«Yo creo en el mestizaje. Me gusta descubrirlo y compartirlo. En un mundo tan global como el que vivimos no nos podemos olvidar de lo que nosotros somos.»
El sincretismo es también una constantes en sus reportajes fotográficos.
Yo creo en el mestizaje. Me gusta descubrirlo y compartirlo. En un mundo tan global como el que vivimos no nos podemos olvidar de lo que nosotros somos. Y me he encontrado con un país que desde luego no lo ha olvidado. Somos diferentes pero nosotros somos lo que ellos han sido. Los eunucos de la India me recuerdan a la Gioconda.
En estas fotografías los cuerpos están muy tensos. ¿Sin tensión no hay belleza? ¿Es otra forma de jugar con el contraste como el uso del blanco y negro?
En el ser humano hay tensión sino no es real. Me gusta plasmar la fuerza en mis fotografías. La danza por ejemplo es tensión.«Nosotros somos lo que ellos han sido»
El baile en muchas de sus fotografias tiene un significado religioso. Usted ha fotografiado las distintas danzas del mundo. ¿Qué cuenta el baile de nosotros?
Yo bailaba y sueño que bailo. La danza habla de cómo amamos. Es inconsciente, no es algo posado. Las puntas de ballet es algo muy misterioso. La danza habla también de lo que hemos sido y de nuestras culturas. La danza es un pretexto para hablar de lo que para mí es la vida.
Sus fotografías sobre la lidia parecen también un baile.
Es que es danza también. Es un baile de seducción. Joselito seducía al toro en la plaza. No es un paso a dos, es un paso a tres, esta la plaza y está el espectador. Es magia, en la plaza hay una comunión. Me encantaba Joselito, ¡Como bailaba al toro! ¡Y como le bailaba el toro a Joselito también! Hay toreros que bailan más que otros, es un momento de entrega maravilloso.
¿Cómo consigue esa textura de las pieles?
Me ayudo de la técnica. La piel te dice muchas cosas y para mí la copia final es muy importante. Llevo muchos años haciendo platinos porque añades la sensualidad del papel de acuarela a la fotografía. Trabajo siempre en blanco y negro porque es más atemporal, más onírico y misterioso. Prefiero perder matices de grises a blancos y negro. Me gusta el contraste en la fotografía.
¿Es usted radical?
Sí, soy radical.
¿Qué significados tiene la máscara?
La máscara representa un rol social. Jugamos a ponernos diferentes máscaras pero sobre todo para mí significa la ambigüedad. La ambigüedad entre lo masculino y lo femenino.
El retrato es uno de los géneros más difíciles. ¿Qué tiene que enfocar para retratar la esencia?
El corazón. Eso te lo da a veces una mirada, u observar como acaricia esa persona. A veces no nos atrevemos a mostrarlo. «Necesitamos la sensualidad para vivir»
Encuadra sus desnudos de tal forma que me recuerdan paisajes ¿Le gusta descontextualizarlos?
Procuro descontextualizar, juego mucho con la geometría pero también busco la ambigüedad. Cuanto menos se muestra más se cuenta. En un retrato los ojos no mienten nunca. Pero cuando fotografió un cuerpo o cuando fotografío arquitectura me gusta la ambigüedad para que cada uno imagine, a mí me gusta adivinar. Las imágenes tienen esa magia, cada persona distinta crea otra imagen. Dentro de todos mis trabajos hay una parte más abstracta y otra más testimonial.
Sus fotografías están llenas de sensualidad…
Es la vida. Tenemos que sentir. Aunque haya gente que lo niega es mentira. Necesitamos la sensualidad para vivir. Vivimos como el conejo de Alicia en el País de las Maravillas y muchas veces te olvidas hasta de oler.
¿Le gusta que le fotografíen?
No. Es muy difícil. La gente que se deja fotografía es muy generosa porque se muestra ante ti. Comprendo y valoro muchísimo más las personas que posan para mí.