SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Estado de desconcierto

De nuevo los mercados vuelven a situarnos en su punto de mira. Ello, pese a las profundas reformas emprendidas y un recorte presupuestario sin precedentes. Que merezcan el aplauso de nuestros socios no parece impresionar a quienes mueven el dinero. No es de extrañar que cunda el desánimo al comprobar que nada es capaz de saciar el ansia de especulación, una vez desatado este ciego engranaje. Pero haríamos bien en examinar las causas en lugar de lamentarnos.

Las actuales muestras de desconfianza mucho tienen que ver con un cuestionamiento en toda regla del euro. El debate de moda en estos días se centra en cómo expulsar de su perímetro a países en dificultades sin provocar un caos financiero generalizado.

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