se queda con los activos de las inmobiliarias. Ante estos hechos, dada la lentitud de la justicia y las pocas esperanzas de cobrar que hay en muchos casos, diversas asociaciones han manifestado su preocupación ante el hecho de que un consumidor estafado por una inmobiliaria puede verse en la situación de deber una hipoteca a un banco, adquirida para la compra de un piso que no se le ha entregado, pero que ha terminado en manos del banco al que le debe la hipoteca que, por supuesto, tendrá que renegociar en las nuevas condiciones. Esta claro ¿no?

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