España e Italia en libertad vigilada

Alemania fue más allá y llegó a pedir a Zapatero y Berlusconi que hagan uso de sus reservas de oro para comprar deuda pública. El Gobierno alemán sacó ayer un recetario aplicable a todos los llamados paí­ses periféricos. El vicecanciller y ministro de Economí­a, Philipp Rí¶sler, avanzó que pedirá a la Unión Europea la puesta en marcha de test de estrés a los paí­ses para medir su competitividad y calmar a los inversores. Además, Alemania instará formalmente a Bruselas a incorporar un techo de gasto público en las Constituciones nacionales de los paí­ses del euro.»

“Con estas ropuestas destinadas a vigilar a los países derrochadores de la Eurozona, como España, y que recuerdan a los test a los que se ha sometido la banca, Alemania quiere medir el estado y flexibilidad del mercado laboral de los países del euro, sus indicadores económicos, su capacidad de innovación y su seguridad jurídica, entre otros. La primera economía de la Eurozona también presionará a la UE para crear un nuevo Consejo de Estabilidad europeo con capacidad sancionadora para castigar a los socios que suspendan alguno de los exámenes de competitividad y austeridad presupuestaria. Entre las penalizaciones figuraría, por ejemplo, la obligación de devolver parte de los fondos estructurales desembolsados desde Bruselas.” (EL MUNDO) EL PERIÓDICO.- La Unión Cristianodemócrata (CDU) y el partido liberal alemán (FDP), miembros de la coalición de Gobierno en Berlín, han propuesto a España e Italia vender parte de sus reservas de oro para atajar la crisis de deuda pública. El diario Financial Times Deutschland se ha hecho eco de la propuesta, más seria de lo que en principio podría pensarse. Se calcula que las reservas de oro españolas ascienden a unos 11.000 millones de euros. La intervención del BCE en defensa de la deuda pública italiana y española impulsada este pasado lunes fue del orden de los 2.500 millones de euros. La cuestión planteada por los alemanes es si es lícito recurrir a un amigo para pedir un préstamo cuando se dispone de un tesoro escondido en el sótano de casa y que se ha revalorizado el 62% en cinco años. EL PAÍS.- La Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) tenía ayer poco margen para actuar sobre las malas perspectivas de crecimiento económico. El Comité de Mercado Abierto decidió ayer mantener los tipos de interés en el rango objetivo entre el 0 y el 0,25%, y abrió la puerta a reanudar en septiembre una nueva ronda de estímulos monetarios (quantitative easing) con el fin incentivar el crecimiento económico y aumentar el empleo. La baja tasa de crecimiento y la incapacidad de la economía estadounidense para reducir el paro es la razón fundamental que explica el desplome de Wall Street durante la jornada del lunes y el contagio en cadena de las grandes Bolsas europeas. Economía El Mundo España e Italia en libertad vigilada M. Vega / C. de la Pola Mientras la prensa alemana cifraba ayer en la horquilla de los 4.000 y 5.000 millones de euros el desembolso realizado por el BCE para paliar la crisis de deuda que asola a España e Italia, el presidente del banco emisor y el Gobierno de Angela Merkel instaron a Madrid, Roma y también a Bruselas a poner en marcha medidas urgentes para evitar una recaída de la prima de riesgo de estos dos países o un nuevo brote de crisis en la renta fija de otros miembros del euro. Alemania fue más allá y llegó a pedir a Zapatero y Berlusconi que hagan uso de sus reservas de oro para comprar deuda pública. Pese a estas declaraciones, la prima de riesgo española logró con éxito situarse en los 271 puntos (mínimos desde diciembre) gracias al respaldo del banco emisor. Por su parte, la italiana se situó en 281 puntos al cierre de la sesión, un diferencial del que no disfrutaba desde principios de julio. Para evitar nuevas tensiones, el Gobierno alemán sacó ayer un recetario aplicable a todos los llamados países periféricos. El vicecanciller y ministro de Economía, Philipp Rösler, avanzó que pedirá a la Unión Europea la puesta en marcha de test de estrés a los países para medir su competitividad y calmar a los inversores. Además, Alemania instará formalmente a Bruselas a incorporar un techo de gasto público en las Constituciones nacionales de los países del euro. Con estas propuestas destinadas a vigilar a los países derrochadores de la Eurozona, como España, y que recuerdan a los test a los que se ha sometido la banca, Alemania quiere medir el estado y flexibilidad del mercado laboral de los países del euro, sus indicadores económicos, su capacidad de innovación y su seguridad jurídica, entre otros. La primera economía de la Eurozona también presionará a la UE para crear un nuevo Consejo de Estabilidad europeo con capacidad sancionadora