La oligarquí­a española y el saqueo al 90% de la población y a las riquezas nacionales

Entregar el paí­s para salvar sus beneficios

Mucho se ha escrito sobre los cambios en la gestión del Santander introducidos por Ana Patricia Botí­n. Pero todos silencian lo principal. La actual presidenta del mayor banco español está relegando a un segundo plano históricas alianzas con importantes sectores oligárquicos, mientras se acerca a los sectores y cuadros más directamente vinculados al gran capital norteamericano. Es la expresión de como los ví­nculos de alianza y sobre todo de dependencia de la cabeza de la oligarquí­a con EEUU se fortalecen. Una oligarquí­a que acepta lo sustancial del proyecto de saqueo económico e intervención y degradación polí­tica impulsado por Washington y Berlí­n, a cambio de proteger sus inversiones en el extranjero y participar en todo lo que pueda del atraco al 90% de la población.

Varios hechos, a los que no se les ha dado la debida importancia, definen el rumbo que está tomando el Santander bajo la presidencia de Ana Patricia Botín.

Su padre, Emilio Botín, protegió a Alfredo Sainz cuando fue condenado por estafa, utilizando todo su poder para que Zapatero lo indultara. Mientras Ana Patricia despidió a Rodrigo Rato del consejo asesor inmediatamente después de que fuera imputado por el caso de las “tarjetas black”.

«La oligarquía, sin proyecto político propio alguno, entrega España para salvar sus ganancias, aceptando la degradación política del país, el aumento de la intervención hegemonista y el saqueo económico»

Del consejo de administración del banco han salido también nombres de peso de la oligarquía y el Estado, como el ex-ministro Abel Matutes.

Y el Santander se negó a respaldar la ampliación de capital de OHL, agobiada por las deudas, a pesar de que su presidente, Villar Mir, es miembro de la alta dirección del banco.

Al mismo tiempo, Ana Patricia Botín ha fichado para el consejo a Sol Daurella, catalana incrustada en la oligarquía española y sobre todo presidenta de Coca Cola Iberian Partners, la principal distribuidora europea de la marca norteamericana.

Con Ana Patricia Botín están pasando a un segundo plano alianzas históricamente mantenidas contra viento y marea con importantes sectores oligárquicos o cuadros del Estado. Mientras se fortalece la vinculación con el hegemonismo y el gran capital norteamericano.

Los grandes fondos norteamericanos poseen un 35% de las acciones del Santander, frente a solo un 5% en manos españolas. El gran capital norteamericano delega sus poderes en la familia Botín, lo que le permite dirigir el banco con solo el 0,5% de los títulos.

Esta alianza viene de lejos, pero todo indica que va a fortalecerse con la nueva presidenta. Emilio Botín se formó en Deusto, fábrica de cuadros de la oligarquía española, mientras que Ana Patricia lo hizo en Harvard, en el corazón del imperio. Llegó a ser alta directiva de la JP Morgan, dentro de una histórica política que permite a la burguesía norteamericana formar a los futuros dirigentes de las oligarquías de los países dependientes. Y finalmente ejerció de consejera delegada en Reino Unido, cabeza de puente norteamericana en Europa.

Lo que se traduce en nuevas formas que apuntan a una vinculación todavía mayor de la cabeza de la oligarquía con el hegemonismo. ¿Qué gana a cambio la oligarquía española?

Sólo el 16% de los beneficios del Santander proceden de España, convertida en el tercer mercado tras Brasil y Reino Unido. A otro nivel, lo mismo ocurre con los principales núcleos oligárquicos: el 64% de la cifra de negocios del Ibex-35, donde se concentran los principales bancos y monopolios de la oligarquía, provienen de fuera de España.

La oligarquía, sin proyecto político propio alguno, entrega España para salvar sus ganancias, aceptando la degradación política del país, el aumento de la intervención hegemonista y el saqueo económico. Buscan con ello proteger el grueso de sus inversiones en el extranjero, y participar en España de una parte del saqueo sobre la población y las riquezas nacionales.

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