Salud Mental

El psicoanálisis como costumbre

¿Es posible abordar la salud mental desde un punto de vista preventivo, como parte de una buena educación, y no con el objetivo de obtener un diagnóstico?

Hace seis números iniciamos una serie de entrevistas en las que ya hemos contado con cinco profesionales vinculados al psiconanálisis desde distintas disciplinas y enfoques. Una idea que nació en una sobremesa se ha convertido en un camino que hemos empezado a recorrer con Fabián Appel, Luis Mellado, Luisa Borondo, Roque Hernández y Laura Cevedio.

¿Es posible crear un espacio de intercambio y de debate en torno al psicoanálisis que tenga como punto de partida la infancia y la adolescencia, y que trate de encontrar puntos en común desde los que contribuir al gran reto que supone la salud mental. Según los expertos, cerca de 12 millones de personas en nuestro país, sufrirán algún problema vinculado a la salud mental a lo largo de su vida. En el 2030, los trastornos mentales serán la principal causa de discapacidad del mundo.

¿Es posible abordar la salud mental desde un punto de vista preventivo, como parte de una buena educación, y no con el objetivo de obtener un diagnóstico que lleve a un tratamiento y a reparar algo?. El psicoanálisis como costumbre terapéutica, como un derecho individual tan básico como la conquista de la penicilina.

En los primeros meses del año que viene, esperamos poder anunciarles la celebración de un primer evento relacionado con este proyecto, al que todavía no le hemos puesto nombre. Pero aprovechamos este último tramo del año, en el que seguiremos contando con profesionales vinculados al psicoanálisis, para hacer un breve recorrido por las aportaciones que hasta ahora hemos disfrutado.

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Fabián Appel

Sufrimos la pura medicalización del sufrimiento”

Desde la Edad Media y hasta bien entrado siglo XIX, los llamados manicomios eran contenedores de pobres, vagabundos e indeseables sociales, gente de mal vivir y, como no, disidentes políticos. Se entiende que todo aquel que desbaratar el orden particular de cada época debía ser aislado y victima del odio al diferente. Consideraban enfermos o desquiciados a quien no comulgaba o se enfrentara al orden vigente.

[…] Sufrimos la pura medicalización del sufrimiento y la reducción del conflicto anímico a una biologización de la subjetividad, que es lo mas íntimo e intransferible de cada persona y que se manifiesta en síntomas que afectan a lo cotidiano.

[…] Por contra, más allá de la consignas neoliberales que pretender instituir que cada vida es una empresa privada, y cada uno un empresario de su propia vida, es curioso cómo se impuso la palabra ‘gestión’ cuando se trata de resolver conflictos personales. Al contrario de estas consignas tributarias del ‘sálvase quien pueda’, se puso de manifiesto la manera en que los vínculos con el otro condicionan nuestras vidas y son necesarios.

[…] Hacer del diagnóstico la condición determinante en la cura conduce a patologizar aquello que en la vida de una persona podría ser su manera de responder a una coyuntura. Si existe el sufrimiento, primero investiguemos las condiciones de producción y las posibles salidas.

[…] En el caso de lo niños se trata de no recurrir a un diagnóstico de manual, con las consiguientes medicaciones. Se trata de abrir un espacio en el que la subjetividad, lo íntimo de cada uno pueda tener su expresión.

[…] Una de las consecuencias de esta practica es el descompromiso del afectado, como si él no tuviera nada que ver con lo que ocurre. Y para los profesionales abandonarse a la pura medicalización. EL psicoanálisis pretende disolver esta relación, en la que el sujeto de un supuesto saber (o profesional) se convierte en la esperanza del paciente de recibir pasivamente una donación de ese saber.

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Luis Mellado

El capitalismo feroz ha ido enmudeciendo el apoyo mutuo”

Hasta hace relativamente poco tiempo lo que se llamaban “enfermedades nerviosas”, como forma de negar lo mental, era algo a ocultar independiente de lo orgánico. La división entre enfermedades mentales y físicas, como se las denomina, viene de una antigua geografización de origen griego. Había cosas que se podían tocar y otras que no. Sin embargo, la complejidad humana hace que ante cualquier patología, de cualquier índole, esté comprometido el ser en su totalidad. Por eso podemos decir que todas las enfermedades son mentales, porque es imposible separar el cuerpo de lo psíquico.

