Chávez y Correa unen energí­as

Ecuador y Venezuela avanzaron ayer un poco más en su integración bilateral. Los mandatarios de ambos paí­ses, Rafael Correa y Hugo Chávez, se reunieron ayer en Caracas para reforzar la cooperación entre ambos paí­ses y, en particular, abordar la cuestión energética, crucial en ambas economí­as.

Según Chávez, el objetivo es trascender la integración económica entre ambas naciones. “Es nuestro deseo lograr una unión olítica, social y económica. La llegada del presidente Correa con su delegación es una poderosa señal de la importancia que le damos a esta relación. Es un gran compromiso y un gran desafío para nosotros. No podemos fallarle al pasado que nos obliga, y no podemos fallarle al futuro que espera de nosotros abrir los caminos de la verdadera unidad y la complementación de nuestros sistemas políticos, sociales y económicos”. GRANMA.- El discurso de Hu Jintao fue breve y preciso. En sólo menos de 10 minutos expresó muchas ideas. Ese día superó a Barack Obama en la capacidad de síntesis. Representa cuando habla a casi cinco veces más población que el Presidente de Estados Unidos. No tiene que cerrar centros de torturas, no está en guerra con ningún otro Estado, no envía sus soldados a más de 10 mil kilómetros de distancia para intervenir y matar con sofisticados medios de guerra, no posee cientos de bases militares en otros países ni poderosas flotas que surcan todos los océanos; no debe millones de millones de dólares, y en medio de una colosal crisis financiera internacional ofrece al mundo la cooperación de un país cuya economía no está en recesión y crece a elevados ritmos. LA JORNADA.- Había una vez un país llamado México. Un país vecino de Estados Unidos y de Guatemala. Una nación donde el surrealismo de otras épocas se achica ante el México de hoy. El México de Felipe Calderón y de los tres partidos políticos que desgobiernan de norte a sur, del oeste al este y de la tierra al cielo. Había un país llamado México que sigue llamándose México, pero que cada vez se desteje más. Argentina. Página 12 Chávez y Correa unen energías Ecuador y Venezuela avanzaron ayer un poco más en su integración bilateral. Los mandatarios de ambos países, Rafael Correa y Hugo Chávez, se reunieron ayer en Caracas para reforzar la cooperación entre ambos países y, en particular, abordar la cuestión energética, crucial en ambas economías. Según expresó el mandatario bolivariano, el objetivo es trascender la integración económica entre ambas naciones. “Es nuestro deseo lograr una unión política, social y económica”, afirmó Chávez al término de la reunión con Correa en la capital venezolana. “La llegada del presidente Correa con su delegación es una poderosa señal de la importancia que le damos a esta relación”, añadió el presidente venezolano. “Es un gran compromiso y un gran desafío para nosotros. No podemos fallarle al pasado que nos obliga, y no podemos fallarle al futuro que espera de nosotros abrir los caminos de la verdadera unidad y la complementación de nuestros sistemas políticos, sociales y económicos”, insistió Chávez. Correa, que llegó acompañado por veinte ministros y altos funcionarios de su gobierno, sostuvo que la reunión tuvo como objetivo evaluar todos los aspectos de la relación bilateral. “Vinimos a pedir y a rendir cuentas de la cooperación entre nuestros países”, precisó el ecuatoriano. Y advirtió: “Existen muchos enemigos que esperan que esto se dilate, que fracase. Las cosas las debemos hacer extraordinariamente bien y extraordinariamente rápido”, urgió Correa. La cuestión energética dominó gran parte de la reunión de ayer en Caracas. Ambos países, los únicos dos miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo en América latina, desarrollan en conjunto una amplia gama de iniciativas binacionales para potenciar el negocio del crudo. La alianza entre las empresas petroleras estatales de ambos países, por ejemplo, permite que la venezolana Pdvsa esté presente en campos petrolíferos de Ecuador como el Sacha, ubicado en la región amazónica ecuatoriana, a 300 kilómetros de Quito. Ecuador y Venezuela, además, trabajan juntos en el proyecto de construcción de una refinería de petróleo en la localidad ecuatoriana de Aromo, sobre la costa del Pacífico, cuyas obras comenzarán en el 2010. PÁGINA 12. 8-10-2009 Cuba. Granma La historia no puede ser ignorada Fidel Castro El pasado primero de octubre se conmemoró el 60º Aniversario de la República Popular China. Ese día histórico de 1949, Mao Zedong, como líder del Partido Comunista de China, presidió en la Plaza de Tiananmen el primer desfile del Ejército Popular y del pueblo de China. Los soldados victoriosos portaban las armas arrebatadas en combate a invasores, oligarcas y traidores a su patria. