España se la juega en una semana clave

España está, una vez más, en el ojo del huracán. La asfixiante presión de los mercados sobre la deuda pública, las duras pugnas internas en Bruselas por aligerar los objetivos de déficit y cerrar de forma satisfactoria el rescate a la banca y las demandas de reformas pendientes eclosionaron ayer en una nueva jornada negra.El Ejecutivo no tiene otro remedio que acudir el lunes a Bruselas con un nuevo empujón a su agenda de reformas. El miércoles tendrá que convencer al Congreso y el jueves a unas reticentes comunidades autónomas. Da la sensación de que ya no hay temas tabúes y se plantean cuestiones hasta hace poco inimaginables, como la misma modificación de la prestación por desempleo y la refundación de la función pública. El Gobierno de Rajoy ha tomado medidas muy complicadas –incluso históricas– como la reforma laboral o la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Sin embargo, a ojos de Bruselas y de los mercados, quedan pendientes cuestiones cruciales. El equipo económico del Gobierno tiene sobre la mesa propuestas de todos los tipos, incluida una constante reclamación de Bruselas para que suba el IVA. Economía es consciente de las enormes dificultades para cumplir los objetivos de déficit público y de la asfixia financiera que sigue atenazando a la actividad económica. Si la próxima semana logra un impulso reformista suficiente –con recortes en los gastos corrientes de los ministerios y con un nuevo pulso con las comunidades–, el Gobierno debería también reclamar un trato más comprensivo por parte de las autoridades europeas. Tanto las de Bruselas (Comisión), como las de Francfort (Banco Central Europeo).