para castigar a los socios que suspendan alguno de los exámenes de competitividad y austeridad presupuestaria. Entre las penalizaciones figuraría, por ejemplo, la obligación de devolver parte de los fondos estructurales desembolsados desde Bruselas. «Creo que ya no alcanza con rescates», afirmó el ministro de Economía germano, que también aseguró que es necesario «un nuevo pacto de estabilidad para el euro». Aunque la deuda alemana mantiene su estatus de referente en Europa -por tratarse de la más solvente-, lo cierto es que la Bolsa de Fráncfort ha sufrido un severo castigo en los últimos días por el contagio de la crisis de deuda periférica sufrido por la tercera y cuarta economía de la moneda única. Precisamente, Merkel fue quien instó a Trichet a comprar deuda italiana y española para frenar el descalabro que estaba abocando a esos países a la quiebra. Una vez que el BCE ha cumplido con su parte del trato impidiendo el desguace de la moneda única, con la compra de bonos mediterráneos, el organismo se sumó ayer a Alemania y pidió a Madrid y Roma que cumplan ahora con la suya. El gobernador del banco emisor dio un nuevo toque de atención a los Gobiernos de Zapatero y Berlusconi al reclamarles que «hagan su trabajo» y recuperen el equilibrio de las cuentas presupuestarias. Trichet aseguró que lleva días reclamando «de manera muy clara» a Italia que reduzca su déficit público y que ahora le pide «lo mismo a España». El gobernador de la entidad urgió además al conjunto de la zona euro a ratificar «lo antes posible» las nuevas facultades del fondo de rescate temporal. Ésas que permitirán al mecanismo de asistencia financiera empezar a hacerse con títulos de los países al borde del precipicio en el mercado secundario y sustituir así al BCE en su rol de apagafuegos. Admitió también que la adquisición de deuda no responde a los instrumentos convencionales propios del banco emisor. Aunque, eso sí, confirmó la reactivación del programa de recompra y anunció que se prolongará. «Estamos en el mercado secundario para quedarnos […] pero no diré que estamos comprando», aseguró un Trichet que continuó sin reconocer explícitamente las operaciones con papel español e italiano. Sobre la opción de empezar a hacerse con títulos directamente en las subastas oficiales, sin embargo, no dejó lugar a dudas y zanjó la cuestión de plano: «No es lo que debemos hacer y, además, no lo podemos hacer». Intervenir directamente en las colocaciones de los respectivos Tesoros supondría, de hecho, transgredir una nueva línea roja casi infranqueable. Y, entre otras secuelas, impediría pulsar el verdadero estado de la crisis de deuda, porque los estados dejarían de saber el precio real que los inversores les exigen para financiarse. El Gobernador recalcó también, como si quisiera justificar el alcance de las iniciativas de la entidad, el enorme impacto «del problema de confianza por el que atraviesa la economía internacional». «En conjunto, y particularmente desde Lehman Brothers, ha sido la crisis más grave desde la Segunda Guerra Mundial. Y podría haberlo sido desde la Primera si el conjunto de responsables no hubiera tomado decisiones muy importantes», subrayó. EL MUNDO. 10-8-2011 Crisis. El Periódico Los alemanes reclaman que España e Italia vendan el oro de sus bancos centrales La Unión Cristianodemócrata (CDU) y el partido liberal alemán (FDP), miembros de la coalición de Gobierno en Berlín, han propuesto a España e Italia vender parte de sus reservas de oro para atajar la crisis de deuda pública. El diario Financial Times Deutschland se ha hecho eco de la propuesta, más seria de lo que en principio podría pensarse. Se calcula que las reservas de oro españolas ascienden a unos 11.000 millones de euros. La intervención del BCE en defensa de la deuda pública italiana y española impulsada este pasado lunes fue del orden de los 2.500 millones de euros. La cuestión planteada por los alemanes es si es lícito recurrir a un amigo para pedir un préstamo cuando se dispone de un tesoro escondido en el sótano de casa y que se ha revalorizado el 62% en cinco años. Los 11.000 millones ingresados por una hipotética venta de oro supondrían una inyección de dinero remarcable. El recorte sanitario catalán, que reducirá en 2.000 camas la oferta y recortará unos 7.000 empleos, supondrá un ahorro de 850 millones de euros. "Deben arreglar sus presupuestos, algo que pueden llevar a cabo con privatizaciones o con la venta de sus reservas de oro", aseguró al Finantial Times Michael Fuchs, viceportavoz del grupo parlamentario de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la cancillera Angela Merkel. Por su parte, el economista Frank Schäffler, del liberal FDP, el socio minoritario del Gobierno alemán, consideró "necesario" que los