Un runrún de fondo recorre la sociedad española a cuenta de la crisis económica. Prácticamente todas las encuestas de los medios de comunicación, especialmente las encuestas de El País y La Vanguardia, coinciden en lo esencial: la mayoría de los ciudadanos no es que desaprueban la gestión de Zapatero y su gobierno de la crisis, es que han pasado a valorar negativamente al propio Zapatero.
Entre el 61% (El País) y el 64% (La Vanguadia) de los encuestados denuncian la gestión que el gobierno está haciendo de la crisis, el 73% desconfía de Zaatero, 20 puntos más que hace siete meses cuando se celebraron las elecciones de marzo. El declive del Zapatero es evidente. La desconfianza es el rasgo principal de las encuestas. El 70% dice que improvisa en función de intereses electorales y el 73% piensa que la situación es mala o muy mala; incluso el 55% de los votantes socialistas valoran negativamente esta situación. Por primera vez desde que ganó las elecciones de 2004 al grito de “No nos falles”, Zapatero ha dejado de ser el político mejor valorado. Suspende por detrás de Durán y Lleida (CiU) en la encuesta de La Vanguardia, y por detrás de Rosa Díez (UPyD) en la encuesta de La Razón… El rey ZP aparece desnudo ante la sociedad española en general y ante sus propios votantes socialistas. Ha perdido todos los ropajes de los que estaba investido, cada vez menos gente cree en sus beatífica sonrisa como “defensor de los pobres” frente a “los poderosos”. La subida de impuestos, la eliminación de los 400 euros, la profundización inmisericorde de la crisis con más de 4 millones de parados, mientras entrega miles de millones a una banca que no da crédito a familias y pymes, ha terminado por presentarlo ante la opinión pública sin sus ropajes como el “nuevo rey de los descamisados”. Al desnudo Zapatero es, cinco años después, “el gobierno de Botín”. Junto a él Rajoy, el jefe de la oposición, sigue siendo tan mal valorado como antes; y si avanza en las encuestas no es por lo que gana, sino por lo que pierde Zapatero. A los dos se les considera responsables de la situación y cosechan un sonoro suspenso en valoración. Como decíamos al principio, hay un runrún de fondo, un descontento general contra los dos grandes partidos que mantienen al país sin respuesta ante la crisis, hundiéndonos en el fondo de la recesión y en el furgón de cola de la recuperación. Evidentemente no son ellos quienes nos van a sacar de este pozo sin fondo. Es preciso que la inmensa mayoría del país, los ciudadanos en general, tomemos en nuestras manos la tarea de salir de la crisis; de crear las condiciones para una movilización general que obligue a cambiar el rumbo del país. Es la tarea a impulsar desde cada barrio, centro de trabajo, universidad o instituto. Y no ya esperando a las siguientes elecciones, sino desde ahora mismo juntándonos contra la crisis.ZP está desnudo, ha fallado. Ahora todo depende de nosotros.