Entre líneas (rojas, por supuesto)

El nuevo Gobierno puede ser una “ráfaga de aire fresco para España”. Así recibía el británico Financial Times, uno de los diarios económicos de referencia a nivel mundial, la formación del Gobierno de Pedro Sánchez. Lejos de las advertencias catastrofistas con las que amenazaban los sectores más recalcitrantes de la derecha si llegaba a consumarse el relevo en la Moncloa.

La “buena acogida” exterior ha sido la tónica general. El norteamericano Wall Street Journal escribió que tras un “primer momento de incertidumbre de los mercados… el tono estable, moderado y proeuropeo del Gobierno de centro izquierda los ha tranquilizado”.

Desde la UE, tanto el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, como el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, han señalado que esperan que el Gobierno de Sánchez desempeñe un “papel constructivo”, en unos momentos de retos para Europa, como el Brexit, la crisis de los refugiados o el Gobierno “antieuropeo” de Italia.

Y en España la presidenta del Santander, Ana Botín, celebraba el nuevo Gobierno felicitando con un tuit a la ministra de Economía: “Tener a Nadia Calviño como ministra de Economía es una garantía”.

Sin embargo, son estos mismos medios y centros políticos y económicos quienes al mismo tiempo han fijado los límites de hasta dónde puede llegar el Gobierno y la líneas que no debería cruzar. En el mismo artículo en que ensalzaba el tono”moderado” del nuevo Gobierno, el Wall Street Journal lanzaba la primera advertencia: “El riesgo ahora es que Madrid deshaga las reformas que han ayudado al país”. También desde Bruselas y Berlín han querido advertir en la misma dirección; que no se deshagan “las cosas que se han hecho bien”, como la reforma laboral o de las pensiones, y cumplir los objetivos del déficit.

Incluso desde Bruselas ya llegan advertencias de lo que podría significar que no se respetaran los acuerdos impuestos por la Comisión Europea sobre el déficit. La Comisión ha aceptado los presupuestos de 2018 que aprobó Rajoy y que ha aceptado Sánchez pero advirtiendo que “algunos puntos del presupuesto, como la subida de las pensiones, pueden impedir el cumplimiento del déficit”, en cuyo caso podrían tener que hacerse ajustes -recortes- en 2019 por valor de 7.500 millones de euros.

También desde la banca llegan líneas rojas a las medidas anunciadas por el Gobierno. Así el subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, lanza duras advertencias al intento de financiar las pensiones con un impuesto a la banca: “Este tipo de gravamen no solo encarecería el crédito, sino que también rebajaría el interés de los depósitos y elevaría las comisiones que abonan los clientes”.

Desde fuera y desde el interior del país se intenta establecer los límites del terreno en el que pueden avanzar las demandas populares y las líneas que no debe traspasar el nuevo Gobierno para satisfacerlas. Pero no todo está escrito. Nosotros tenemos la mayor fuerza: los intereses de la inmensa mayoría de la población en que esos límites no nos impidan avanzar. Hay un camino para lograrlo; la unidad en un amplio frente de progreso.

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