Ahora se habla e enfermedad mental, se etiqueta la tristeza, la euforia, el interés o desinterés, las manías, los comportamientos repetitivos… ahora se etiqueta todo.

[…] El capitalismo feroz ha ido enmudeciendo el apoyo mutuo. La ferocidad de lo económico nos ha ido relegando a lugares de puertas cerradas. Eslóganes como ‘bienvenido a la república independiente de tu casa’, nos ha aislado en espacios en los que devorar a solas lo que has adquirido/cazado. Las directrices de los libros de autoayuda nos dicen: ‘tú solo puedes’.

[…] La alternativa ante un problema no debe ser solo abrir la boca para ingerir un fármaco, es decir pasividad, sino hacer responsable al sujeto de su malestar y explorar como protagonista sus dolencias. Que cada uno se ocupe activamente de su enfermedad.

Obviamente, esto no se hace desde una única perspectiva, es necesario la confluencia de muchos factores y para ello necesitamos recursos y abordajes multidisciplinares.

[…] Es obvio que necesitamos una orientación diagnóstica para el abordaje de una patología, pero no tiene por qué ser la referencia del proceso de cura. Si el diagnóstico inmoviliza la reacción, acabamos de convertir a un sujeto portador de un malestar, en un etiquetado que precisa de un abordaje único y universal… Se pierde la capacidad de analizar lo concreto y se trasforma el síntoma en ‘modo de ser’.

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Luisa Borondo

No existe cura posible sin darle un espacio a la subjetividad”

Como en casi todos los ámbitos, en la salud mental es la producción quien establece los tiempos. ¿Cuánta producción de psicofármacos existe hoy?, ¿cuántos consumidores son necesarios para que esa ingente producción de psicofármacos resulte rentable a las empresas farmacéuticas? El tiempo que vivimos ya no es el necesario para la producción, sino que es el tiempo necesario para que esa producción se consuma. Es evidente que la red sanitaria está determinada por ese tipo de mercado.

[…] El psicoanálisis puede tener un lugar que no sea una sesión tradicional fuera del centro de salud. Con un cambio real en la atención sanitaria, los psicoanalistas podrían participar de la vida hospitalaria y en las diferentes especialidades. Sería una oportunidad también para que el resto de las especialidades salieran de los nichos correspondientes y se estableciera la verdadera red asistencial multidisciplinar.

[…] No hay ninguna pregunta respecto de qué es lo que uno tiene que ver en el mal que le aqueja. La confusión entre lo subjetivo y lo orgánico o lo biológico hace que el resultado sea el descompromiso personal y la consiguiente estereotipia diagnóstica y terapéutica. El paciente no elabora ninguna hipótesis sobre su padecer. El especialista tampoco lo induce.

[…] La vida actual no solo tiene como consecuencia el aumento de consumo. Y no solo estoy hablando del abuso de fármacos, sino que va acompañado de un abandono de sí mismo, es decir, no contemplar lo que uno hace, dice piensa o siente y no considerar que uno tiene un lugar, una posición y desde esa posición actúa, lo sepa o no […] Es necesario abrir un espacio en la asistencia pública que permita ahondar en lo más íntimo de la persona, lo subjetivo, lo personal e intransferible que no se encuadra en los manuales al uso. No existe cura posible sin darle un espacio a esta subjetividad. Insisto, intransferible, no universalizable, ni estandarizable.

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Roque Hernández

“El síntoma pone en cuestión el orden establecido”

Un psicoanálisis nos enseña que es con el lenguaje y con las series incompletas, con las que buscamos “un lugar en el mundo”, título de una estupenda película de Adolfo Aristarain. Un psicoanálisis nos permite encontrarlo. Conviene no olvidar que en este mundo siguen existiendo nuestros pequeños mundos, aquellos sin los cuales la vida deja de serlo.

[…] Problemáticas actuales, como el bullying, las adicciones, el abuso infantil… no pueden abordarse sin preguntarnos por los modos de hacer lazo social. Hay que cuestionar un discurso que se instala en nuestras vidas y reduce nuestra participación al click y al like, es decir, a la debilidad mental.