estados endeudados vendan parte de su oro y depositen parte de sus reservas del metal precioso como garantía en el Banco Central Europeo (BCE). Además, Schäffler argumentó que los países periféricos de la eurozona con problemas financieros deberían emplear sus propios activos para subsanar sus deudas antes de recurrir a la ayuda de los demás países que comparten la divisa europea. Varios expertos de ambos partidos destacaron asimismo que Italia es el cuarto país por reservas de oro, y que este metal se encuentra en la actualidad en máximos históricos. El boletín de reservas internacionales del Banco de España, que recoge datos hasta junio, señala que la entidad posee en la actualidad 9,05 millones onzas de oro. Además, aclara en su web, para alertar a posibles cacos, que no todas están bajo la fuente de la Cibeles en Madrid, sino que también están guardadas en diferentes entidades en Londres y Nueva York. En el 2007, el entonces vicepresidente económico, Pedro Solbes, vendió más del 32% de las reservas que España tenía en oro. El ministro aseguró que “el oro ya no es una inversión rentable”. Por aquel entonces, la onza de oro cotizaba a 670 dólares, un 62% menos que en la actualidad. Lo cierto es que algunos analistas consideran que la actual cotización del oro muestra una situación de mercado sobrevalorado. EL PERIÓDICO Editorial. El País Mensaje realista La Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) tenía ayer poco margen para actuar sobre las malas perspectivas de crecimiento económico. El Comité de Mercado Abierto decidió ayer mantener los tipos de interés en el rango objetivo entre el 0 y el 0,25%, y abrió la puerta a reanudar en septiembre una nueva ronda de estímulos monetarios (quantitative easing) con el fin incentivar el crecimiento económico y aumentar el empleo. La baja tasa de crecimiento y la incapacidad de la economía estadounidense para reducir el paro es la razón fundamental que explica el desplome de Wall Street durante la jornada del lunes y el contagio en cadena de las grandes Bolsas europeas. Es importante señalar que estas decisiones, en particular la sugerencia de nuevas facilidades monetarias, cuenta con oposición, minoritaria pero significativa, dentro de la Fed. El mensaje de la Reserva Federal se distancia de algunos hábitos de la institución. Ben Bernanke, su presidente y buen conocedor de las causas de la Gran Depresión de 1929, sabe que la abundancia de liquidez es el marco necesario (complementado con otras medidas, desde luego) para salir del estancamiento económico. Pero el comunicado de la Fed pone fecha (mediados de 2013) al periodo de tipos "excepcionalmente bajos". Además, el análisis de la institución es muy pesimista. El crecimiento es "más lento de lo esperado", la situación laboral se ha deteriorado y el consumo no reacciona. Bernanke y sus colegas han tomado conciencia de la gravedad de la situación y también del conflicto político en Estados Unidos, que complica la corrección del estancamiento. De ahí esa discreta afirmación de que la Fed estudia las herramientas económicas que debe aplicar. La economía mundial está cayendo velozmente en la contradicción que solo unos meses antes atenazaba a las economías del euro. Durante 2011 y probablemente durante el año próximo, Estados Unidos y Europa atravesarán por una etapa de bajo crecimiento; puesto que en Washington la extrema derecha republicana (liderada por el Tea Party) ha impuesto un ajuste presupuestario como contrapartida para aprobar un aumento del techo de la deuda y en Europa se aplican varios programas de austeridad y recorte de gasto para estabilizar la solvencia de la deuda, no hay margen de maniobra para estimular el crecimiento económico. El efecto probable de esta contradicción será una prolongación del estancamiento hasta al menos mediados de 2013. Durante la última semana, las Bolsas han reaccionado con graves pérdidas ante esta desconcertante ola de ajustes presupuestarios. El tenedor de acciones requiere crecimiento y rentabilidad. Si las expectativas de negocio se arruinan, la Bolsa se hunde. La tendencia depresiva de la renta variable no acaba de disiparse, aunque las pérdidas del Ibex se moderaron ayer y varias Bolsas europeas cerraron con leves ganancias. En la fase actual de esta crisis, lo que es bueno para los compradores de deuda resulta tóxico para los accionistas. EL PAÍS. 10-8-2011 Internacional. La Vanguardia Historia de una decadencia Rafael Ramos “Por término medio la policía me da el alto tres veces al día sin motivo alguno, me pide los papeles, me hace un par de preguntas y me deja marchar tras comprobar que no soy ningún delincuente –se lamenta Patrick Radebe, el propietario negro de una imprenta de Peckham–. Y eso que voy bien vestido, con traje y corbata, no