El Tesoro USA impone un directorio a Italia

«En la tarde noche del viernes, Barack Obama llama por teléfono a Angela Merkel y Nicolás Sarkozy. A la medianoche hora italiana no habí­a confirmación de conversación telefónica alguna con Berlusconi. El Secretario del Tesoro de los USA Tim Geithner lleva trabajando discretamente en este asunto desde el jueves por la noche. Sus interlocutores privilegiados son el lí­der francés, quien es también el presidente de turno del G7 y del G20, la mandataria alemana y el presidente del BCE. Geithner está familiarizado en este tipo de tesituras, ya que se formó en el FMI y en la diplomacia USA»

Sarkozy y Geithner obligaron al rimer ministro italiano a convocar la rueda de prensa. Mucho más difícil fue convencer a Merkel. Si Italia quedaba bajo la tutela de un gabinete de crisis, también sería necesaria la intervención del BCE para comprar bonos italianos, algo que va en contra del rigor monetario del banco central y contra las tesis del equipo alemán en el BCE, esto es, el jefe del Bundesbank, Jens Weidmann, el economista jefe Juergen Stark, más los aliados holandeses y luxemburgueses. Alemania se oponía a la compra de bonos, pero Sarkozy presionó de forma contundente a Berlín para que accediera a la petición de los EEUU una vez que, ese mismo viernes por la mañana, la prima de riesgo de la deuda francesa se disparó. (LA REPUBBLICA) THE WALL STREET JOURNAL.- Para detener de manera significativa el contagio de la crisis a España e Italia, los analistas creen que el BCE tendría que incrementar sus compras de bonos, un paso que la entidad había resistido. Desde que comenzó el programa, en mayo de 2010, ha comprado menos de 80.000 millones de euros en bonos griegos, irlandeses y portugueses. Italia y España emiten entre ambas alrededor 600.000 millones de euros al año en deuda soberana. De acuerdo con Paul Mortimer-Lee, economista de BNP Paribas, "puede haber buenas razones para compras de entre 230.000 millones y 400.000 millones de euros". Los opositores también tienen municiones. Comprar bonos del gobierno pone al BCE peligrosamente cerca de la esfera de la política fiscal, una preocupación particularmente aguda en Alemania. Italia. La Repubblica El Tesoro USA entra en juego y pone al BCE de comisario de Berlusconi Federico Rampini "El BCE ha puesto Italia bajo su tutela. Trichet ya gobierna en Roma por mandato de Alemania y Francia". Son las 13.00 horas en Wall Street y falta hora y media para la rueda de prensa de Silvio Berlusconi en Italia. Un "gabinete de crisis" supranacional ha dado mandato al BCE para que sea este organismo quien fije la agenda del gobierno italiano. A saber: "Adelanto de los ajustes del déficit; respeto a los presupuestos constitucionales; liberalización de los mercados". La bolsa de Nueva York sabe de estas nuevas órdenes. Los ciudadanos italianos las ignoran. Así lo asegura la agencia Dow Jones, tras consultar fuentes del Tesoro norteamericano y de la Reserva Federal. Los índices de la bolsa comienzan a recuperarse. En la tarde noche del viernes, Barack Obama llama por teléfono a Angela Merkel y Nicolás Sarkozy, a los que "agradece su liderazgo". A la medianoche hora italiana no había confirmación de conversación telefónica alguna con Berlusconi. El Secretario del Tesoro de los USA Tim Geithner lleva trabajando discretamente en este asunto desde el jueves por la noche. No tiene más opción. El derrumbe de 513 puntos del NYSE le ha obligado a intervenir de forma excepcional en la política económica europea. Sus interlocutores privilegiados son el líder francés, quien es también el presidente de turno del G7 y del G20, la mandataria alemana y el presidente del BCE. Geithner está familiarizado en este tipo de tesituras, ya que se formó en el FMI y en la diplomacia USA cuando los focos de crisis eran Tailandia, Argentina y Brasil. Para apagarlos, llegaban los expertos del FMI con los dictados del "Washington consensus" en sus maletines. Ponían bajo su tutela a gobiernos pocos fiables a cambio de ayudas. Esa es la misma receta que Geithner presentó a Berlín, París y Frankfurt para que fuera seguida en el caso de Italia. El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, y el comisario de Economía, Olli Rehn, fueron los encargados de adelantar a Berlusconi la decisión final: "Italia debe acelerar su plan de ajuste", sin otra posibilidad. Sarkozy y Geithner obligaron al primer ministro italiano a convocar la rueda de prensa. Mucho más difícil fue convencer a Merkel. Si Italia quedaba bajo la tutela de un gabinete de crisis, también sería necesaria la intervención del BCE para comprar bonos italianos, algo que va en contra del rigor monetario del banco central y contra las tesis del equipo alemán en el BCE, esto es, el jefe del Bundesbank, Jens Weidmann, el economista jefe Juergen Stark, más los aliados holandeses y luxemburgueses. Alemania se oponía a la compra de bonos, pero Sarkozy presionó de forma contundente a Berlín para que accediera a la petición de los EEUU una vez que, ese mismo viernes por la mañana, la prima de riesgo de la deuda francesa se disparó. "Tened cuidado para que no se repita el efecto Lehman -dijeron los hombres de Geithner a los europeos-. Cuando dejamos quebrar ese banco en 2008, nadie entendió que habría arrastrado a muchas otras entidades, algunas incluso más grandes que ella". El mensaje es claro: "Italia tiene la tercera deuda mundial en valor absoluto. Si quiebra, no os alcanzará con triplicar el fondo de rescate europeo". Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, también contribuyó con datos inquietantes sobre la exposición de la banca estadounidense a la deuda pública italiana: si esto es así, imagínense la exposición de la banca francesa y alemana. China y Japón, dos mercados estratégicos para Alemania, insistieron en las presiones sobre Merkel. Los gobiernos de Pekín y Tokio pedían una “acción coordinada” para frenar el pánico de los mercados ante un posible default italiano. El ‘jueves negro’, una estrategia muy medida del BCE Trichet, en una estrategia muy medida, puso la guinda para que Merkel accediera a la compra de bonos. Las declaraciones de Trichet del jueves no fueron bien interpretadas por los mercados y desataron el pánico. En esas horas terribles Milán se dejaba el 5% y luego interrumpía las transacciones (por un problema técnico). Para intentar limitar las pérdidas de las otras Bolsas se había difundido el rumor de que el BCE habría comprado bonos italianos y españoles. Pero no lo hizo. Para sorpresa de los mercados, las compras se habían limitado a bonos portugueses e irlandeses. La decepción por la falta de apoyo a Italia contribuyó al derrumbe del Dow Jones, la madre de todas las caídas. Geithner y Bernanke fueron los primeros en pedir explicaciones. El jueves negro "sirvió". El BCE había enseñado sus músculos a Merkel y a Roma. Un pulso jugado en el filo de la navaja para obligar a Berlusconi a tragar cualquier imposición externa; para enseñar a Merkel hasta dónde podía llevar el pánico en los mercados. "No podemos correr el riesgo de que otro foco de crisis en la eurozona mate la esperanza de una recuperación", subrayó Obama a los suyos el viernes por la tarde antes de llamar a los líderes europeos. El presidente, que se apuntó un dato de paro menos negativo de lo que se temía, anunció nuevas medidas para el empleo, pero recordó que hace un año el derrumbe griego generó desconfianza en los mercados y ahogó los brotes que aparecieron en la economía estadounidense. Hoy es todavía peor: EEUU está al borde de otra recesión, así que resulta imperioso evitar el default de Roma. Las instrucciones confeccionadas entre París, Frankfurt, Berlín y Washington fueron entregadas a Berlusconi en sobre cerrado. El gabinete supranacional de crisis tuvo su bautismo de fuego. LA REPUBBLICA. 6-8-2011 EEUU. The Wall Street Journal El BCE lidera una operación para blindar a Italia y España Brian Blackstone y Marcus Walker El Banco Central Europeo (BCE) indicó que comprará bonos soberanos de Italia y España a gran escala en lo que constituye un salto cualitativo en la batalla de dos años de Europa para contener la crisis de la deuda. La intervención del BCE para apuntalar a Italia y España representa un hito en el esfuerzo por combatir la crisis financiera. Hasta ahora, el banco central había insistido en que la principal responsabilidad recaía sobre los gobiernos nacionales y la decisión de comprar bonos italianos equivale a aceptar que los miembros de la zona euro no pueden o no quieren responder efectivamente. Ello transforma al BCE en el prestamista de última instancia de la región. El cambio podría cambiar la naturaleza de la unión monetaria europea. La entidad manifestó que "implementará activamente" su programa de compra de bonos, que había pasado a un segundo plano durante más de cuatro meses antes de reanudar las adquisiciones de bonos irlandeses y portugueses la semana pasada. El comunicado, divulgado el domingo en la tarde, no mencionó específicamente a España ni Italia, aunque el mensaje quedó claro: luego de más de un año de actividad intermitente en el mercado de bonos de sus integrantes más débiles, el BCE está interviniendo para impedir que la crisis de la deuda griega termine contagiando a las economías más grandes. El comunicado felicitó a Italia y España, la tercera y cuarta economía de la zona euro, respectivamente, por emprender "nuevas medidas y reformas en las áreas de políticas fiscales y estructurales". La decisión le concede a España e Italia "una cantidad importante de tiempo" y la declaración del banco central "apunta claramente en la dirección de una respuesta inminente y enérgica", señaló un informe de Royal Bank of Scotland. La decisión, no obstante, generará un acalorado debate dentro y fuera del BCE. Los 23 integrantes de la junta directiva del organismo ya estaban divididos entre los de países del norte y del sur respecto a las compras limitadas de bonos irlandeses y portugueses. Al menos tres presidentes de bancos centrales del norte de Europa, incluyendo el de Alemania, resistieron la medida, dijeron fuentes cercanas. La decisión de comprar bonos de España e Italia produjo divisiones similares. El anuncio del viernes de la agencia crediticia Standard & Poor’s de rebajar la calificación de AAA de la deuda de EE.UU. fortalece a los partidarios de la compra de bonos en medio de las preocupaciones sobre un nuevo brote de contagio en los mercados globales. El BCE intentó la semana pasada reforzar la confianza de los inversionistas mediante la compra de bonos de Irlanda y Portugal, pero la medida no surtió el efecto deseado. Estos dos países, junto con Grecia, ya recibieron paquetes de rescate europeos, quedando efectivamente al margen de los mercados de capitales. Para detener de manera significativa el contagio de la crisis a España e Italia, los analistas creen que el BCE tendría que incrementar sus compras de bonos, un paso que la entidad había resistido. Desde que comenzó el programa, en mayo de 2010, ha comprado menos de 80.000 millones de euros (unos US$114.000 millones) en bonos griegos, irlandeses y portugueses. Italia y España emiten entre ambas alrededor 600.000 millones de euros (unos US$856.800 millones) al año en deuda soberana. De acuerdo con Paul Mortimer-Lee, economista de BNP Paribas, "puede haber buenas razones para compras de entre 230.000 millones y 400.000 millones de euros". Los opositores también tienen municiones. Comprar bonos del gobierno pone al BCE peligrosamente cerca de la esfera de la política fiscal, una preocupación particularmente aguda en Alemania. THE WALL STREET JOURNAL. 7-8-2011

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