El Tí­o Sam ya está muy viejo para liderar Asia

«EEUU está intentando reajustar su relación con la ANSEA, especialmente tras las varias reuniones diplomáticas que se sostuvieron en su foro de Hanoi. EEUU ha procurado atraerse a los paí­ses de la ANSEA, a la vez que aleja a China del proceso de toma de decisiones. El hecho de que la reunión se efectuara en septiembre en EEUU hizo patente en más de un modo la verdadera intención estadounidense de «regresar» a Asia, como parte de la estrategia que ese paí­s ha cultivado por largo tiempo para institucionalizar y renovar su presencia en la mencionada organización regional, por medio de una «nueva arquitectura regional de seguridad y comercio en Asia.»

Visto desde un risma práctico, la supuesta realineación entre EEUU y la ANSEA, tan procurada por el primero, dista con mucho de ser una realidad palpable, mostrándose como obra a medio hacer. El pacto de libre comercio que tanto anhelan los países de la ANSEA no se lo puede propiciar EEUU, debido a la creciente presión doméstica y problemas de su economía. Asimismo, la intención estadounidense de alinear a los países del Sudeste Asiático contra China y usurpar la superioridad regional de ésta, no ha pasado de ser charla vacía, pues la ANSEA no podría ni desea iniciar un conflicto con China, un gigante con el cual ha concertado un sólido mecanismo de cooperación para beneficio mutuo. En el tablero de ajedrez del Tío Sam, todos los países de la ANSEA y China son piezas que se pueden mover a voluntad del jugador en Washington, aunque es preciso reconocer que el senil tío está sobreestimando su inteligencia, en la obstinada creencia de que no tiene oponente a su altura. (DIARIO DEL PUEBLO) THE NEW YORK TIMES.- La administración Obama ha ampliado considerablemente la guerra en las sombras contra los terroristas, utilizando tanto a militares como a la CIA para perseguir y matar a cientos de ellos en una docena de países, dentro y fuera del campo de batalla. El programa de aviones no tripulados ha sido eficaz, matando a más de 400 militantes de Al Qaeda este año, según funcionarios estadounidenses. Pero los asesinatos son un acto grave y objeto de abusos – y son imitados por otros países. Bajo la ley internacional, Estados Unidos tiene el derecho para tratar de prevenir los ataques que los terroristas vinculados a Al Qaeda están planeando, incluyendo el asesinato de los conspiradores. Pero no está dentro del poder de un comandante en jefe declarar simplemente a cualquiera en cualquier parte como combatiente y matarlo, sin el más mínimo respaldo de supervisión independiente. China. Diario del Pueblo El Tío Sam ya está muy viejo para ser líder en Asia Li Hongmei China enviará próximanente a su ministro de Defensa a Hanoi, para una reunión de jefes de esa cartera de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSEA) y otros ocho países invitados. Dicha ocasión podría atestiguar el primer apretón de manos entre los máximos responsables militares de China y EEUU, luego de que los lazos castrenses bilaterales se vieran alterados en enero, cuando Washington decidió vender un paquete de casi 6.400 millones de dólares en armas a Taiwán. Pero el tema del mar de la China Meridional, si bien encabeza la lista de intereses estadounidenses, ha quedado fuera de la agenda china para el foro. China insiste en que el diferendo por dicha zona geográfica no es de la competencia de la reunión de la ANSEA y sus ocho invitados. Se espera que el Tío Sam, una vez más, insista en acercar la sardina a su brasa, procurando ubicar este conflicto limítrofe en el fuero de la Corte Internacional de Justicia, a la vez que pugna por congraciarse con las naciones de la ANSEA y trata de distanciarlas de China. El mes pasado, el presidente de EEUU, Barack Obama, dijo a los líderes de las naciones del Sudeste Asiático que su país tiene“enormes intereses” en la región, donde se prpone desempeñar un papel de líder, con lo cual les expresó de modo explícito que Washington procurará el “realineamiento” con la ANSEA en Asia. En noviembre de 2009, Obama se comprometió a convertirse en el “presidente estadounidense procedente del Pacífico.” Si bien buena parte del público se pudo preguntar por el significado real de dicha afirmación, pocos deben haber dudado de la sinceridad o convicción del presidente al expresarla. De hecho, EEUU está intentando reajustar su relación con la ANSEA, especialmente tras las varias reuniones diplomáticas que se sostuvieron en su foro de Hanoi. Cuando la secretaria de Estado, Hillary Clinton, pugnaba desesperadamente por implicar a su país en los asuntos regionales e internacionalizar el diferendo del mar de la China Meridional, el significado de contar con un presidente “del Pacífico” pudo hacerse más comprensible. Mención especial merecen en este sentido tres casos: la cumbre de Asia Oriental, el mar de la China Meridional y la península coreana. En los tres casos, EEUU ha procurado atraerse a los países de la ANSEA, a la vez que aleja a China del proceso de toma de decisiones. El hecho de que la reunión se efectuara en septiembre en EEUU hizo patente en más de un modo la verdadera intención estadounidense de “regresar” a Asia, como parte de la estrategia que ese país ha cultivado por largo tiempo para institucionalizar y