luzco collares de oro en el cuello ni pendientes de diamantes en las orejas como los mafiosos locales o los capos de la droga. ¡Imagínese lo que ocurre con los chavales que llevan un chándal, zapatillas de deporte caras y el rostro cubierto con una capucha”. Es así no sólo en Peckham, sino en todas las comunidades con un elevado porcentaje de negros y asiáticos de todo el país, especialmente después de los atentados de julio del 2005, cuando el pretexto del terrorismo puso la seguridad y el miedo por delante de la libertad y los derechos civiles, dando vía libre a que la policía hiciera lo que quisiese en aras de la prevención. Los blancos no son sospechosos y disfrutan de la presunción de inocencia. El resto, todo lo contrario. Ello ha reavivado la hostilidad latente que los residentes de zonas deprimidas sienten hacia la policía desde los años ochenta, cuando barrios londinenses como Brixton. Peckham y Tottentham, –o Toxteth en Liverpool– registraron incidentes todavía más graves que los de ahora, también en un contexto de crisis económica. Entonces, el gobierno conservador de Margaret Thatcher intentó imponer un impuesto universal (la poll tax), al margen de los ingresos de cada uno, a fin de recaudar fondos para las arcas del Estado. Ahora, quienes dependen de las ayudas estatales ven disminuir sus subsidios de desempleo, incapacidad o familia numerosa para pagar los excesos e imprudencias de banqueros y constructores, en medio de los más draconianos recortes presupuestarios desde la Segunda Guerra Mundial. "La cuestión es el reparto del pastel –dice Sylvia Major, una periodista de radio local–. Las clases trabajadoras de Peckham saben que nunca se van a hacer ricas a no ser que les toque la lotería, y se conformaban con sueldos de 1.500 o 2.000 euros que ahora les quieren recortar; los asilados políticos contaban con tener un piso, clases de inglés y una pequeña ayuda hasta poder volar; los parados crónicos sobrevivían con una vivienda subvencionada y la ayuda de incapacidad laboral; y los chavales tenían bastante con emborracharse los fines de semana, la camiseta de su equipo de fútbol, unas zapatillas Nike, una PlayStation y un ordenador para descargar música y películas. El problema es que ese equilibrio se ha evaporado". Los pobres y las clases medias de Peckham, como de tantas otras zonas deprimidas del Reino Unido, se dan cuenta de que, sin haber hecho nada malo y con los pretextos del terrorismo y la crisis, los poderes fácticos han emprendido una campaña para restringir por un lado sus libertades y, por otro, un pedazo del pastel que ya era de por sí raquítico. "Estamos viviendo –señala el profesor de economía Eric McComarck– un tira y afloja para ver con cuánto es capaz de conformarse la gente, hasta qué punto acepta una reducción de su nivel de vida para que las élites puedan mantener el suyo. Con el sector de la construcción hundido, y realizadas ya la mayoría de privatizaciones, fusiones y adquisiciones posibles, la única manera de que los poderosos sigan ganando dinero como hasta ahora es reduciendo los salarios y beneficios de los trabajadores. La rebelión ha empezado". De los casi veinte mil habitantes de Peckham, un 70% son negros (procedentes de África y el Caribe), un 20% blancos y un 10% asiáticos. Los índices de delincuencia, paro, embarazos no deseados y familias monoparentales figuran entre los más altos del país. Hay casi una banda en cada esquina, grafitis por doquier y hogares en los que nadie ha trabajado durante tres generaciones. En el año 2000, un niño de diez años de origen nigeriano, Damilola Taylor, murió desangrado después de que chavales de su edad le clavaran un cuchillo en el muslo a la salida del colegio, en la escalera del bloque donde vivía. En el 2008, dos estudiantes franceses fueron asesinados a navajazos, y sus cuerpos quemados, cuando se negaron a dar sus tarjetas de crédito a los ladrones. Así se las gastan los matones locales. Las cosas no siempre fueron así de deprimentes en Peckham, antiguo asentamiento romano, favorito del rey Enrique I y del duque de Gloucester, antaño una elegante y aristocrática zona residencial de las afueras de Londres, con edificios de Christopher Wren y posadas donde se instalaban los comerciantes que iban a las ferias de ganado de la capital. Un tranvía tirado por caballos –uno de los primeros del país– conectaba con la City y los astilleros del puerto. Hasta 1880 los almacenes Jones and Higgins fueron los más grandes y prestigiosos al sur del Támesis. Un proyecto de regeneración valorado en 300 millones de euros pretende devolver al barrio sus mejores días, pero todo sugiere que antes de mejorar las cosas irán a peor. A mucho peor… LA VANGUARDIA. 10-8-2011

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