El Banco de España interviene CCM. El segundo plan de rescate está en marcha

Esquilmando las cajas

«Somos más sólidos y más solventes que nunca de cara al futuro». Poco más de dos meses después de que Hernández Moltó, presidente de CCM, pronunciara estas palabras, la caja manchega ha sido intervenida, dejando un agujero contable de más de 3.000 millones de euros. Moltó -destacado miembro de la clase polí­tica manchega- emitió su delirante dictamen cuando se reuní­a con un grupo de empresarios en el nuevo aeropuerto de Ciudad Real, una desastrosa operación, en colaboración con un restringido núcleo de constructores con los que la dirección de la caja mantiene una estrecha colaboración, que ha hecho perder a CCM 1.100 millones de euros, hoy por hoy casi irrecuperables. Este hecho es la radiografí­a del espurio matrimonio entre las castas polí­ticas locales y las élites económicas -tanto los viejos caciques como los nuevos ricos-, que han esquilmado los recursos de las cajas de ahorros para financiar un delirante boom inmobiliario.

Sólo tres constructoras e inmobiliarias (Román Sanahuja con Metrovacesa, Domingo Díaz de Mera con Indo Ma renta e Ignacio Barco con Solventia) han concentrado en los últimos años créditos or valor de 700 millones de euros concedidos por CCM, lo que representa el 40% de los recursos propios de CCM. El dinero todavía no ha sido devuelto. Y es casi imposible que así sea, dada la situación de los deudores. La caja manchega financió a la familia catalana de los Sanahuja buena parte de sus operaciones en Metrovacesa. Hoy, la inmobiliaria, incapaz de pagar, está en manos de los primeros seis bancos españoles. Una apuesta singularmente arriesgada de CCM fue la de financiar a los accionistas del núcleo duro de Inmobiliaria Colonial, Domingo Díaz de Mera y Luis Nozaleda, entrando incluso en el capital de esta empresa. Las acciones de esta inmobiliaria llegaron a cotizar a 6 euros en la primavera de 2007. Ahora, la controlan los bancos acreedores y el pasado viernes cerraron a 12 céntimos. Además de estos fiascos, en los últimos meses hemos asistido a un rosario de concursos de acreedores de inmobiliarias y sociedades participadas tanto por los tres constructores mencionados, como por la propia Caja Castilla-La Mancha, caso de las tres compañías que componen la constructora DHO (Dico Harinsa Obrum). El caso es que los mismos tres nombres aparecen una y otra vez en los principales proyectos en los que se ha embarcado la entidad presidida por Moltó. Uno de ellos es el Aeropuerto de Ciudad Real, un auténtico fiasco que ha comprometido 1.100 millones de la caja de CCM. ¿Qué ha pasado? Como la mayoría de las cajas, CCM decidió subirse al tren del boom inmobiliario para protagonizar una vertiginosa expansión, en estrecha colaboración con un restringido grupo de capos de la construcción locales o especialmente vinculados con la región. Adoptando una estrategia especialmente agresiva, basada un excesivo endeudamiento, para intentar explotar más allá del límite la gallina de los huevos de oro del ladrillo. Cuando la crisis ha hecho perder buena parte de su valor a los activos inmobiliarios, constructoras y promotoras han caído en la insolvencia, arrastrando con ellas a cajas especialmente expuestas al ladrillo como CCM. Pero este restringido grupo de constructores jamás habrían podido hacer de su capa un sayo con los recursos de CCM, si al frente de la caja manchega no hubiera estado alguien como Hernández Moltó. Moltó saltó a la fama cuando, como portavoz del PSOE en la comisión de Economía del Congreso atacó duramente a Mariano Rubio, investigado por el caso Ibercorp. El PSOE, envuelto en interminables casos de corrupción, quería ofrecer a la opinión pública la cabeza de Mariano Rubio, y Moltó fue el encargado de escenificarlo. Ahora, la cabeza que pende de un hilo es la del propio Moltó. Hernández Moltó es uno de los más claros especimenes de la fauna política regional. Fue responsable de la Consejería de Transportes y Comunicaciones del gobierno regional durante la etapa preautonómica, y más tarde consejero de Economía y Hacienda. Pasó a la política nacional ejerciendo de portavoz socialista en la Comisión de Economía del Congreso. A través de su dilatada carrera política, tanto a nivel regional como nacional, Moltó, siempre vinculado al área económica, ha estrechado múltiples lazos y acumulado numerosos contactos. Los que le valieron ser nombrado en 1999 presidente de Caja Castilla La Mancha. Estamos ante uno de los ejemplos más claros del oscuro maridaje entre los nódulos de la clase política local y los centros de las élites económicas regionales, fundiéndose ambas en una misma cosa donde es difícil diferenciar a unos de otros. Un tándem que, incrustado en la dirección de las cajas de ahorros las ha conducido a la quiebra técnica, empleando los recursos públicos al servicio de la expansión de las burguesías locales.

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