La presión no cede sobre la prima de riesgo española, lo que ha obligado al Tesoro a pagar un tipo de interés del 7,088% para colocar 3.562 millones de euros en bonos a diez años. Los mercados han vuelto a poner a la deuda española en el ojo del huracán horas antes de la subasta del Tesoro y el acoso no parece remitir. La prima de riesgo española, que mide el diferencial entre los intereses que deben pagarse por los bonos alemanes a 10 años y el bund alemán que se toma como referencia, ha llegado a tocar a las 10:45 de la mañana los 495 puntos básicos y tras la subasta sigue en el mismo rango. La rentabilidad del bono español también se ha disparado hasta un 6,7% en el mercado secundario.
Aunque las subastas se realizan en el mercado primario, que es donde acuden los Estados a captar financiación, este y el secundario están interconectados y los intereses se acaban trasladando entre ellos. Horas antes de la subasta, los inversores suelen vender sus títulos para así ejercer presión sobre el Estado y que este se vea obligado a elevar el interés que va a pagar por los bonos que va a subastar.