Cargando...El PP tomó ayer posición política y se alineó claramente con los barones del partido que han recelado de un nuevo déficit a la carta entre las Comunidades Autónomas. En advertencia al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y en vísperas de su reunión con los consejeros de los Gobiernos populares, que la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, ha convocado mañana mismo en Génova, el vicesecretario de Estudios y Programas, Esteban González Pons, declaró que su partido «no está dispuesto a aceptar que un nuevo reparto de déficit perjudique a las Comunidades Autónomas que cumplieron con el objetivo de déficit anterior». Así, y si bien Pons insistió en que el PP «no rechaza nada» ni «prejuzga nada» de partida, y que no se va a inmiscuir en el tipo de reparto que se pacte en el próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera, el dirigente popular declaró en rueda de prensa que pretender un reparto desigual del déficit -o «asimétrico», en palabras de Hacienda- «sería tanto como castigar a las Comunidades que lo han hecho bien».
Éste es, precisamente, el discurso liderado por los presidentes de Madrid, Ignacio González, Castilla y León, Juan Vicente Herrera, Galicia, Alberto Núñez Feijóo, o Aragón, Luisa Fernanda Rudi, desde que se produjo la última reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Se trata de cuatro de los barones cumplidores -entre los que también se encuentra Pedro Sanz-, a los que la propia presidenta de Castilla-La Mancha, y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, viene a unirse ahora con este posicionamiento del partido a nivel nacional. A todos ellos se dirigió Mariano Rajoy en el Comité Ejecutivo -aunque la mayoría no se personaron en la reunión- para pedirles «inteligencia, equilibrio, sensatez y sentido común» en aras del «entendimiento».Pero los recelos ya se habían desatado, además, a raíz de la entrevista secreta entre Artur Mas y el propio Rajoy, que precedió al propio Consejo de Política Fiscal y Financiera, y a un cambio de atmósfera política, mucho más proclive al acuerdo entre Gobierno y Generalitat. «Seguiremos escuchando a todos, entre otras cosas, porque es mi obligación, aunque algunos parezcan no entenderlo», fue todo lo que les dijo Rajoy. Los barones cumplidores del PP están de acuerdo con Mas en que si Bruselas rebaja el objetivo de déficit, el Estado debe dejar que las Comunidades se beneficien en bloque de dicha relajación, pero en absoluto comparten la idea -también aplaudida por Andalucía- de que se haga de manera desigual. Pero la división interna es palmaria. La líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho,avaló el déficit a la carta: «Que el Gobierno valore este sistema asimétrico en el déficit abre el camino a una negociación para un modelo de financiación singular para Cataluña», declaró. Al tiempo de amenazar con romper la disciplina de voto en su partido.No por casualidad, ayer Pons incidía en «el acuerdo» como presupuesto básico e inexcusable. «La dirección opina que si hay un nuevo reparto éste nunca puede perjudicar a las comunidades autónomas que han cumplido. Habrá diálogo con todo el mundo, pero el acuerdo tiene que ser multilateral. El acuerdo bilateral es el que nos ha traído a esta situación», dijo Pons en la primera rueda de prensa que el PP celebraba en un mes.