Arte

Hitler enamorado

A Hernán Migoya le quedan muy pocas cosas por hacer. Destacado guionista de cómics, logró numerosos premios con obras como «El hombre con miedo» y recientemente publicó «Olimpita»; fue redactor jefe de la mí­tica revista «El Ví­bora»; levantó ampollas con sus dos libros de relatos «Todas Putas» y «Putas es poco»; y tiene terminado su primer largometraje, «Soy un pelele», todaví­a pendiente de estreno. No contento con esto se lanza a una aventura sin precedentes junto a Bouman Studios, seudónimo de José Martí­nez, un joven y polifacético artista autodidacta, que dibuja en directo diariamente cada uno de los fotogramas de una insólita serie de animación «flash»: «Hitler in Love».

Un excéntrico artista con melena y aires de adolescente “endiosado”, romántico y enamoradizo, antes de convertirse en el tirano que recuerda la historia. Este es el Adolf Hitler de Migoya y Bouman, que continúan en la línea de rovocación bien documentada y transgresión constante. Los que escriben la historia pretenden repetir hasta la saciedad que Hitler era un “villano de película” cuya locura sumió al mundo en el caos, nada se habla del proyecto de la burguesía monopolista alemana que pretendía dominar su “Europa de los pueblos”, y de paso deshacerse de la incomoda burguesía financiera judía.Migoya pretende ahora reescribir esta historia especulando sobre la identidad del jóven Hitler, el ser humano que tenía exactamente las mismas debilidades que cualquier otra persona, proclive a enamorarse de una guapa muchachita rubia con la que escuchar a Wagner y a la que pintar bonitos retratos. “Siento un placer enorme en esto de desenterrar cadáveres y airear la casa. En el caso de Hitler, tenemos un fantasma por aquí pululando que nos tiene a todos asustados. Bueno, pues ya está bien, rompamos el tabú y presentemos a Hitler como a un tipo cualquiera, un tipejo cualquiera, probablemente, en vez de como un ser sobrenatural".Para ello lo coloca en el centro del “patetismo” que rodea a todas las historias de amor “convencional”, de “acaramelamiento” hasta la saciedad y sumisión a los sentimientos más irracionales. El anti-dogmatismo desde el que se realiza la obra nos trae también a un Hermann Goering gordito y encantador que se convierte en el brazo derecho del joven Adolf, y a un Heinrich Himmler adolescente atormentado con su ojo de cristal. Una obra que levantará ampollas entre las mentes “bienpensantes” de la caduca izquierda dogmática y contradictoria.Además, la alianza con Bouman le otorga la interdisciplinaridad que enriquece el valor artístico de la obra. Destacado autor autodidacta barcelonés, trabaja con la misma facilidad en medios como el cine digital, la animación, el cómic, la ilustración y el arte interactivo. Así el centro conceptual de la obra no se coloca sobre el trabajo finalizado, sino sobre el propio proceso de elaboración. Cada tarde, a partir de las 19 horas, podemos contemplar los ágiles lápices de Bouman trabajando en directo frente a su web cam. Desde los “story-boards” hasta la elaboración de los fotogramas que compondrán la animación. El público interacciona dejando mensajes al artista, mientras se siente partícipe de un proceso que nos parece mucho más fácil de lo que en realidad es, contemplando el frenético trabajo de Bouman.Cada tarde, a partir de las 19 horas, tenemos una cita en www.hitlerinlove.com , y el próximo mes, la serie completa podrá ser seguida gratuitamente en la red. Arte gratuito e innovador en tiempos de crisis, sobran galerías y productoras internacionales; faltan “Boumans” y “Migoyas”.

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