[…] Me parece que la idea del experto surge precisamente de esa alianza entre la ciencia y el circuito capitalista que desvaloriza el síntoma como manifestación de la división del sujeto, estimula la renuncia a su responsabilidad frente a lo real, y establece las formas del buen vivir, clasificando las desviaciones de dicha norma, con el fin de erradicarlas o corregirlas mediante terapias que se anuncian como eficaces para todos. A los especialistas en niños y adolescentes se les supone un saber específico y así surgen especialistas en TDH, TOC, psicóticos… y así se homogeneiza y segrega a niños y jóvenes según sus conductas no adaptadas.

[…] El psicoanálisis propone que lo que vale para un sujeto no vale para todos, que hay una irreductible singularidad del sujeto que es la que le permite a éste extraer un saber nuevo a partir de su propio síntoma, en tanto que éste es una respuesta a su propio malestar y al malestar en la cultura. El síntoma pone en cuestión el orden establecido, sea el del superyó, el de la familia o el de lo social.

Un niño irrumpe y descoloca la vida de quienes lo acogen, y surge la tentación, en la institución o en la familia, de anestesiar esa nueva vida con productos derivados de la técnica. Acallamos el ruido de la vida y producimos atontados que se comportan como autómatas.

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Laura Cevedio

Todo lo que está en el mercado se puede comprar”

Las propuestas a los jóvenes dependen de la posición ética desde la que se les haga llegar. Si se hace desde la economía neoliberal, la forma de resarcirlos de su narcisismo agujereado pasa por ofrecerles distintas opciones de disfrute. La última son viajes con grandes descuentos, pero el mensaje se complica cuando “algunos sujetos” lo toman literalmente: todo lo que está en el mercado se puede comprar, viendo al otro como un objeto para saciar su pulsión de violentar (violaciones, bullyng escolar…).

[…] Pero el neoliberalismo no solo se muestra en las campañas de consumo, también se apoya en algunos textos de autoayuda, tomando a los sujetos no en su singularidad sino como si de antibióticos se tratara. A todos se le receta la misma dosis. Se prioriza, como si fuera función de una instancia fuera de él, el optimismo y la diversión. Esto mantiene a los sujetos anestesiados, conservadores, temerosos de cambios donde ellos se tienen que definir.

[…] Si se trata de remplazar con nuevos objetos los que ya no producen satisfacción, se fomentan nuevos síntomas, que a la vez reclamaran nuevos objetos, aislando más al sujeto de su búsqueda de identidad. Y allí el psicoanálisis propone al sujeto que se interrogue sobre qué muestra ese síntoma de él. Si se mantiene como algo ajeno, algo puramente social, producto de la incapacidad de la sociedad, no podrá reconocerlo y quedará en la esfera de algo frustrante por desconocido.

[…] Se votaron leyes absolutamente necesarias donde el consentimiento de la víctima es el principal fundamento, pero cuando el concepto circula en otros encuentros, desvaloriza lo más importante: el deseo. Aceptar no siempre equivale a desear. El deseo no siempre es explicito.

[…] Cada uno posee un tiempo para ver, otro para comprender y luego vendrá la conclusión. Para cubrir estos tiempos es necesario preguntarse qué hay suyo en ese síntoma que se repite, una y otra vez. Su interrogación le permitirá enfrentarse a su frustración para entrar en un nuevo registro que lo conectará con su inconsciente.

One thought on “El psicoanálisis como costumbre”

  • Me pasaré al psicoanálisis después del cointelpro que me hicieron policías,etc. Por lo menos cuestiona el capitalismo,no por algo la caza de brujas contra esta ciencia

    «Cuánta producción de psicofármacos existe hoy?, ¿cuántos consumidores son necesarios para que esa ingente producción de psicofármacos resulte rentable a las empresas farmacéuticas? El tiempo que vivimos ya no es el necesario para la producción, sino que es el tiempo necesario para que esa producción se consuma. Es evidente que la red sanitaria está determinada por ese tipo de mercado.»

    Cierto. No se me olvida a los 20 años, una crisis»existencial» de no saber qué hacer con mi vida. Pedí ayuda a una psicóloga de la seguridad social para que me orientara y me dice»toma esta pastilla»🙄. Ni que decir tiene que no volví más

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