El domingo 21 de enero, una multitudinaria manifestación en Santiago de Compostela protestó contra la gestión de la crisis de los ‘pellets’ de plástico por parte de la Xunta de Galicia y el Gobierno Central.
El 8 de diciembre de 2023, el buque de carga Toconao, de bandera liberiana, sufrió un incidente en aguas portuguesas, a 80 kilómetros de la costa de Viana do Castelo, en el que perdió seis contenedores en el mar. Entre la carga perdida se encontraban 26 toneladas de pellets de plástico, que poco después comenzaron a aparecer en las costas de Galicia (Ferrolterra, Oleiros, Outes, y la Mariña lucense), extendiéndose posteriormente a Asturias y Cantabria. Una amenaza para el medio ambiente que pone en peligro no sólo a los seres vivos y a la salud humana, sino a unos trabajadores del mar que ven aún más amenazados sus ya precarias condiciones de vida.
Hablamos con el pescador Rogelio Santos, con miles de seguidores en las redes sociales y de la asociación Plademar, una de las primeras voces en denunciar la inacción de las autoridades y llamar a la movilización ciudadana
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¿Cómo descubriste la llegada de los pellets a la playa?
Primero quiero decir que estos días han intentado desacreditarme poniendo en duda que soy pescador. ¡Es que llevo 30 años de pescador y mariscador a jornada completa!, soy hijo de pescador y mariscadora, nieto de pescadores y bisnieto de pescadores.
Dicho esto, los pescadores siempre estamos mirando al mar, y por eso es lo primero que hago al levantarme, mirar por la ventana. Mi padre construyó la casa, entre las fincas que les habían tocado como herencia, en la que estaba más cerca del mar, aunque no era la mejor, para poder mirar al mar cuando no existían partes meteorológicos.
Hace 20 días vi una noticia de Noia Limpa, una asociación de mariscadoras y gente de Noia que conciencia sobre el cuidado del mar y que no reciben fondos públicos, advirtiendo de la llegada masiva de pellets. Lo compartí y recordé una noticia de Ribeira, de La Voz de Galicia, sobre los primeros sacos que llegaron a Espiñeirido y que alguien los sacó del mar. Hablaban hasta del barco. La noticia era del 13 de diciembre. Y eso no me lo cuenta nadie.
Pronto se empezaron a organizar partidas de limpieza, a difundir consejos para cómo hacerlo y a aparecer gente en las playas.
¿Qué piensas de la comparación con el Prestige?
Que aunque no es, ni mucho menos, el Prestige, esto nos lo recuerda por las reacciones, no por el vertido. Un día me levanté y vi mi playa lleva de galletas de fuel, y al poco la gente limpiando. Hace 20 días, en la playa de Queiruga, aparecieron muchos pellets, y al poco ya había 100 voluntarios limpiando.
Hay gente que en las redes me ha dicho que les he decepcionado por no haber denunciado la inacción de las autoridades antes, pero yo no iba a decir nada sin estar seguro. Recorrí gran parte de la costa de Porto do Son, donde el mar tira la basura, porque la gente de aquí somos los que mejor lo conocemos, encontré los pellets, hice un video explicándolo y denuncié que no era verdad que la Xunta estuviera limpiando. Dije que igual de importante era no ocultar la información ni minimizarla, como ser realistas, porque hay más plásticos de otro tipo que de pellets. Y que eso debe servir para saber que las playas no son vertederos.
El 21 enero, 85 colectivos hemos organizado una manifestación en Santiago en defensa del sector del mar.
‘Me limité a denunciar que la Xunta no estaba limpiando’
¿Qué es lo más grave de la situación?
Que es un vertido de 26 toneladas de pellets y que acaban dispersos por toda la costa. No es que a alguien se le cae algo o un pescador con malas prácticas que tira un trozo de red. Se entiende que ha sido un accidente y que es responsabilidad del barco, pero si un tractor tiene una fuga de aceite, la ley dice que tiene que cavar alrededor, recoger la tierra y llevarla a un punto limpio y tratarlo. Si no lo hace es por ocultarlo, y si te pillan te multan.
¿La contaminación de plásticos en las playas de Galicia es mayor?
No. En los últimos años hay un cambio de conciencia. Por una parte los pescadores tienen más conciencia para no dañar de lo que vivimos, que es un patrimonio espectacular. El 90% de la basura que se genera o que llega a las redes en un barco, se recoge y se lleva a tierra. Y por otra hay muchas campañas organizadas por colectivos ecologistas y de todo tipo que organizan limpiezas de playas, que han sido colaborativas con el sector marisquero, incluso pagando jornadas a mariscadores para limpiar zonas, que ha permitido retirar toneladas de plásticos. Esto eleva la capacidad productiva de la Rías, la calidad de nuestros productos. No tiene nada que ver pasear por la Ría ahora que hace 15 años. Da gusto pasear por Noia. Hay mas depuradoras y se han eliminado malos olores.
¿Cuál es el problema entonces que tiene el mar?
El sector del mar se muere y lo percibe todo el mundo. Es el peor año, con hasta un 90% de reducción de algunas especies porque las Rías no aguantan más polución. Hay daños de 30 años que pese a las mejoras no se resuelven en un año. Se sigue haciendo poco.
Este año, una campaña que dura cinco meses, como la del berberecho, ha durado dos semanas. Las Rías llevan años de declive y no es por una sola causa. Dicen que es por las lluvias intensas, y lo hemos visto antes, pero no muriéndose tanto porcentaje de marisco.
Está la polución, la falta de tratamiento de las aguas residuales, la mala gestión de donde hay minería… en San Finx hay una mina de wolframio. Los mariscadores y cofradías se han unido para no que no se les diera autorización de vertido. La Xunta decía que no había peligro, y siete meses después, Aguas de Galicia detecta que en los ríos de alrededor, el cadmio supera 100 veces lo permitido.
Como lo de los embalses. No tienen una regulación sobre la salinidad, y se rigen por criterios de producción eléctrica y beneficio económico. Desembalsan el agua y eso significa que durante 5 días la salinidad desciende a límites insoportables para el marisco.
‘Hay que escuchar a los científicos, no a los políticos’
Sin embargo, Galicia sigue siendo un referente por sus productos…
Es que no solo el marisco es apto para el consumo, es que los controles y requerimientos son los más altos del mundo. Algo de lo que se quejan los productores, porque los estándares en otros países son más bajos y eso hace que los productos compitan en distintas condiciones. La calidad de nuestros productos está fuera de duda. El problema es que el marisco se debilita para hacer frente a las enfermedades, para hacer frente a la baja salinidad, baja la fertilidad, las crías se mueren antes… la supervivencia se ha reducido a la mitad.
Hay que escuchar a los científicos, no a los políticos, que hay muy buenos especialistas. Mis padres eran gente inteligente pero no tenían la oportunidad de estudiar o el acceso a la información. La gente podemos comprender algo más que eso que ha dicho el conselleiro de que los plásticos “entran por donde entran y salen por donde salen”.