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, una de las potencias que menos pérdidas materiales sufrió en la contienda, monopolizaba el arma nuclear, más del 80% del oro del mundo y disfrutaba de un considerable desarrollo industrial y agrícola. La Revolución victoriosa en un país inmenso como China, en el año 1949 alimentó la esperanza de gran número de países colonizados, muchos de los cuales no tardarían en sacudir el yugo impuesto. Lenin había previsto la fase imperialista del capitalismo desarrollado y el papel que correspondería en la historia del mundo a la lucha de los países colonizados. El triunfo de la Revolución China confirmaba aquella previsión. La República Popular de Corea fue creada en el año 1948. En la primera conmemoración de la victoria china estaban presentes los representantes de la URSS, que aportó más de 20 millones de vidas a la batalla contra el fascismo; los de la República Popular de Corea, que había sido ocupada por Japón, y los combatientes vietnamitas que, después de luchar contra los japoneses, se enfrentaban heroicamente al intento francés de colonizar nuevamente Viet Nam con apoyo de Estados Unidos. Nadie había imaginado entonces que menos de cuatro años después de aquella memorable fecha, sin ningún otro vínculo que el de las ideas, en la lejana Cuba se produciría el ataque al Cuartel Moncada el 26 de Julio de 1953, y apenas nueve años después de la liberación de China triunfaría la Revolución Cubana a 90 millas de la metrópoli imperialista. Es a la luz de estos acontecimientos que observé con particular interés la conmemoración del 60º Aniversario de la Revolución China. Se conoce de nuestra amistad con ese país de milenaria cultura, la más antigua de las civilizaciones conocidas por el hombre. En el siglo XIX, decenas de miles de ciudadanos chinos fueron enviados a nuestro país como semi esclavos, engañados por los mercaderes ingleses. Muchos de ellos se incorporaron al Ejército Libertador y lucharon por nuestra independencia. Nuestros vínculos con China parten, sin embargo, de las ideas marxistas que inspiraron a la Revolución Cubana y fueron capaces de atravesar las pruebas difíciles de la división entre los dos grandes Estados socialistas, que tanto daño ocasionó al movimiento revolucionario mundial. En los días difíciles de la desaparición de la URSS, tanto China, como Viet Nam, Laos y Corea mantuvieron sus relaciones fraternales y solidarias con Cuba. Eran los únicos cuatro países que junto a Cuba mantuvieron en alto las banderas del socialismo en los días oscuros en que Estados Unidos, la OTAN, el Fondo Monetario y el Banco Mundial imponían el neoliberalismo y el saqueo del mundo. La historia no puede ser ignorada. A pesar de la enorme contribución del pueblo de China y la estrategia política y militar de Mao en la lucha contra el fascismo japonés, Estados Unidos ignoró y aisló al gobierno del país más habitado del planeta y lo privó del derecho a participar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; interpuso su escuadra para impedir la liberación de Taiwán, una isla que pertenece a China; apoyó y suministró los restos de un ejército cuyo jefe había traicionado todos los acuerdos suscritos en la lucha contra los invasores japoneses en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Taiwán recibió y recibe todavía el más moderno armamento de la industria bélica norteamericana. Estados Unidos no solo privó a China de sus legítimos derechos: intervino en el conflicto interno de Corea, envió sus fuerzas que al frente de una coalición militar avanzaron desafiantes hacia las proximidades de los puntos vitales de ese gran país, y amenazó con emplear las armas nucleares contra China, cuyo pueblo tanto contribuyó a la derrota del Japón. El Partido y el pueblo heroico de China no vacilaron ante las groseras amenazas. Cientos de miles de combatientes voluntarios chinos en enérgico contraataque, hicieron retroceder a las fuerzas yankis hasta los límites actuales de las dos Coreas. Cientos de miles de valerosos luchadores internacionalistas chinos y un número igual de patriotas coreanos murieron o fueron heridos en aquella sangrienta guerra. Más tarde el imperio yanki mató a millones de vietnamitas. El 1º de octubre de 1949, al proclamarse la República Popular, China no poseía armas nucleares ni la avanzada tecnología militar que hoy dispone, con las cuales no amenaza a ningún otro país. ¿Qué diría ahora Occidente? La gran prensa de Estados Unidos fue, en general, hostil. Sus principales órganos escritos titulaban sus editoriales con frases como: “…poco interés por la ideología”, “…un espectáculo de poder”, “China comunista celebra los 60 años con Show Militar.” Sin embargo, no fue posible ignorar la lucha. A través de todos los medios se reiteraba la idea de que era una demostración de poderío. Las noticias sobre todo se centraban en las imágenes del desfile militar. No ocultaban su admiración por la amplia divulgación del