renovar su presencia en la mencionada organización regional, por medio de una “nueva arquitectura regional de seguridad y comercio en Asia.” Por otra parte, el hecho de que la cumbre se celebrara en Nueva York, y no en Washington, y en ausencia del líder del mayor país y economía de la ANSEA, Indonesia, subrayó el hecho de que mientras EEUU apunta sin ambages hacia un involucramiento sustancial en dicho conglomerado, aún deberá andar largo trecho antes de que sus miembros se decidan a darle respaldo total. Las dificultades en este sentido, además, pueden verse multiplicadas por la tambaleante economía de EEUU y el declive de su influencia global. En tiempos recientes, EEUU incluso ha llegado al punto de ofrecer ayuda en la elaboración de un “código de conducta vinculante” que regiría el accionar en el mar de la China Meridional, con el fin de dar por concluido un contencioso territorial entre los miembros de la ANSEA y China que amenaza la estabilidad regional. Más allá de toda duda, el Tío Sam estará no sólo interesado en usar su capacidad de intromisión para ayudar a conformar el documento regional, sino que además intentará que China lo acate sin chistar. Visto desde un prisma práctico, la supuesta realineación entre EEUU y la ANSEA, tan procurada por el primero, dista con mucho de ser una realidad palpable, mostrándose como obra a medio hacer. El pacto de libre comercio que tanto anhelan los países de la ANSEA no se lo puede propiciar EEUU, debido a la creciente presión doméstica y problemas de su economía. Asimismo, la intención estadounidense de alinear a los países del Sudeste Asiático contra China y usurpar la superioridad regional de ésta, no ha pasado de ser charla vacía, pues la ANSEA no podría ni desea iniciar un conflicto con China, un gigante con el cual ha concertado un sólido mecanismo de cooperación para beneficio mutuo. En el tablero de ajedrez del Tío Sam, todos los países de la ANSEA y China son piezas que se pueden mover a voluntad del jugador en Washington, aunque es preciso reconocer que el senil tío está sobreestimando su inteligencia, en la obstinada creencia de que no tiene oponente a su altura. Lo triste de la situación es que, a pesar de sus glorias de antaño, el Tío Sam no tiene hoy la capacidad de repetir hazañas de juventud. Una constelación de economías muestran su empuje en el horizonte de una nueva Asia, con un diseño propio. El Tío Sam es ahora mismo un huésped que no ha sido invitado a la cena de la región, donde tiene nulas posibilidades de llevar la voz cantante y mucho menos de liderar a los que son comensales por derecho propio. DIARIO DEL PUEBLO. 11-10-2010 EEUU. The New York Times Fuerza letal bajo la ley La administración Obama ha ampliado considerablemente la guerra en las sombras contra los terroristas, utilizando tanto a militares como a la CIA para perseguir y matar a cientos de ellos en una docena de países, dentro y fuera del campo de batalla. El programa de aviones no tripulados ha sido eficaz, matando a más de 400 militantes de Al Qaeda este año, según funcionarios estadounidenses, pero menos de 10 no combatientes. Pero los asesinatos son un acto grave y objeto de abusos – y son imitados por otros países. El gobierno tiene que hacer un mejor trabajo de mostrar al mundo que está actuando en estricta conformidad con el derecho internacional. Bajo la ley internacional, Estados Unidos tiene el derecho para tratar de prevenir los ataques que los terroristas vinculados a Al Qaeda están planeando, incluyendo el asesinato de los conspiradores. Pero no está dentro del poder de un comandante en jefe declarar simplemente a cualquiera en cualquier parte como combatiente y matarlo, sin el más mínimo respaldo de supervisión independiente. La autorización de la fuerza militar aprobada por el Congreso una semana después del 11-S faculta al presidente a ir sólo contra los grupos o países que se comprometieron o ayudaron en los ataques. La distorsión del mandato por la administración Bush dio lugar a abusos que perjudicaron a los Estados Unidos en todo el mundo. La cuestión de quién puede ser objetivo se aplica directamente al caso de Anwar al-Awlaki, un ciudadano estadounidense escondido en Yemen, que los funcionarios han admitido está en una lista de asesinato. ¿Inspiró con sus discursos al psiquiatra del ejército que disparó en Fort Hood, Texas, en noviembre pasado, y al hombre nigeriano que intentó hacer estallar un avión de pasajeros en Navidad? ¿O estuvo él implicado activamente en estos ataques, y otros? La diferencia es crucial. Si Estados Unidos comienza a matar a todos los islámicos radicales que han llamado a la yihad, no habrá fin a la violencia. Funcionarios estadounidenses insisten en que el Sr. Awlaki tiene que ver con complots terroristas reales. Pero los abogados de derechos humanos que trabajan en su nombre dicen que no es el caso, y presentaron una demanda para sacarlo de la lista de objetivos. La administración quiere que sean expulsados del caso por motivo de secreto de Estado. El gobierno Obama necesita salir de este camino para demostrar que está cumpliendo con su promesa de hacer las cosas de manera diferente a la administración Bush. Debe explicar cómo se eligen los objetivos, demostrar que los ataques son limitados y son el último recurso, y permitir