La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó a mediados de marzo un proyecto de ley que exige a ByteDance (compañía china propietaria) vender TikTok (una aplicación para difundir y ver videos cortos) a otra empresa estadounidense en un plazo de 180 días. De lo contrario, prohibirán su uso dentro de sus fronteras, aduciendo razones de «seguridad nacional». ¿Hay en este asunto algo tan importante para EEUU como para vetar una plataforma de videos por internet, usada principalmente por adolescentes para mostrar coreografías?

¿Se había planteado usted alguna vez cómo es posible que WhatsApp sea gratuito? Sostener esta aplicación en funcionamiento cuesta millones de euros. No obtiene ingresos, no es de pago y no muestra publicidad. ¿Se ha vuelto altruista el monoplio norteamericano que la mantiene? Esta aplicación de mensajeria pertenece al grupo Meta Platforms, también propietaria de Facebook e Instagram, que trabaja en estrecha colaboración con los aparatos de estado norteamericanos.

WhatsApp está subvencionada porque representa una valiosa fuente de datos sobre sus usuarios: su sistema de relaciones sociales, sus movimientos y hasta sus conversaciones. Toda esa información es accesible para la policía y los servicios secretos de EEUU.

La revista americana Rolling Stone describió en un informe cómo el FBI y otras agencias de seguridad del país “tienen múltiples vías legales para extraer datos confidenciales de los usuarios de las herramientas de mensajería más populares”.

Whatsapp tiene 2.000 millones de usuarios, así que le otorga a EEUU el acceso a información a escala mundial.

¿Nunca se ha preguntado cómo es posible que WhatsApp sea gratuito?

Cree el ladrón que todos son de su condición

En el caso de TikTok, EEUU acusa a China de hacer lo mismo con esta plataforma (recabar información de los usuarios) que ellos con las aplicaciones de comunicación. Cuestión no descartable porque el desarrollo tecnológico lo permite.

Trump ya intentó quitarle el control de TikTok a ByteDance en 2020, propuesta bloqueada entonces por los tribunales estadounidenses. En febrero de 2023 la Casa Blanca prohibió instalar la aplicación tiktok en los ordenadores o móviles oficiales. Prohibición que se ha extendido por los gobiernos de Reino Unido, Australia, Canadá, Francia y Nueva Zelanda e India.

Además de que EEUU pelee por mantener el monopolio del acceso a las comunicaciones de los usuarios, está también en disputa el control de la creación de opinión.

Tiktok es la aplicación más descargada del mundo entre personas de 18 a 24 años. Aproximadamente 170 millones de estadounidenses la usan.

Su éxito se basa en un eficaz algoritmo que detecta las prefencias del consumidor ofreciéndole los videos más acordes a sus gustos.

Pero además de como entretenimiento, los jóvenes comienzan a darle un nuevo uso como motor de búsqueda. El vicepresidente de Google declaraba: «En nuestros estudios, algo así como cerca del 40 por ciento de los jóvenes, cuando buscan un lugar para almorzar, no abren Google, van a TikTok o Instagram».

Los jóvenes usan TikTok ya no solo por ocio, sino también para buscar productos o lugares, y para aprender a hacer diversas tareas, o para recibir explicaciones sobre el significado de las cosas. Y todo en cortos audovisuales producidos por miles de ususarios.

Así que un porcentaje importante de la población busca información en esa aplicación y luego valora su veracidad leyendo los comentarios sobre el video. Videos que ya están fuera del control monopolista de EEUU. Es decir, el Estado norteamericano y sus grandes grupos económicos pierden en ese sector social el monopolio de la información y de la difusión de valores ideológicos y políticos a través de las creaciones audiovisuales.

EEUU aspira a mantener el monopolio de la información y la difusión de ideas.

Y este es el segundo interés estratégico de estas aplicaciones universales. No se puede ejercer como potencia hegemónica, sin el poder blando: si tu cultura, tu modo de ver el mundo, tus ideas, no se difunden y prevalecen dominantemente.

Aún hay un tercer asunto: el negocio. Multimillonarias ganancias basadas en la publicidad que Tiktok sí emite. La aplicación china tiene un valor estimado de 100.000 millones de dólares.

Como hemos visto en el caso de WhatsApp, la economía se supedita a la política. Y la tan cacareada libre competencia sucumbe a la fuerza del Estado cuando interesa.

Si hay en juego intereses estratégicos de control de la información que le llega a un sector de la sociedad norteamericana, y de domino de las comunicaciones mundiales, se puede hasta perder dinero. El monopolio de la información es suficiente ganancia.

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