Obama prepara un plan de paz integral para Oriente Próximo

El tiempo apremia en Oriente Medio

Son por todos conocidas las buenas relaciones de la monarquí­a jordana con Washington. Pero en esta ocasión la Casa Blanca parece haber escogido al rey Abdalá como heraldo privilegiado del que podrí­a ser uno de los grandes proyectos internacionales de la administración Obama: un plan de paz para Oriente Medio que implicara no ya sólo a israelí­es y palestinos, sino a Siria, Lí­bano y por extensión a todo el mundo islámico.

El rey Abdalá de Jordania ha revelado en una entrevista en ‘The Times’ el contenido rincipal de la encuentro que mantuvo en Washington hace una semana con el presidente norteamericano, Barack Obama: la Casa Blanca busca sentar en una misma mesa a todos los implicados en el conflicto de Oriente Medio para buscar una paz duradera que de estabilidad a la región. El rey jordano desveló que Obama tiene previsto dirigirse al mundo islámico el 4 de junio en El Cairo, tras lo cual, en julio o agosto, se celebraría una conferencia de paz multilateral, que implicara a las distintas partes del conflicto. "No estamos hablando de una reunión solo entre israelíes y palestinos, sino que estos se sentarían a negociar con los israelíes, los israelíes con los sirios y también con los libaneses", insiste el monarca.El esfuerzo diplomático que requerirá una cumbre a varias bandas entre países tena enfrentados será enorme, reconoce el jordano, y la Casa Blanca deberá poner en este plan un enorme dosis de capital político. "Todos los ojos estarán mirando a Washington, y si no hay señales claras, si no hay directivas claras que podamos captar todos, se extenderá la sensación de que otro gobierno estadounidense vuelve a dejarnos en la estacada", advierte Abdalá. La posición del incendiario gobierno de Tel Aviv que se niega a hablar de la solución de los dos Estados y de acatar los acuerdos de Annápolis será sin duda uno de los principales problemas a resolver. Dentro de una semana Obama y Netanyahu habrán de verse las caras, en la primera visita del líder israelí a Washington. La posición del rey Abdalá es, presuntamente, la visión oficiosa de la Casa Blanca. Por eso el pronóstico del monarca cobra especial gravedad para Oriente Medio. “Si se siguen dando largas a las conversaciones de paz para Oriente Próximo, estallará un nuevo conflicto entre árabes o musulmanes e Israel en los próximos 12 o 18 meses", advierte el jordano.Washington se enfrenta a la posibilidad de un nuevo y explosivo incendio de Oriente Medio, cuyas consecuencias podrían ser imprevisibles pero nefastas para encrucijadas como la cuestión nuclear iraní, la retirada de Irak, la reconquista de Afganistán o el rescate de Pakistán del caos. Ante una situación global de declive de su hegemonía, la superpotencia necesita perentoriamente no sólo pacificar el conflicto palestino israelí, sino dotar a la zona de unas bases de estabilidad relativamente duraderas. Por eso EE UU “propondría a Israel y a los países árabes una solución de "cincuenta y siete Estados", explica Abdalá.“En todo el mundo hay más países que reconocen la soberanía de Corea del Norte que los que reconocen la de Israel", dice el monarca en la entrevista. No se trata sólo de conseguir dos Estados –uno palestino y otro israelí- que puedan convivir en paz. "Les estamos ofreciendo la posibilidad de ser acogidos con los brazos abiertos por una tercera parte del mundo (…) El futuro no son los Altos del Golán o el Sinaí, sino que abarca desde Marruecos en el Atlántico hasta Indonesia en el Pacífico. Ese es el precio".Según el mandatario jordano, Washington ha empezado ya a intensificar sus contactos, con vistas a prepara el terreno para una cumbre en julio o agosto, y si fuera necesaria, otra después del verano. He aquí, junto al desafío de Afpak, el encaje de Teherán o los órdagos norcoreanos, otro de los grandes retos a los que se tendrá que enfrentar la revigorizada diplomacia norteamericana en el futuro inmediato.

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