«Bajo las reglas del juego, España debe reducir sus gastos, lo cual es casi seguro que aumentará aún más su tasa de desempleo «, dice. «A medida que su economía se desacelera, la mejora en su situación fiscal puede ser mínima. España puede estar entrando en el tipo de espiral mortal que afectó a Argentina sólo una década atrás. Sólo cuando Argentina rompió su paridad cambiaria con el dólar comenzó a crecer y su déficit disminuyó.
"En estos momentos, Esaña no ha sido atacada por los especuladores, pero puede que sea sólo una cuestión de tiempo". Según Stiglitz, los ataques de los mercados financieros contra Grecia demostraron que los déficit no pueden ser ignorados. Al igual que en el caso de Grecia, Stiglitz cree que los especuladores todavía no han abandonado la presa, convencidos de que la debilidad de la economía española –cuya solvencia fue rebajada esta semana por Moody’s de AAA a Aa1– juega a su favor. LA JORNADA.- En cuanto a la participación de instancias gubernamentales estadunidenses, debe recordarse que en 2008 el periodista canadiense Jean Guy Allard documentó la infiltración de la policía ecuatoriana, por la embajada de Washington en Quito, mediante el pago de informantes, capacitación, equipamiento y operaciones. La involución que ha vuelto a colocar en el panorama regional esos ejercicios de violencia y barbarie tiene un arranque preciso: el cuartelazo perpetrado en Honduras en junio del año pasado, el cual logró trastocar en forma perdurable el orden institucional, debido, principalmente, a la complacencia que encontró en la comunidad internacional y, muy especialmente, en el gobierno de Barack Obama. R. Unido. The Sunday Telegraph El euro podría no sobrevivir Kamal Ahmed Joseph Stiglitz, uno de los principales economistas del mundo, ha advertido que el futuro del euro es "sombrío", y la frágil recuperación económica europea podría sufrir daños irreparables por la "ola de austeridad" que barre el continente. El ex economista jefe del Banco Mundial y ganador del premio Nobel también predice que los especuladores a corto plazo en el mercado pronto podrían empezar a poner presión sobre España, que está luchando con un gran déficit y un alto desempleo. La semana pasada, Moody’s rebajó la calificación crediticia del país de AAA a Aa1. El ex asesor del presidente Bill Clinton también dijo que el sector bancario ha vuelto a los "negocios de siempre" demasiado rápidamente y que aún hay riesgos de otra crisis financiera, pese a algunas mejoras en la regulación. Stiglitz, actualmente profesor en la Columbia Business School, desgrana estos argumentos en una edición actualizada de su libro, “Caída libre, en el credit crunch”. En el nuevo material, publicado exclusivamente en el Sunday Telegraph de hoy, revela sus temores de que los gobiernos de todo el mundo traten de reducir sus déficit demasiado rápido y el riesgo de una recaída en la recesión. Mañana, George Osborne, esbozará los últimos planes del Gobierno para recortar miles de millones de libras del sector público para hacer frente a un déficit de Reino Unido históricamente alto. Stiglizt critica que la Coalición está en peligro de recortar demasiado y demasiado rápido, pero el canciller ha dicho que sin un programa creíble para conseguir que la economía británica se equilibre, las tasas de interés subirán y el crecimiento se ahogará. "La preocupación es que hay una ola de austeridad en toda Europa que incluso golpea las costas de Estados Unidos", dice Stiglitz. "Con tantos países recortando el gasto antes de tiempo, la demanda agregada mundial se reducirá y el crecimiento será tan lento que tal vez incluso lleve a una recesión de doble caída. "Estados Unidos puede haber causado la recesión global, pero Europa ahora le devuelve el golpe." "En estos momentos, España no ha sido atacada por los especuladores, pero puede que sea sólo una cuestión de tiempo". Según Stiglitz, los ataques de los mercados financieros contra Grecia demostraron que los déficit no pueden ser ignorados, ya que pueden causar incrementos en los tipos de interés, lo que a la larga empeorará previsiblemente los problemas fiscales de los Estados. Al igual que en el caso de Grecia, Stiglitz cree que los especuladores todavía no han abandonado la presa, convencidos de que la debilidad de la economía española –cuya solvencia fue rebajada esta semana por Moody’s de AAA a Aa1– juega a su favor. "Las respuestas ingenuas –recortar el gasto y/o subir los impuestos– sólo empeorarán las cosas, como ha quedado dramáticamente de manifiesto con la respuesta del mercado al recorte español", "Bajo las reglas del juego, España debe reducir sus gastos, lo cual es casi seguro que aumentará aún más su tasa de desempleo ", dice. "A medida que su economía se desacelera, la mejora en su situación fiscal puede ser mínima. España puede estar entrando en el tipo de espiral mortal que afectó a Argentina sólo una década atrás. Sólo cuando Argentina rompió su paridad cambiaria con el dólar comenzó a crecer y su déficit disminuyó. "Si a Grecia y España se les hubiera permitido devaluar su divisa, sus economías se habrían reforzado gracias a las exportaciones", afirma el economista, que vuelve a recordar el caso argentino: "sólo cuando Argentina rompió la paridad de su moneda con el dólar fue cuando pudo comenzar a crecer y a reducir su déficit". En cuanto al euro, el Sr. Stiglitz dice que las diferentes necesidades de los países con altos excedentes comerciales, en particular Alemania, y los déficit de otros, tales como Irlanda, Portugal y Grecia, significa que la moneda única se encuentra bajo intensa presión y no puede sobrevivir. Sugiere que una manera de salvar el euro sería que Alemania salga de la zona euro, lo que permitiría que la moneda se devaluara y ayudaría a los países en crisis mediante las exportaciones. "Los países que comparten una moneda tiene un tipo de cambio fijo entre sí y con ello renuncian a una importante herramienta de ajuste", dice. "Siempre y cuando no hubiera crisis, el euro estaba bien. La prueba ha venido cuando uno o más países se enfrentan una crisis." THE SUNDAY TELEGRAPH. 