SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Entre Parí­s y Munich

En el siglo XIX, cuando las viejas calles de París se agitaban en sucesivas oleadas de fiebre revolucionaria, la onda expansiva sacudía tarde o temprano a toda Europa, desde Berlín hasta Madrid. ¿Volverá a suceder lo mismo en la eurozona en esta siempre prometedora primavera en la que François Hollande se apresta a asumir la riendas de la V República? ¿Podrá la tan revoltosa como débil Francia cambiar el rumbo de una eurozona que inocula a sus ciudadanos crecientes dosis de pesimismo apocalíptico? ¿Aceptará Angela Merkel, la líder de la primera potencia europea, modular su línea de exprimir a los socios del sur para calmar a sus ansiosos bancos y a su complejo industrial de la exportación; plantará cara a sus poderosos lobbies que presionan por la germanización de la eurozona y atenderá la reciente desafección sucesiva de sus socios de ayer, desde Francia hasta Holanda, al tecnócrata Mario Monti, que ella mismo impuso con discutibles formas democráticas en Italia? Habrá que escuchar con atención el redoble de tambores de cambio que envía París para saber hasta qué punto acuden, también, en socorro de la economía y de la clase política española, empujadas a un callejón sin salida de austeridad y recesión creciente y autoalimentada, aunque, eso sí, impuesta. Triste consuelo.

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