desfile que la televisión china ofreció a la opinión pública internacional. No pasó inadvertido, sino más bien fue motivo de asombro el hecho de que China presentara 52 nuevos tipos de armamentos, entre ellos la última generación de carros de combate, vehículos anfibios, radares, aviones de exploración y equipos sofisticados de comunicación. Los medios de prensa resaltaban la presencia de los cohetes intercontinentales DF-31, capaces de golpear con cabezas nucleares blancos situados a 10 mil kilómetros de distancia, así como los cohetes de alcance medio y las defensas antimisiles. Los 151 aviones caza, los bombarderos pesados, medios modernos de observación aérea y helicópteros sorprendieron a los ávidos buscadores de noticias y técnicos militares. “El ejército chino posee ahora la mayoría de las armas sofisticadas que forman parte de los arsenales de los países occidentales”, fue una declaración del Ministro de Defensa chino que la prensa occidental destacó. Los 500 vehículos blindados y las 60 carrozas civiles que desfilaron frente al mausoleo causaron un profundo impacto. La avanzada tecnología era una prueba irrefutable de la capacidad militar desarrollada, que hace unos decenios partió de cero. Lo insuperable era el factor humano. Ningún país occidental desarrollado podría alcanzar el nivel de precisión y organización mostrado por China ese día. Con cierto desdén se habló de oficiales y soldados marchando a 115 pasos de ganso por minuto. Las distintas fuerzas que por allí desfilaron, hombres o mujeres, lo hicieron con porte y elegancia insuperables. Cualquiera podría negarse a creer que miles de seres humanos fueran capaces de alcanzar una organización tan perfecta. Tanto los que marchaban a pie como los que desfilaban en sus vehículos pasaron delante de la tribuna y saludaban con precisión, orden y marcialidad difíciles de alcanzar. Si tales cualidades parecían fruto de la disciplina militar y del rigor de las prácticas, más de 150 mil ciudadanos de la enorme colmena humana de civiles, hombres y mujeres jóvenes en su inmensa mayoría, sorprendieron por su capacidad de alcanzar masivamente el nivel de organización y perfección logrado por sus compatriotas armados. El inicio de la conmemoración, y el saludo a las tropas por el Jefe de Estado y Secretario General del Partido Comunista, fue una ceremonia impresionante. Se pudo apreciar una enorme identificación entre la dirección y el pueblo. El discurso de Hu Jintao fue breve y preciso. En sólo menos de 10 minutos expresó muchas ideas. Ese día superó a Barack Obama en la capacidad de síntesis. Representa cuando habla a casi cinco veces más población que el Presidente de Estados Unidos. No tiene que cerrar centros de torturas, no está en guerra con ningún otro Estado, no envía sus soldados a más de 10 mil kilómetros de distancia para intervenir y matar con sofisticados medios de guerra, no posee cientos de bases militares en otros países ni poderosas flotas que surcan todos los océanos; no debe millones de millones de dólares, y en medio de una colosal crisis financiera internacional ofrece al mundo la cooperación de un país cuya economía no está en recesión y crece a elevados ritmos. Ideas esenciales transmitidas por el Presidente de China: “El día de hoy de hace sesenta años, tras más de cien años de batallas sangrientas libradas desde el inicio de la historia contemporánea, el pueblo chino logró, por fin, la gran victoria de la revolución china y el presidente Mao Zedong proclamó aquí mismo, ante el mundo, la fundación de la República Popular China, lo que permitió al pueblo chino ponerse en pie desde entonces y que la nación china, que tiene una historia de civilización de más de 5.000 años, entrara en una nueva era de desarrollo y progreso.” “El desarrollo y progreso logrado en los sesenta años de la Nueva China ha mostrado plenamente que sólo el socialismo puede salvar a China y que solamente la reforma y apertura puede permitir el desarrollo de China, del socialismo y del marxismo. El pueblo chino tiene la confianza y la capacidad para construir bien su país y realizar sus debidas contribuciones al mundo.” “Nos adheriremos firmemente a los principios de reunificación pacífica…” “…continuaremos trabajando, junto con los diversos pueblos del mundo, para impulsar la noble causa de la paz y el desarrollo de la humanidad y la construcción de un mundo armónico basado en la paz duradera y la prosperidad común.” “La historia nos ha indicado que el camino de avance nunca es llano, pero que un pueblo unido que toma el destino en sus propias manos vencerá, sin ninguna duda, todas las dificultades, creando continuamente grandes epopeyas históricas.” Son respuestas lapidarias a la política belicista y amenazante del imperio. GRANMA. 