Andrés Sánchez de Apellániz, ni más ni menos que el secretario general de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal), se ha visto en la necesidad de denunciar públicamente la gravísima situación que atraviesa el sector del metal debido a la crisis económica. La magnitud de la crisis está haciendo desaparecer un gran número de empresas y de puestos de trabajo; y está suponiendo la destrucción de buena parte del tejido industrial del país.
Porque en cifras, la roducción industrial “sólo” ha bajado un 24%. Sin embargo, la producción del sector del metal ha caído hasta marzo un 37,8%, es decir, un 50% más que la media del conjunto de todos los sectores industriales en el mismo periodo; así como el empleo en el metal que ha disminuido en un 14% (178.000 trabajadores).El problema grave de la estrepitosa caída de las ventas en el metal, debido a la demanda interna que registra un menor consumo (sobre todo en bienes duraderos) e inversión, es que influye en la industria, los servicios y el comercio. A ello se suma el aumento de la morosidad y el retraso en el cobro a las administraciones públicas, lo que dificulta aún más su situación financiera. Y además anuncia una bajada mayor de la producción industrial ya que el sector del metal ocupa un lugar clave en el tejido productivo.Ante este desolador escenario, Confemetal ha propuesto un decálogo de medidas “anticrisis”, encaminadas a estimular la liquidez en la economía. Lo que hace falta es una alternativa de verdad contra la crisis para redistribuir la renta y los salarios, para el ahorro y la inversión productiva.