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El paralizante dolor en España

EUROPA supone que es correcta su manera de resolver la crisis de la deuda que amenaza la coherencia de la Unión Europea y la estabilidad de su moneda común, el euro. Pero al parecer, los mercados de bonos no opinan lo mismo. Los acreedores se opusieron a la última oferta de los bonos españoles a 10 años, obligando a Madrid a pagar una tasa de interés de casi el 5,8 por ciento, la tasa más alta desde diciembre y peligrosamente cerca del nivel del 7% que se considera incompatible con la solvencia nacional.¿Está realmente Europa de nuevo al borde del colapso, a pesar de haber concluido un nuevo plan de rescate griego y verter a los mercados un baño relajante de préstamos baratos a tres años del Banco Central Europeo (BCE)? Ciertamente, la decepcionante venta de bonos españoles no es alentadora. Llega justo después que el gobierno de España diera a conocer detalles de 27 mil millones en aumentos de impuestos y recortes de gastos destinados a reducir el déficit presupuestario del 8,5% del PIB al 5,3 por ciento este año.Los inversores parecen dudar que el gobierno conservador del primer ministro Mariano Rajoy puede realmente conseguir ese objetivo, dado que no controla el gasto de los gobiernos regionales y que algunos de los nuevos ingresos previstos provienen de una impredecible amnistía para los evasores de impuestos. También les preocupa que el plan va a agravar el problema real de España: una recesión que ya ha causado un 23% de desempleo.El problema en España también sugiere que los inversores se muestran escépticos acerca del «cortafuegos» financiero que Alemania y otros países europeos ricos se han comprometido a construir. La canciller alemana, Angela Merkel, han acordado recientemente una subida temporal en la capacidad de préstamo del fondo de rescate europeo desde alrededor de 700 mil millones a casi 930 mil millones de dólares. Pero eso sigue siendo inferior a los 1.3 billones de dólares que Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, recomendó recientemente. Si España, la cuarta economía más grande de Europa, realmente necesitara un plan de rescate, esa cantidad podría no ser suficiente.La verdad es que con sus acciones recientes, Europa sólo ha ganado tiempo para resolver el problema, en lugar de resolverlo realmente. El continente está siendo afectado por un profundo desequilibrio entre el norte rico y el sur endeudado. Este último podría crecer y pagar la deuda con más facilidad, si los países pudieran devaluar sus monedas nacionales, pero eso no es posible mientras se utilice el euro. El sur también podría crecer más rápidamente si Alemania pasara de un modelo de crecimiento impulsado por las exportaciones al crecimiento impulsado por el consumo. Alemania ha hecho algunos progresos en esa dirección, pero probablemente no lo suficiente como para aumentar de manera significativa las importaciones procedentes de España, Italia y el resto en el corto plazo.Como resultado, los países deudores no tienen otra alternativa que la austeridad, lo que retarda su crecimiento. Los inversores tienen derecho a ser escépticos acerca de la apuesta por esa estrategia. El plan de rescate para Grecia, y el baño de liquidez del BCE que lo acompañó, puede haber complicado las dificultades de Europa, de dos maneras: en primer lugar, al aliviar la presión sobre los gobiernos para llevar a cabo reformas del mercado laboral dolorosas pero necesarias en pro del crecimiento, y en segundo lugar, dando a los inversionistas un incentivo a esperar mejores condiciones, en espera de una intervención oficial mayor. En lugar de una inversión directa en la deuda soberana, la compra de bonos se ha convertido en una apuesta por el futuro curso de la política del banco central y la política de rescate.

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