El Banco de España se ha unido al creciente coro de inversores y analistas que consideran que las nuevas Cortes resultantes de las elecciones pueden poner en riesgo la recuperación. En el Boletín Económico de marzo, el Banco de España se pone a la cabeza de los pronósticos más optimistas sobre la salida de la crisis en 2015 y sólo ve un riesgo en España a la baja, el peligro de que un vuelco electoral cambie la actual política económica. «En el ámbito interno, la incertidumbre acerca de la agenda de reformas económicas para los próximos años puede generar un descenso en la confianza de los agentes», desliza el informe con el alambicado lenguaje habitual del Servicio de Estudios dirigido por el veterano director general José Luis Malo de Molina. Traducción: si a medida que se acerquen las elecciones generales de finales de año se va previendo un nuevo Parlamento ingobernable -y con un auge de Podemos- que frene la senda hacia el ajuste presupuestario, la flexibilidad laboral y otras reformas ya emprendidas, la economía no mantendrá el ritmo de crecimiento de 2015. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha apostado que España crecerá entre el 2,5% y el 3% en lo que queda de década y el Banco de España lo corrobora, por tanto, en al menos 2015 y 2016 siempre que no se produzca un vuelco electoral que dé al traste con la actual política económica. Este tipo de mensajes políticos se dispararán a medida que se aproximen las elecciones, aunque, como se ha visto en el caso de las andaluzas, el Banco de España suele guardar silencio en las campañas electorales.
¿No hay más riesgos internos que el político para la economía española? Según el organismo que gobierna Luis Linde no hay más, porque el resto son de fuera: la tensión con Grecia; conflictos geopolíticos entre Rusia y Ucrania o en Oriente Próximo; y el riesgo de que la Reserva Federal de EEUU suba tipos dañando a economías emergentes con fuerte relación con España.
El Banco de España dedica un inusual apartado a Grecia advirtiendo que se encuentra «en profunda crisis». Constata que «las tensiones entre el nuevo Gobierno de Syriza y el Eurogrupo surgieron pronto» y prevé que «el escenario de negociación política» con el aliado de Podemos en el poder va a ser «particulamente complejo», por lo que habrá que prestar «especial atención».