7-10-2009 Máxico. La Jornada Había una vez un país Arnoldo Kraus Había una vez un país llamado México. Un país vecino de Estados Unidos y de Guatemala. Una nación donde el surrealismo de otras épocas se achica ante el México de hoy. El México de Felipe Calderón y de los tres partidos políticos que desgobiernan de norte a sur, del oeste al este y de la tierra al cielo. Había un país llamado México que sigue llamándose México, pero que cada vez se desteje más. ¿Recuerdan la vieja anécdota de lo que le sucedió a André Breton, uno de los fundadores del surrealismo, cuando estuvo en México? Nunca he comprobado si lo que ahora reproduzco fue verdad o no, pero la fuerza de la repetición y la certeza de que Juanito y el presidente Calderón son México, son suficientes razones para creer en la veracidad de la anécdota. Cuando Breton visitó nuestro país en 1937 fue invitado a pasear a Xochimilco. Asombrado por la belleza del lugar y por la destreza de los artesanos que hacían sillas con madera y cuerda, dibujó, en un papel, una silla. El diseño de Breton enfocó a la silla de perfil, de tal forma que sólo se veían tres patas, las de adelante y una de las de atrás; una de las patas traseras no se veía por la perspectiva del dibujo. –¿Podría hacerme esta silla? –pidió André al artesano. –Encantado –respondió el maestro–. Tendré lista su silla cuando regrese de la excursión. Inmensa fue la sorpresa del autor de Los vasos comunicantes cuando regresó: la silla estaba terminada. El artesano había copiado fielmente el respaldo, el asiento, el grosor de las cuerdas, las curvas de las patas y los colores sugeridos por el comprador. Para no desvirtuar la realidad reprodujo el dibujo punto por punto; se apegó al diseño y no lo modificó. El resultado fue sorprendente: sólo hizo tres patas. Dice la leyenda que Breton se quedó atónito y contento: el surrealismo, montado en tres patas mexicanas, era un tema inacabado. Tenía razón. En el surrealismo mexicano de 2009, que ya no es antirracional sino racional, ahora son los indígenas de Oaxaca y Puebla los que envían remesas a Estados Unidos. Todos sabemos en México de la heroicidad de los indocumentados que emigran a Estados Unidos y a Canadá con tal de nutrir a sus familias e impedir que mueran por el desdén y los hurtos de la mayoría de nuestros políticos. Ni siquiera Vicente Fox en sus peores momentos, o Felipe Calderón en sus mejores destellos, lo ignoran: los migrantes son nuestra pena y nuestros héroes. Lo que sin embargo nadie esperaba es que la realidad se reinventase o se surrealice: desde hace cuatro meses los familiares de los migrantes oaxaqueños y poblanos les han empezado a mandar dinero a Estados Unidos. La palabra surrealice es un término inexistente, pero aplicable al gobierno de Calderón. Ahora las remesas han invertido su dirección: el dinero viaja de las zonas serranas de Puebla y Oaxaca hacia Estados Unidos. Las razones son obvias y dolorosas. En una nota firmada por Susana González G., publicada en La Jornada el pasado 4 de octubre, Martín Zuvire, director del sistema de microbancos rurales de la Asociación de Uniones de Crédito del Sector Rural, manifestó que en lugar de recibir remesas, familias que habitan en zonas de alta marginación están enviando dinero a sus parientes en Estados Unidos, que han quedado desempleados, para ayudarlos a sortear la crisis económica y evitar así que retornen a México. Desde hace cuatro meses algunas familias de migrantes les mandan entre 3 mil y 6 mil pesos mensuales con tal de que no regresen. Regresar implicaría pagar al contrabandista de seres humanos –pollero de acuerdo con el Diccionario de las infamias del ser humano– una cantidad similar a la erogada cuando cruzaron ilegalmente la frontera. Implicaría también perder la esperanza de que el familiar se emplee nuevamente, así como la imposibilidad de ofrecerle trabajo en su tierra natal. De acuerdo con Zuvire, en esas zonas “… las familias han vivido en ‘crisis permanente’, por lo que están mucho más entrenadas para resistir la actual recesión”. Me repito: en México todos sabemos de la heroicidad de los indocumentados que emigran a Estados Unidos y Canadá con tal de nutrir a sus familias. Lo que no sabíamos es que las políticas neoliberales, y las torpezas ad nauseam de los gobiernos mexicanos, se encargarían de revivir la antirracionalidad del surrealismo. La inversión de las rutas del flujo de dinero entre México y Estados Unidos es un capítulo inédito del surrealice del presidente Calderón y compañía. Es una pena que Breton haya muerto. Es una pena que el presidente Calderón no lo pueda invitar a Xochimilco. Es un escándalo que familias que viven en crisis permanente envíen dinero de las zonas marginadas de Puebla y Oaxaca a los migrantes mexicanos porque Calderón no quiera financiar a nuestros polleros. Y es una pena que se sigan fabricando sillas de tres patas en Los Pinos. LA JORNADA. 7-10-2009

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