3-10-2010 México. La Jornada Golpismo derrotado Es meridianamente claro que la mafia policial que se insurreccionó ayer en Quito y que durante casi todo el día mantuvo secuestrado al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, no actuó en defensa de conquistas laborales de los efectivos policiales, como lo pregonaron los alzados. El descontento entre los uniformados de la fuerza pública por la reciente aprobación legislativa de una nueva ley de servicio público, que en última instancia los favorece, tuvo que ser resultado de una labor de envenenamiento y desinformación con propósitos subversivos y golpistas. Los instigadores están también al descubierto: hermandades corruptas enquistadas en la institución policial, sectores oligárquicos y de la llamada comunidad de inteligencia de Estados Unidos. El vínculo visible de los segundos con los policías insurrectos es el aventurero Lucio Gutiérrez, militar golpista en 2000, electo presidente dos años más tarde, feroz represor en 2004, defenestrado por las movilizaciones populares del año siguiente y, desde entonces, gestor de intereses injerencistas y empresariales. En cuanto a la participación de instancias gubernamentales estadunidenses, debe recordarse que en 2008 el periodista canadiense Jean Guy Allard documentó la infiltración de la policía ecuatoriana, por la embajada de Washington en Quito, mediante el pago de informantes, capacitación, equipamiento y operaciones. Así pues, aunque la intentona ostenta el rasgo atípico de haber sido emprendida por la policía y no por las fuerzas armadas, es claro que lo que se frustró ayer en Ecuador fue un clásico golpe de Estado de la derecha oligárquica contra un gobierno progresista, con sentido popular y democráticamente constituido. La involución que ha vuelto a colocar en el panorama regional esos ejercicios de violencia y barbarie tiene un arranque preciso: el cuartelazo perpetrado en Honduras en junio del año pasado, el cual logró trastocar en forma perdurable el orden institucional, debido, principalmente, a la complacencia que encontró en la comunidad internacional y, muy especialmente, en el gobierno de Barack Obama. Desde el momento en que los golpistas hondureños fueron beneficiados con una benevolencia que contradice los principios democráticos de los gobiernos que les otorgaron reconocimiento diplomático y que se negaron a adoptar sanciones contra el régimen emanado del golpe contra el presidente Manuel Zelaya, se extendió una patente de impunidad que puede alentar atentados semejantes contra el orden constitucional en otros países latinoamericanos. Por fortuna, en el episodio de ayer en Ecuador, el golpismo resultó derrotado, con una cuota de sangre pequeña, pero de cualquier forma lamentable, y después de muchas horas de tensión y zozobra en la sociedad. El ejército se deslindó de los sublevados y, a la postre, tomó por asalto el hospital policial en el que mantenían secuestrado al mandatario, lo liberó y lo transportó hasta el palacio presidencial de Carondelet, donde Correa fue objeto de un recibimiento apoteósico de sus seguidores. De esta manera quedó restablecido el orden democrático en la nación sudamericana. La intentona dejó ver, por otra parte, un patrón golpista que viene afectando a diversas naciones de la región desde 2002, cuando el presidente venezolano Hugo Chávez fue temporalmente derrocado y secuestrado por militares desleales, lo que se repitió en escala menor en Bolivia en 2008 y que un año más tarde logró subvertir el orden democrático en Honduras. Tal fenómeno plantea uno de los más graves desafíos a la legalidad y a la democracia en el subcontinente y amenaza con causar una regresión histórica que podría borrar lo conseguido en materia de normalización democrática desde hace cinco lustros, cuando colapsaron las dictaduras militares que se enseñoreaban en la mayor parte de las naciones centro y sudamericanas. El corolario inevitable de la violenta y peligrosa jornada que hubo de padecer ayer Ecuador es que no debe otorgarse impunidad a los golpistas y que las aventuras de subversión política emprendidas desde el aparato gubernamental deben ser rigurosamente castigadas conforme a derecho. Cabe esperar que el gobierno de Rafael Correa actúe en ese sentido en los próximos días y que la derrota experimentada ayer por la derecha oligárquica sea factor de fortalecimiento para las instituciones democráticas ecuatorianas, que sirva para superar las fracturas en el partido gobernante y que impulse la consolidación del proyecto de justicia social, soberanía y democracia que actualmente se aplica en el territorio de esa nación. LA JORNADA. 1-10-2010