a autoridades independientes que supervisen el proceso. Directrices publicas La administración mantiene en secreto sus normas para poner a la gente en las listas de terroristas o de asesinatos. En marzo, Harold Koh, asesor jurídico del Departamento de Estado, dijo que el gobierno se adhiere a la ley internacional, atacando sólo objetivos militares y manteniendo las bajas civiles en un mínimo absoluto. "Nuestros procedimientos y prácticas para la identificación de objetivos legítimos son muy robustas", dijo en un discurso, sin describirlos. En privado, funcionarios del gobierno dicen que los golpes de los aviones no tripulados de la CIA se llevan a cabo sin la aprobación del embajador de Estados Unidos en el país de destino, el jefe de la estación CIA, un diputado de la agencia, y el director de la agencia. Hasta ahora, el sistema de mando del presidente Obama parece haber evitado los abusos graves, pero el proceso de aprobación está enteramente dentro de la administración. Después de los abusos durante la presidencia de Bush, el mundo no va a aceptar un simple "confíen en nosotros" de la Casa Blanca. Ha habido demasiadas personas inocentes detenidas y sometidas a torturas, demasiados casos de identidad equivocada o conexiones falsas con el terrorismo. Los aviones no tripulados eliminan el elemento de riesgo para las tropas estadounidenses y hacen que sea seductoramente fácil atacar. El gobierno debe hacer públicas sus directrices para determinar quién es un terrorista y quién puede ser blanco de sus ataques mortíferos. Se debe describir claramente cómo se sigue el derecho internacional en estos casos y la lista de los procedimientos y controles internos que se utilizan antes de que una matanza sea aprobada. Eso puede hacerse sin reconocer formalmente los ataques que se llevan a cabo en países específicos. Objetivos limitados La administración debe demostrar que está siguiendo el derecho internacional al actuar estrictamente en defensa propia, y que se dirige sólo contra quienes planifican o participan activamente en el terror, o que son líderes de Al Qaeda o los talibanes – no los que recaudan fondos para los grupos terroristas, o los que exhortan a otros a actos de terrorismo. Se toman medidas especiales antes de que un ciudadano estadounidense se agregue a la lista de terroristas, según las autoridades, lo que requiere la aprobación de los abogados del Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Justicia. Pero, de nuevo, estas medidas no se han hecho públicas. Si se hiciera, podría ayudar a asegurar que personas como el Sr. Awlaki son objetivos por sus acciones terroristas, no por sus creencias o asociaciones. Un último recurso El asesinato debe en todos los casos ser un último recurso. Antes de tomar la decisión de matar, sobre todo en zonas alejadas de los campos de batalla reconocidos, el gobierno debe considerar cualquier otra posibilidad para capturar el objetivo al margen de la utilización de la fuerza letal. Terroristas que operan en suelo estadounidense deberían ser capturados utilizando métodos policiales, y no estar sujetos al asesinato. Si es posible, Estados Unidos debe obtener el permiso de los gobiernos extranjeros antes de llevar a cabo un ataque en su territorio. El gobierno se niega a discutir cualquiera de estos temas en público, en parte para preservar la ficción oficial de que los Estados Unidos no está librando una guerra formal en Pakistán y en otros lugares, pero no debería escatimar esfuerzos para mostrar al mundo la seriedad con que toma las leyes internacionales, dejando en claro sus límites. Supervisión Independiente Decretar la muerte requiere de una supervisión adicional fuera de la administración. Particularmente en el caso de los ciudadanos estadounidenses, como el Sr. Awlaki, el gobierno tiene que emplear algún tipo de proceso debido antes de privar a alguien de la vida. Sería logísticamente imposible llevar a cabo un juicio en toda regla en ausencia de la persona objetivo de asesinato, como los abogados del Sr. Awlaki prefieren. Sin embargo, la revisión judicial podría ser empleada. El gobierno podría establecer un tribunal como el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, que autoriza las escuchas telefónicas a los agentes extranjeros dentro de Estados Unidos. Antes de añadir gente a su lista de objetivos y comenzar su seguimiento, el gobierno podría presentar las pruebas a este tribunal a puerta cerrada –junto con la prueba de su conformidad con el derecho internacional– y recibir el equivalente a una orden judicial de una manera oportuna y eficiente . Los líderes del Congreso son informados en secreto de cada ataque de la CIA, y dicen que están satisfechos con la información que reciben y con el proceso. No obstante, ese proceso es informal y se puede cambiar en cualquier momento por este presidente o cualquiera de sus sucesores. Una supervisión formal es la mejor manera de demostrar confianza en los métodos de Estados Unidos. La legítima defensa en virtud del derecho internacional no sólo muestra la determinación y el poder de la nación, sino que envía un poderoso mensaje a otros países de que Estados Unidos asocia las medidas drásticas con una gran cautela. THE NEW YORK TIMES. 10-10-2010

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